Época III, Año LXXXIII, Período 2014-2018, No. 04
Chihuahua, Chih., 30 de septiembre de 2014
Octubre, la Reforma, los Metodistas
Mañana miércoles ya será octubre de 2014, el mes que nos llama como cada año a retomar el tema de la Reforma Protestante, o “evangélica”, como muchos prefieren denominarla. Por cierto que estamos a sólo tres años de completar los primeros 500 años de historia protestante (1517-2017). Deberá ser un año de mucha celebración.
Sabemos bien que el movimiento metodista llegó a ser parte del devenir de la humanidad hasta el año 1738, 221 años después de la Reforma. Este desfase en los tiempos nos hace preguntar si los metodistas somos protestantes o no. No hay modo de discutir si provenimos de aquel movimiento reformador, puesto que aparecimos mucho tiempo después, no fuimos parte de ese magno acontecimiento transformador. Pero aun así, ¿tenemos alguna relación con la Reforma del siglo XVI? Sí la tenemos, y tanto que sin aquella quizá no hubiéramos existido nosotros, pues somos un fruto de ella, un fruto tardío, pero brotado del mismo árbol.
El primer metodista fue aquel atormentado joven pastor anglicano que cargaba con sus culpas y sus anhelos de ser recibido en los brazos perdonadores de Dios, llamado Juan Wesley. Sólo contaba con 22 años de edad cuando decidió iniciar su camino hacia un Dios santo, suspirando por alcanzarlo del modo como lo aprendió de su iglesia madre. Tenía tantos obstáculos teológicos impidiéndole clarificar su fe en Cristo, que por sí mismo jamás habría logrado trascenderlos. Fueron los moravos (de la región de Moravia) quienes le ayudaron a transitar desde sus honestas conclusiones dogmáticas, hasta la doctrina de la justificación por la fe sola. Los moravos nacieron antes de la Reforma, ya que estamos mencionando los desfases, pero la habían preparado siguiendo los principios del sacerdote católico Juan Hus, y por eso cuando ella llegó la hicieron suya. Así pues, la Reforma, en su aspecto más piadoso y experimental le llegó a Wesley mediante los hermanos moravos.
Principalmente debemos recordar que la experiencia crítica que marcó un antes y un después en la vida de Wesley fue lo sucedido aquella noche de mayo, a las 8:45 pm, en la reunión casera de una sociedad religiosa anglicana. Angustiado porque los moravos lo habían convencido de que la justificación era posible únicamente por la fe en Jesús, y creyendo no tenerla, la luz entró de golpe como un relámpago a su entendimiento cuando un sencillo laico leyó en voz alta el Prefacio de Martín Lutero a la Carta a los Romanos. Esa noche nació el metodismo, y se lo debemos a Lutero. La Reforma llegó a aquel corazón hambriento, tarde, pero legó; y el mundo vería otra revolución derivada de aquella primera.
Finalmente, tenemos nuestros 25 Artículos de Religión. Nuestra doctrina es cristiana porque compartimos los grades credos de las tres confesiones cristianas históricas, fundamentadas en la Biblia. Es metodista porque heredamos las grandes aportaciones que Wesley formuló al calor de su misión evangelizadora y pastoral. Y es protestante porque nuestros Artículos de Religión fueron tomados de los 39 Artículos que fueron redactados por los reformadores del siglo XVI. Estamos pues, salpicados por doquier de la noble historia y la doctrina de la Reforma.
Pbro. Bernabé Rendón M.

