Javier Corral Jurado
Senador por Chihuahua
Encontramos en el informe datos que francamente son escalofriantes y que no pueden quedar únicamente plasmados en el estudio, sino que deberían impregnarse en el ideario colectivo para alcanzar verdaderos resultados que modifique esta situación. Por ejemplo, se muestra el índice de supervivencia infantil que, señala, presenta desigualdades profundas en la población indígena, «el municipio de Batopilas alcanza una tasa de mortalidad infantil indígena de 118.80 defunciones por cada mil nacidos vivos, la más alta del país.»(P.47)
Los indicadores de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, que en su último reporte de Índice y Grado de Rezago social de los Pueblos Indígenas por Municipio (2005) -que por cierto al ver que el último reporte es de 2005, observamos un abandono de análisis estadístico fuerte- señala que Chihuahua tiene un grado muy alto de retraso social y educativo, ocupando así el primer lugar en el contexto nacional.
Sumado a ello, se encuentran los indicadores de pobreza multidimensional extrema que según la medición del Coneval se refiere a la población que presenta al menos tres de las seis carencias sociales (por acceso a la alimentación; por acceso a la seguridad social; por acceso a los servicios básicos en la vivienda; por acceso a los servicios de salud; por calidad y espacios de las viviendas; y por rezago educativo) y dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Ante este lamentable panorama es que surgió la Caravana por la Justicia en la Sierra Tarahumara integrada por 35 gobernadores indígenas, representantes de las comunidades de Repechike, Mala Noche, Bacajípare, Huetosachi, Tewerichi, Mogótavo, Coloradas de la Virgen y Choréachique, acompañados de valientes activistas sociales, asesores jurídicos y derechohumanistas que a través de varias organizaciones como Alianza Sierra Madre, Consultoría Técnica Comunitaria y Tierra Nativa, los han apoyado en un largo y a veces sinuoso camino, emprendiendo acciones en demanda de soluciones. El gobierno del estado de Chihuahua jamás les dio una respuesta satisfactoria, por lo que tuvieron que viajar hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington para exponer sus demandas, lo que colocó la mirada de las autoridades federales sobre su esfuerzo.
Fueron muchas las puertas que han tenido que tocar, tantas como los rechazos indolentes que han recibido. No obstante, el pasado 5 de junio, la Caravana por la Justicia en la Sierra Tarahumara de Chihuahua llegó a la Ciudad de México y tocó la puerta de los tres poderes de la Unión. En el Senado de la República, tanto el Senador Alejandro Encinas como quien esto escribe, los recibimos y convocamos a una mesa interinstitucional que atendiera los diferentes asuntos. Fue concurrida y hubo representación de varias dependencias del gobierno federal. Nuestra función ha sido la intermediación entre los representantes de los habitantes de la Sierra Tarahumara con las dependencias gubernamentales. En esa reunión, por parte del gobierno federal participaron la Secretaría de Gobernación, a través del Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz; una representación del gobierno del Estado de Chihuahua; María Elena Pérez Vega, directora general de la Cuarta Visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; así como representantes de las secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales; de Comunicaciones y Transportes; Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; de Relaciones Exteriores; Turismo; de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y de la Comisión Nacional del Agua.
Las principales demandas de la Caravana son: «Inicio de un diálogo de alto nivel a fin de impulsar un proceso legislativo que culmine con el reconocimiento del territorio ancestral para los pueblos indígenas, así como el acceso preferente a los recursos naturales. Que a nivel federal y estatal sea reglamentado y aplicado el derecho a la consulta y al consentimiento libre, previo e informado en todos los planes de desarrollo, programas e iniciativas de leyes federales y estatales que impacten los territorios en posesión de los pueblos indígenas. La cancelación de los permisos de aprovechamiento forestal de los ejidos de Coloradas, Pino Gordo y la comunidad agraria de Coloradas de los Chávez». Entre otras.
Este lunes 11 de agosto la Caravana por la Justicia en la Sierra Tarahumara tendrá la segunda reunión de seguimiento a los compromisos y acciones que se suscribieron, pero ahora se llevará a cabo en la Ciudad de Chihuahua. Nos reuniremos con las diversas dependencias gubernamentales que darán respuesta a las peticiones que los pueblos indígenas han formulado.
Debemos estar atentos para que éstas sean satisfactorias, pero más aún, debemos estar vigilantes de que efectivamente se cumplan.
