Iglesia y Comunión

estudioEs increíble la cantidad que cosas que pueden aprenderse hoy en día. Hace años para poder ampliar tus conocimientos debía buscar algún lugar donde impartieran clases, hacer que tu horario se ajustara a la oferta de preparación; asistir puntualmente y poner el mayor empeño para aprender aquello que anhelabas: pintura, ejercicio, enfermería, arte, primeros auxilios, etc…

Pero esos tiempos cambiaron. Hoy cualquiera de las cosas que mencioné y muchas mas pueden ser aprendidas a través de los famosos “tutoriales”. Solo necesitas una computadora con conexión a internet. Mecánica, Ingeniería, Matemáticas, idiomas, etc. Hace unos días un buen amigo me comentó que necesitaba aplicarse un medicamento, que no conocía a alguien que pudiera inyectarlo, pero que buscó un tutorial en internet y lo hizo el mismo.

Si trasladamos eso al ambiente cristiano, tenemos el mismo panorama. Hay una enorme cantidad de sitios y generadores de contenido encargados de explicar muchísimas cosas relativas a la fe, la ética, la espiritualidad, las prácticas piadosas. Justamente este sitio donde lees esta entrada tiene como visión el “proveer material de valor para el crecimiento espiritual de la iglesia”. Y no somos los únicos. John Piper está publicando periódicamente una serie de videos en donde nos explica gráficamente cómo es que él lee y estudia la escritura y encuentra joyas versículo a versículo.

Este panorama hace hacerme algunas preguntas: En nuestro estilo de vida postmoderno, ultra-informado, sin fronteras de conocimiento, ¿está la vida cristiana devaluada o “des-personalizada”? En el mundo en el que la tendencia es tener vidas “online” o “paperless”, donde puedes obtener un grado universitario sin pararte ni una vez en la universidad, ¿Puede aplicarse esto también a la iglesia?

Y es que hay casos interesantes: Lifechurch.tv es una iniciativa de plataforma cristiana online, que provee la oportunidad de ser parte de una iglesia “en línea”, mirando una transmisión de adoración y predicación a través de Internet, y de estar en “contacto” con consejeros y asesores, a través de una plataforma electrónica, y ser “pastoreado” de esa manera.

Pero mi pregunta es: ¿es esto posible? ¿O será que el cristianismo tiene como distintivo el estar frente a frente? La iglesia que pastoreo tiene un ministerio de sanidad que te exige ser parte de un grupo cerrado donde puedes hablar, confesar, mirar a los ojos y ser bendecido con la oración y consejo de tus hermanos en la fe. Iniciaré la siguiente semana un grupo de discipulado cuya regla principal es asistir puntualmente, y participar de la charla y las preguntas y discusiones que plantearemos.

No en vano, la palabra “iglesia” viene de la palabra griega “eklesia”, que significa asamblea, reunión. Eklesia es el momento en que los creyentes están juntos, físicamente, mirándonos, tomándonos de las manos y creciendo en la fe unos con otros. Otra palabra distintiva del cristianismo es el vocablo griego “koinonía”, que significa “comunión”. Esos dos conceptos han sido esenciales en la historia de la iglesia, y cuando están siendo practicados en su modo más elemental, la comunidad de fe cumple su propósito divino. La iglesia deja de ser iglesia cuando se pierde la comunión unos con otros, y cuando la asamblea de los santos deja de reunirse.

Iglesia es llorar con los que lloran, reír con los que ríen. Es confesarnos los pecados unos a otros, y orar para ser sanados. Esa es la iglesia. Cuando pienso en el mundo tecnológico postmoderno, llego a la conclusión: la iglesia no necesita reinventarse; la vida cristiana es real cuando hay eklesia y koinonía, cuando hay iglesia y comunión.


Hugo AlmanzaACERCA DEL AUTOR
Hugo Almanza: Pastor Metodista en la IMMAR La Promesa, en Reynosa, Tamaulipas, Conferencia Anual Oriental, egresado del Seminario Metodista Juan Wesley.

2 comentarios sobre “Iglesia y Comunión

  1. Un excelente artículo que examina uno de los graves problemas que confronta La Iglesia en nuestro tiempo. Por desgracia el problema apunta hacia un índice de mayor calamidad. Esta tendencia no podrá revertirse pero sí puede retardarse. Ante este signo del siglo urge que los creyentes afirmemos y proclamemos la verdad bíblica dentro del contexto de una Iglesia que busque y mantenga la vida y obra que describe el libro de los Hechos, donde «todos los que habían creído estaban juntos» y «perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón», es decir reunión y comunion, que bendijo el Señor, quien «añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos» (Hechos 2:44, 46, 47). Bendiciones, Pbro. Rubén Pedro Rivera

    Me gusta

Los comentarios están cerrados.