Editorial

Del Escritorio del Director

Época III, Año LXXXIII, Período 2014-2018, No. 1
Chihuahua, Chih., 15 de agosto de 2014

Esta es la primera publicación a cargo de un servidor, iniciándome en un tipo de tareas que jamás había desempeñado. Estoy tratando de nadar, pero no porque me metí a la alberca, sino porque me arrojaron en ella los delegados del XXII período de sesiones de la Conferencia General de la IMMAR. Debemos sentirnos agradecidos por el período cuadrienal que cubrió nuestro buen amigo José Donato Rodríguez Romero, con quien tuve la grata circunstancia de haber colaborado juntos en algunas comisiones nacionales de nuestra iglesia en tiempos pasados. Él es periodista, tanto por su entrenamiento como por su experiencia en ese campo, y nos tocó cosechar de él aportaciones fundamentales. Gracias, Donato, el periódico no sería lo que es si no hubieras estado tú dirigiéndolo. De todos modos, Donato seguirá vigente y activo en El Evangelista Mexicano, pues tres secciones seguirán a su absoluta responsabilidad: Intolerancia Religiosa, Noticias Internacionales, e Himnología. 

Por otro lado, contaremos también con la participación sistemática de las Hnas. Lilia Palos de Ortega y Susana O. Zapata Suárez, la primera de ellas aportando bimestralmente materiales producidos por la Sociedad de Estudios Históricos de la IMMAR, y la segunda proveyéndonos mensualmente elementos interesantes del acervo de la Dirección de Archivo e Historia. Contamos con algunos colaboradores más, y confiamos en que, gradualmente, otros metodistas se sumen a este ministerio de comunicación.

Procuraremos conservar el periódico encausado como un medio de información principalmente, ya que esa es la finalidad prioritaria de un órgano informativo; claro, sin perder su aspecto formativo. El Dr. Emil Dovifat, intelectual germano de los siglos XIX-XX, dijo que “Las noticias son comunicaciones sobre hechos nuevos surgidos en la lucha por la existencia de los individuos y las sociedades”. Este hecho propició que, durante episodios de la historia humana, la necesidad inherente de los individuos por conocer los sucesos fuese aprovechada por algunos para controlar el detonador de ese mecanismo de la conducta humana, al grado de afectar la marcha de la historia.

Nosotros no pretendemos tanto, pero sí valernos de este instrumento que ha viajado junto con el metodismo mexicano durante su época de autonomía, para poner en contacto lo que pasa con los destinatarios del periódico. Al fin de cuentas, las figuras importantes no son ni el periódico ni quien lo dirija, sino los lectores que representan el ámbito de recepción. Ya veremos si logramos contar con los suficientes corresponsales, designados y/o voluntarios, ubicados en las diferentes áreas episcopales que nos ministren como fuentes frescas de información.

Que Dios nos ayude.

Pbro. Bernabe Rendón Morales

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