ANTISEMITISMO Y NUEVO TESTAMENTO

ANTISEMITISMO Y NUEVO TESTAMENTO

Por Cristian Oseas

Lo que sigue es una humilde opinión. Habrá quien esté de acuerdo o no, según su teoría de construcción del texto y de la historicidad del antiguo y nuevo testamento.

El 1º de mayo de 2024, durante la Segunda Sesión de la Centésima décimo octava Legislatura del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, se aprobó la ley H. R. 6090  (1), denominada “Antisemitism Awareness Act of 2023” (“Ley de Concientización sobre el Antisemitismo de 2023”), tiene sus antecedentes en el Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la cual que en ese país la discriminación por motivos de raza, color y origen nacional en programas y actividades que reciben asistencia financiera federal.

La H.R. 6090 especifica que se atiene a la definición de antisemitismo a que se apega IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance) (2), y de la cual es miembro el país de nuestra frontera norte conforme a su adherencia a la Declaración de Estocolmo sobre Educación, Recuerdo e Investigación del Holocausto del 28 de enero de 2000 y la Declaración Ministerial de la IHRA de 2020. IHRA define el antisemitismo de la siguiente manera:

Según la definición práctica de antisemitismo del Comité sobre Antisemitismo y Negación del Holocausto en Pleno del año 2016 en Bucarest: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas de antisemitismo están dirigidas a personas judías o no judías y/o a sus propiedades, a instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas” (3).

Para guiar a la IHRA en su trabajo, los siguientes ejemplos pueden servir como ilustraciones:

Las manifestaciones podrían incluir ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía. Sin embargo, una crítica a Israel similar a la dirigida a cualquier otro país no puede considerarse antisemita. El antisemitismo frecuentemente acusa a los judíos de conspirar para dañar a la humanidad, y a menudo se utiliza para culpar a los judíos de “por qué las cosas van mal”. Se expresa en el habla, la escritura, las formas visuales y la acción, y emplea estereotipos siniestros y rasgos de carácter negativos.

Los ejemplos contemporáneos de antisemitismo en la vida pública, los medios de comunicación, las escuelas, el lugar de trabajo y la esfera religiosa podrían, teniendo en cuenta el contexto general, incluir, entre otros:

  • Pedir, ayudar o justificar el asesinato o daño de judíos en nombre de una ideología radical o una visión extremista de la religión.
  • Acusar a los judíos como pueblo de ser responsables de malas acciones reales o imaginarias cometidas por una sola persona o grupo judío, o incluso de actos cometidos por no judíos.
  • Usar los símbolos e imágenes asociados con el antisemitismo clásico (por ejemplo, afirmaciones de que los judíos mataron a Jesús o libelo de sangre) para caracterizar a Israel o a los israelíes”.

Esta ley ha dado en los círculos sociales del cristianismo mucho de qué hablar, toda vez que se teme; y si no se respeta la constitución, es probable que sea instrumento de mutismo religioso para la religión cristiana.

Sin embargo, al hablar de la ley HR 6090 hay que tomar en cuenta tres cosas:

  • Hasta hoy México no es miembro de IHRA.
  • Los países miembros (como E.U.A.) deben aplicar la definición sin vulnerar sus propias constituciones en ese sentido la H.R. 6090 dice: en SEGUNDO 6. OTRAS REGLAS DE CONSTRUCCIÓN inciso b) Protecciones Constitucionales. —“Nada en esta Ley se interpretará en el sentido de disminuir o infringir cualquier derecho protegido bajo la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos”; lo que debe incluir el derecho a la libertad de pensamiento y expresión protegido por el common law en E.U.A.
  • Una sana hermenéutica de la palabra de Dios no valida el antisemitismo.

En primer lugar, la muerte de nuestro Señor Jesucristo fue un SACRIFICIO; es decir, hubo una disposición voluntaria del Señor y del Padre para esto sucediese; esto se refleja en Juan 10 en palabras del propio Jesús (o para los que son liberales, de la Iglesia sobre Jesús):

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.

Por supuesto, hay pasajes de la Biblia que pudiese parecer que se culpa a los judíos de la muerte de nuestro Señor; por ejemplo, Hechos 3 que dice:

“…3 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. 14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”… “18 Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer”.

No somos antisemitas, porque una verdadera prédica del evangelio no es acusatoria, ni busca venganza, ni trata de oprimir; aunque a lo largo de la historia haya habido quienes usaron partes de la Biblia como instrumentos de opresión y exterminio.

El verdadero mensaje del evangelio habla del sacrificio planeado de un Dios poderoso para cumplir su propósito, que dio su vida tanto por judíos como por gentiles, y que perdona el pecado de todos aquellos que invocan su Nombre. En sus palabras “también” no hay exclusión, sino inclusión. Los discípulos, luego apóstoles, eran judíos y llevaron el mensaje de su maestro Jesús, un judío que invitaba “a amar a tu prójimo como a ti mismo” no sólo a los judíos, sino también a los gentiles; y que, dicho de manera plana, puso su vida para expiación, aunque la religión judía no lo acepta.

En conclusión, se puede usar cualquier parte de un discurso para intenciones torcidas. Eso está históricamente probado y además Pedro dijo en su segunda carta, capítulo 3, verso 15: “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”. Pero si interpretamos las escrituras sistemáticamente y en conjunto, llegaremos a la conclusión de Pablo, que dice: “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.


NOTAS:

  1. https://www.congress.gov/bill/118th-congress/house-bill/6090/text 
  2. https://holocaustremembrance.com/ 
  3. https://holocaustremembrance.com/resources/working-definition-antisemitism 

Un comentario sobre “ANTISEMITISMO Y NUEVO TESTAMENTO

  1. bernaberendon@yahoo.com.mx pregunta para el Hno. Cristian Oseas: Puesto que el antisemitismo está superado desde hace siglos, especialmente después de la prohibición de la Santa Inquisición, ¿deberíamos hoy considerar a Israel como el pueblo de Dios, a la luz del N. Testamento?

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