Crónica del retiro Conferencial de pastores CAO 2023

Crónica del retiro Conferencial de pastores CAO 2023

El día 6 de marzo del 2023 en las instalaciones del campamento “La Nueva Esperanza”  en Allende, Nuevo León, se dio inicio al retiro conferencial de pastores de la Conferencia Anual Oriental  con el lema  “Que sean uno para que el mundo crea” basado en Juan 17:21. A diferencia de retiros pastorales anteriores, esta actividad duraría un día más, por lo que estuvimos congregados del lunes 6 al jueves 9 de marzo. 

Durante la recepción al retiro fue inevitable notar la emoción de los pastores por volverse a encontrar en un evento como éste, después de algunos años sin tener un retiro pastoral a causa de la pandemia. Fuimos cálidamente recibidos por el staff de bienvenida y por el Obispo, Pbro. José Antonio Garza, antes del mediodía del primer día de actividades.

El compañerismo y la emoción de vivir el inicio de un retiro se dejó ver antes del culto de apertura, pues después del registro cada pastor tuvo la oportunidad de instalarse en los cuartos del campamento, eligiendo a sus compañeros con quienes pasarían las siguientes tres noches. Y si por algún motivo alguien no llegó temprano, pues tenía que vivir la experiencia de estar en un área común con una gran cantidad de compañeros buscando el mejor lugar para acomodarse. 

A las 12:00 del mediodía se inició el programa del retiro con el Culto de Apertura, donde fuimos bendecidos al ser dirigidos en la alabanza por el grupo de los alumnos del Seminario Juan Wesley y escuchamos la palabra de Dios en boca del pastor Jonatán Esparza. 

Al entrar la  tarde recibimos una conferencia por el contador Gil Galván sobre nuestra mayordomía financiera. En esta conferencia fuimos motivados a reflexionar sobre la realidad financiera de cada uno de los asistentes del retiro y en medio de esta reflexión recibimos consejos para cuidar los recursos que Dios nos ha dado.  

Cerramos  nuestro primer día con una reflexión de la Palabra de Dios a cargo del pastor Andrés Contreras  y un tiempo  de alabanza alrededor de una fogata, que nos condujo a un momento para buscar íntimamente al Señor. En este acercamiento sincero a Dios fue visible cómo los pastores oraban y expresaban su anhelo de Dios; pero también se hizo evidente la fuerte unión de unos con otros al orar juntos y ministrarnos unos a otros. ¡Sin duda alguna el Espíritu Santo se hacía presente!

Fue maravilloso observar la unidad de sus siervos orando por sus hermanos en la fe, sin importar la edad o el distrito al que pertenecen, siendo  usados  por nuestro Señor y haciendo lo que dice Santiago 5:16, “… orad unos por otros”. 

Desde esa primera  noche me atrevería a afirmar que el Señor nos estaba  recordando el llamado a la unidad real con Él y cómo alrededor de ese fuego ardiente se derramaban  nuestros corazones ante nuestro Dios.

A partir de las 10 de la noche nos retiramos a descansar bajo la advertencia de que si la luz seguía encendida después de las 11:00 pm. habría un costo extra del campamento a la conferencia; así que, para cuidar los recursos de nuestra amada conferencia, algunos pastores platicaban en grupos pequeños en lugares alumbrados por la luna en el campo abierto, en las habitaciones o en zonas aluzadas con lámparas; otros pastores jugaban “uno” o convivían entre ellos y con los seminaristas. 

Durante los siguientes días continuamos recibiendo la palabra de Dios y  conferencias de gran bendición a través de pastores como: Juan Carlos Mejía, Israel Rodríguez, Julieta Sánchez Garza, Mario Sánchez Garza, Jefté Cepeda Hernández, Hugo Almanza, Jonás Álvarez, la hermana Norma Castañeda y del mismo Obispo José Antonio Garza.

De cada una nos llevamos grandes enseñanzas, como las grandes herramientas homiléticas para presentar el mensaje a la iglesia por parte del pastor Jonás Álvarez; el retador mensaje a cargo del pastor Hugo Almanza sobre crear ambientes propicios de encuentro con Dios para llegar al corazón  de las nuevas generaciones y salir más allá de conservar sólo la palabra culto, recordando lo que un día atrás el pastor Israel Rodríguez había mencionado: el mandamiento de Dios no es hacer cultos, es hacer discípulos.

Y hablando de enseñanzas y hacer discípulos, no podemos olvidar cómo el día miércoles fue necesario agregar una hora más al programa para continuar hablando de experiencias del crecimiento, específicamente  en células, que fue compartida por el pastor Israel Rodríguez;  rescatando su buen humor y la comparativa  sobre los metodistas y los bautistas en gran parte de sus conferencias de una manera agradable y graciosa, que siempre nos sacaba una sonrisa. Aunque hubo tiempos de receso que se acortaron para acomodar esta hora agregada al programa, los pastores siempre estuvieron receptivos a aprender juntos del tema de unidad y crecimiento. 

Por la mañana del jueves nos preparamos para participar del culto de clausura y recibimos la palabra a través de los labios del Obispo, Pbro. José Antonio Garza,  con el mensaje enfrentando al mundo real y quedándonos con “No es lo mismo hacer cosas para Dios, que hacer lo que Dios quiere”.

Al terminar el culto nos condujimos a alistarnos para retirarnos y desalojar antes del mediodía, recorriendo una última vez  las eternas escaleras para subir a la capilla, que sin duda nos dejaban sin aliento a muchos de nosotros, para después despedirse, dar gracias a Dios por las hermanas de la cocina y festejar el cumpleaños del pastor  Efraín Reyes de una manera tan emocionante que terminó con crema de afeitar en su rostro.

Agradezco a Dios por su bondad, y la gran bendición para con su iglesia y sus siervos, al poder estar presente en el  retiro y ver cómo nuestro Señor no se olvida de su iglesia y nos sigue llamando a hombres y mujeres a la unidad con Él, con su iglesia  y a voltear a  ver nuestras realidades, para así ser diferentes y enfrentar los retos que hayan de venir caminando junto con Él.

“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.- Juan 17:21

Seminarista Víctor Manuel Canales Torres.


Reseña de Autor 
Víctor Manuel Canales Torres es originario de Cd. Sahagún, Hidalgo. Por un tiempo radicó en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde se congregaba en la Iglesia Metodista “Monte Carmelo”. Actualmente radica en Monterrey donde se encuentra cursando su segundo año de estudios de Licenciatura en Teología en el Seminario Metodista Juan Wesley. Su práctica ministerial como seminarista la realiza en la iglesia Koinonia Cristiana, en Guadalupe, N.L. 

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