Que es el amilenialismo.

Pbro. Rodolfo RiveraEn el número anterior de este periódico publicamos la ponencia del Pbro. Rubén Pedro Rivera en el III Congreso de Doctrina Metodista de la CANCEN, celebrado en octubre de 2014.Ahora estamos presentando a nuestros lectores la disertación del Pbro. Rodolfo Rivera de la Rosa, parte del mismo Congreso. Él es actualmente el Pastor Titular de la IMMAR La Trinidad, en la Ciudad de Chihuahua.Consistió en la explicación de lo que es la interpretación escatológica conocida como amilenarismo o amilenialismo.Se funda en la idea de que Cristo vendrá otra vez literalmente, pero que no habrá ni hay milenio alguno, y que su Reino ya está establecido de una manera espiritual.

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Amilenarismo en el Calendario Escatológico Bíblico.

Presentado por Pbro. Rodolfo Rivera de la Rosa octubre 2014

Las imágenes literarias que aparecen en la Biblia son sugerentes pero, en ocasiones, también inquietantes. No son pocos los lectores que quedan desconcertados ante ciertos símbolos bíblicos que no aciertan a interpretar. Por ello no es extraño que en los últimos años haya crecido el interés por estudiar a fondo el imaginario que emplean los escritores bíblicos con la intención de conocer los orígenes de los símbolos y las imágenes, su significado y su uso en el mundo bíblico y en la vida cristiana.

“El Apocalipsis es para los valientes que se animan a buscar en el texto con la lupa; pero también es para humildes, para los que desean escuchar con suficiente respeto lo que realmente dice el texto inspirado. 

El Apocalipsis es un libro realmente único dentro del canon bíblico y aún en la literatura universal. En primer lugar los lectores modernos del Apocalipsis deben tratar de comprender el mensaje que el libro tenía para los creyentes del Asia Menor, en tiempos de Juan. Estudiar el trasfondo histórico, las claves hermenéuticas y el mensaje del Apocalipsis es un trabajo de toda una vida.

Apocalipsis es un libro abierto. El Cordero desató los sellos. Los creyentes que tienen sabiduría pueden entender el mensaje de esta profecía. Pero en este libro no debemos buscar sentidos futuros que el mismo Juan no hubiera entendido. Es bastante distinta la impresión que muchos tienen hoy en día, y de la forma en que muchos suelen leerlo, como si el libro fuera un rompecabezas esotérico y como si la bendición prometida se dirigiera a los que fuesen capaces de resolver el crucigrama futurista, y poner en orden cronológico todos los eventos venideros para hacer un cuadro gráfico de todo el porvenir.

Lamentablemente, la mayoría de los lectores modernos se acercan al Apocalipsis con muchos presupuestos equivocados que obstaculizan el entendimiento fiel de su mensaje. Muchas veces le hacemos al libro preguntas que el autor y los lectores no planteaban.  A menudo insistimos en ver cosas que no están en el texto y, por concentrarnos en esas cosas que creemos ver pero no están, no percibimos las enseñanzas que sí están escritas. 

El Apocalipsis fue escrito para ser entendido precisamente por los fieles comunes y corrientes de Asia Menor. No fue escrito para especialistas ni eruditos, quienes tendrían que explicárselo a la iglesia. Su sitio original no era el escritorio del experto sino la congregación en su lectura comunitaria”.

(Entrevista a Juan Stam, La Fuente, Paraguay, marzo 2008).

Preliminares

Recordemos que el vocablo Apocalipsis proviene del griego y quiere decir “quitar el velo” o “revelación”, de donde nos viene el nombre del último libro de la Biblia. Este tipo de literatura se caracterizaba por ciertos rasgos como el uso de lenguaje simbólico, la división de la historia en varios períodos y el sentido de expectación inminente con que se aguarda el fin de la era presente. Hoy se sabe que durante un período de seis siglos fue un elemento dominante en el pensamiento judío, período que abarca el siglo IV a.C. (Cf. Ezequiel 25-32; 37-39) hasta finales del siglo II d.C. (Apocalipsis de Juan).

Dentro del lenguaje bíblico, particularmente en la literatura apocalíptica, ocupan un lugar destacado los símbolos. De entre todos los textos bíblicos no hay duda de que el libro del Apocalipsis es uno de los más ricos en simbolismo y, quizá por ello, más difíciles de interpretar.

El Apocalipsis, como cualquier otro libro, se entiende bien sólo en estrecha relación con su contexto. Se escribió en un contexto complejo, en un contexto político que fue el Imperio Romano, bajo el emperador Domiciano. Un contexto geográfico que fue la provincia romana de Asia Menor. Un contexto particular que fue en la isla de Patmos. Un contexto literario que consistió en las escrituras hebreas, escritos apocalípticos y rabínicos, y quizá y en menor grado los rollos de Qumrán. Un contexto espiritual, que abarcó un ministerio pastoral, un llamado profético en la vida de las comunidades cristianas, basado en el Antiguo Testamento y la revelación divina.

Dado lo anterior, el objeto de esta exposición no pretende ser un nuevo comentario al Apocalipsis, por cierto, dista mucho de ello. La intención del presente trabajo es invitar a escuchar y reflexionar en otra lectura, que le sea útil para introducirse en el mundo apocalíptico y que le ayude a conocer el origen, el significado y las interpretaciones de los principales símbolos que envuelven al milenio narrado por el libro de Apocalipsis desde la perspectiva amileniarista. El Milenio en el Apocalipsis

Hablar del milenio es hablar indiscutiblemente también de acontecimientos que tienen que ver en ese contexto; de hecho, el tema denominado “Amilinearismo en el calendario escatológico bíblico” se tiene que ubicar en el “mapa” de los acontecimientos indiscutibles que sucederán: la escatología, una gran tribulación, la venida de Cristo y el juicio final, que son temas muy importantes y trascendentes en la misión y en el quehacer cristianos.

(Continúa)


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