Los invito a reflexionar sobre las dimensiones sociales de la paz y la tensión orden, justicia y paz. A conocer la paz que se menciona en la Escritura tanto en lo que refiere al shalom de Dios como a la perspectiva de Jesús, una paz que exige, a los testigos activos, energía, acción en nombre del propósito divino en la creación, un poder que sustenta y defiende la vida.
Pablo Oviedo
En estos tiempos de oración y búsqueda de la paz, donde hay más de 15 conflictos bélicos en nuestro mundo y la siempre potencial amenaza destructora de la guerra nuclear, hay dos ejes fundamentales para orientar nuestra reflexión. El primero es el que tiene que ver con las dimensiones sociales de la paz y la tensión orden, justicia y paz. Es decir si el orden está al servicio de la justicia o a la inversa[1]. Ambas preocupaciones están presentes en la tradición bíblica. Es decir que quienes están cómodos y satisfechos en la sociedad propician la línea del orden y que quienes sufren condiciones de marginación, carencia e injusticia propician la lucha por la justicia. El otro eje es que la paz como virtud o como búsqueda ética también tiene una dimensión espiritual en lo más hondo del ser humano y sus relaciones.
Con respecto al primer eje, en nuestra visión está claro que el orden de una sociedad está al servicio de la justicia y no a la inversa. Es decir, un orden que niega la justicia no es el orden de Dios sino un orden de pecado. En ese sentido la noción bíblica de Paz (Shalom) no coincide con la simple noción de orden, estabilidad o ausencia de conflicto sino con un orden que asegura la plenitud de vida para todos, comenzando por los menos favorecidos o débiles, que justamente es la violencia que más indigna.
En ese sentido la palabra paz en la Escritura (en Hebreo: shalom; en griego: eirene) da señales claras, de lo dicho anteriormente. Shalom es un término muy significativo en la tradición bíblica. Como dicen los biblistas, el rico sentido de la palabra hebrea no permite una única traducción. Shalom se utiliza hasta hoy como saludo que se dirigen los amigos cuando se encuentran diariamente; es una expresión de amistad con la que se recibe al huésped. Sin embargo, en su sentido profundo, el shalom de Dios tiene que ver con la vida, el bienestar personal, comunitario y creacional. Es una proclamación de alegría que trasciende el estado de quietud y tranquilidad.
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