El camino por la vida

Por: Salvador González

Foto: Salvador González; South Padre Island, Texas
Foto: Salvador González; South Padre Island, Texas

Desde que nace, Dios establece un dialogo con el hombre para dar a conocer su voluntad durante el Camino por la Vida. Asimismo, el hombre también establece diversas formas para dialogar con sus semejantes. En cuanto el hombre deja de comunicarse, hay un retroceso en su desarrollo espiritual y personal.

Cuando el hombre trunca su dialogo con Dios, comete el más grave error trayendo consecuencias en su vida. Por el contrario, si el hombre trunca el dialogo con sus semejantes, se adentra en tierra de soledad, lo cual también acarrea graves consecuencias a su vida. Recordemos que Dios ha creado al hombre para que viva en comunión con El, en amor con sus semejantes y conservando todo lo que le rodea mientras recorre el Camino por la Vida.

Muchas personas se preguntan qué diferencia hace la Escritura en la vida diaria de las personas y con mucho cuidado observan la manera de actuar de los demás, especialmente en los hacedores de la palabra[1]. La finalidad es la de percibir un indicio que les lleve a ver cualquier diferencia con lo que han visto. El Camino por la Vida de un hacedor de la palabra no se asemeja a ninguna persona; solamente busca andar como él anduvo[2].

La vida es bella si se sabe andar como él anduvo. Aun los detalles que parecen insignificantes encierran una lección en el Camino por la Vida. Todo es cuestión de observar y desenmarañar los hilos invisibles que impiden ver con claridad la belleza de la vida. Cuando la belleza de la vida es nítida, se obtiene la enseñanza que ayuda a convertir el Camino por la Vida en algo hermoso.

En cada día que se añade a la vida ciertamente hay equivocaciones ─y muchas─ pero también hay aciertos ─ y muchos─ los cuales hacen que el Camino por la Vida sea algo valioso, único e irrepetible. De las equivocaciones se aprende y aunque pareciera que hay retroceso, la enseñanza es tan enriquecedora que se repite para ser prisionero de ella. Ser prisionero de una equivocación, inevitablemente te llevará a romper la cadena que obstruye a la Verdad para andar como él anduvo. De los aciertos también se aprende y aunque pareciera que hay avance, la enseñanza es tan enriquecedora que se anhela ser prisionero de la humildad para no retroceder. Ser prisionero de la humildad inevitablemente te llevará a la Verdad para andar como él anduvo.

No hay otro Camino por el cual se pueda disfrutar lo que se recibe si se tiene la certeza de quien lo envía. Ciertamente somos peregrinos en el Camino por la Vida porque recorremos una travesía en una sola dirección, caminamos un sendero sin desviación y tenemos un rumbo transparente en el que no hay señal de perdición.

Al final del Camino por la Vida, unos brazos amorosos nos recibirán y nos mostrarán el Camino por la Vida en la eternidad.

 

Acerca del autor
Salvador GonzálezSalvador González está casado con Yadira López y ambos tienen tres hijos: Salvador, Samuel y Abigail. Durante veinte años ejerció diversas funciones gerenciales en el campo secular.
En Junio de 2001 aceptó a Jesucristo como su Señor y suficiente Salvador y los siguientes doce años fue miembro en Plena Comunión activo en la Iglesia Metodista La Santísima Trinidad, de Rio Bravo, Tamaulipas, desempeñando diversas funciones dentro de la misma.
En enero de 2006, inició el Ministerio Radial “Dulce Caminar” que se transmitió durante ocho años por frecuencia de Amplitud Modulada (AM) en varios espacios cristianos del Grupo Radiorama de Reynosa, Tamaulipas. Actualmente, “Dulce Caminar” se transmite por internet a todo el mundo
Terminó sus estudios por extensión en el Seminario Juan Wesley en Junio de 2015.
Actualmente es pastor del Punto de Predicación Jesucristo es el Señor, en Río Bravo, Tamaulipas.
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[1] Santiago 1:22
[2] 1 Juan 2:6