Distribución de Biblias bate record: 428.2 millones de ejemplares

Brasil es el país donde se han distribuido más Biblias. Las cifras aumentan de forma significativa en países donde hay conflictos, como Siria y Ucrania.
(FUENTES Evangelical Focus AUTOR Redacción P+D TRADUCTOR Patricia Bares)
07 DE NOVIEMBRE DE 2015 13:30 h
Se distribuyeron 428,2 millones de Biblias a través de Sociedades Bíblicas en 2014. El 2014 se alcanzó el mayor número de Biblias impresas distribuidas por Sociedades Bíblicas por todo el mundo. Se distribuyeron casi 34 millones de Biblias completas, un aumento del 6% frente al 2013, y un 14% mayor que la cifra del primer año de la década. Las cifras se han extraído del Informe de la Distribución de las Escrituras de las Sociedades Bíblicas Unidas, producido anualmente, el cual recopila cifras de la distribución de las Escrituras comunicadas por las Sociedades Bíblicas.
En total, en el año 2014 se han distribuido 428,2 millones de Escrituras a través de Sociedades Bíblicas, incluidas Biblias completas, Testamentos, Evangelios y productos bíblicos similares más pequeños, lo cual representa un aumento del 7% y un 17% frente al 2013 y 2010 respectivamente. La zona que informó de una mayor distribución en 2014 son las Américas, con 314,5 millones de Escrituras, incluidas 14,4 millones de Biblias completas. Este territorio ha visto aumentos significativos de año en año en la distribución de las Escrituras durante los primeros cinco años de la década, cuya cifra en 2014 supera en un 20% a la del 2010.
EL MUNDIAL DE FÚTBOL AYUDÓ EN LA DISTRIBUCIÓN
Se distribuyeron muchas más Escrituras en Brasil que en cualquier otro país del mundo. Sus 7,6 millones de Biblias significan más de la mitad de la distribución total en las Américas, y más de una quinta parte de la distribución total de Biblias del año pasado. En total, la Sociedad Bíblica de Brasil distribuyó 288,7 millones de Escrituras: más de dos tercios de la distribución global total. A pesar de que las cifras de distribución de Brasil siempre han sido altas, mayormente a causa del programa tan completo de promoción social y su buena relación con todas las iglesias, las cifras del año pasado se incrementaron en parte gracias a las Biblias que se entregaron durante el Mundial de Fútbol.
La distribución de Biblias ha aumentado “Los brasileños están locos por el fútbol, y el Mundial fue una maravillosa oportunidad para compartir la Palabra de Dios con los numerosos seguidores del fútbol que celebraban el torneo,” comenta el Dr. Rudi Zimmer, director ejecutivo de la Sociedad Bíblica. Las cifras de Cuba explican una historia del crecimiento acelerado de la iglesia, que está creando una gran demanda de las Escrituras. El año pasado se distribuyeron allí 1,5 millones de Escrituras: más del doble del total distribuido en 2010. Y se distribuyeron cuatro veces más Biblias completas el año pasado comparado con el 2013, gracias al proyecto de Misión Millón de Biblias en Cuba de las Sociedades Bíblicas Unidas.
ÁFRICA, EUROPA Y ORIENTE MEDIO
Las cifras de la distribución general en África fluctúan cada año, pero han experimentado un crecimiento constante en la distribución de Biblias completas desde el inicio de la década. Los 7,3 millones de biblias distribuidas allí en 2014 representan un aumento del 31% sobre la cifra del 2010. Nigeria y Sudáfrica continúan siendo los líderes de África en distribución de Escrituras, con unos 4,5 y 1,5 millones de copias respectivamente, pero a su vez están teniendo lugar aumentos notables en países más pequeños. La conflictiva República Centroafricana, por ejemplo, ha triplicado su distribución anual de Escrituras, pasando de menos de 9.000 en 2010 a casi 29.000 en 2014, de las cuales la mayoría fueron Biblias completas. En Europa y Oriente Medio, los 7,9 millones de Escrituras distribuidas el año pasado representan un aumento de casi un 12% frente al 2010.
El número de Testamentos que han ido distribuyéndose ha estado creciendo de forma particularmente rápida. (La gran mayoría de Testamentos se distribuyeron en la región: un 23% más que en 2013 y un 126% más que en 2010).
BIBLIAS EN LUGARES DONDE HAY GUERRA
Los aumentos han tenido lugar en sitios sorprendentes. En Siria, lugar actualmente afectado por la guerra, el número de Testamentos ha sido cinco veces mayor en 2014 que en 2010, antes de que empezara el conflicto. Un soldado lee la Biblia en Ucran Y en Ucrania, en medio de uno de los años más difíciles de su historia reciente, la Sociedad Bíblica distribuyó allí casi 70.000 Nuevos Testamentos: un 48% más que en 2012 y 10 veces más que en 2010. Asia, el continente más poblado del mundo, vio un aumento del 6% de la distribución de Escrituras entre 2013 y 2014.
Algunos aumentos notables han tenido lugar en los primeros cinco años de la década en varios países asiáticos, incluidos los dos gigantes: India y China, que distribuyeron un 22% y 10% más en 2014 que en 2010. Filipinas, la nación cristiana más numerosa, distribuyó un 42% más de Escrituras en 2014 que en 2010, y Myanmar un impresionante 45% más.
DIFERENTES FORMAS DE DISTRIBUCIÓN
Además de distribuir una cifra récord de Escrituras impresas en 2014, las Sociedades Bíblicas también han informado sobre aumentos significativos en la distribución de productos bíblicos no impresos. (Eso incluye productos basados en las Escrituras en forma de CDs, casetes, DVDs, mp3s, textos y descargas de internet, pero no se incluyen textos de las Escrituras de la Sociedad Bíblica a través de apps como YouVersion o BibleSearch.) Se han distribuido más de dos millones de Escrituras de esa forma en 2014, un 8% más que en 2013 y tres veces mayor que la cifra del 2010.
Leer más:
http://protestantedigital.com/cultura/37811/La_distribucion_de_Biblias_bate_un_record

Ecos de la Reforma Protestante: La Biblia de Casiodoro de Reina

De Azúa la calificó como “la madre de la literatura”. Muñoz Molina le hace enorme justicia: “Casiodoro de Reina escribe en un castellano prodigioso que está en el punto intermedio entre Fernando de Rojas y Cervantes”.
(GINEBRA VIVA AUTOR Leopoldo Cervantes-Ortiz)
05 DE NOVIEMBRE DE 2015 23:10 h
Detalle de la edición especial de la Biblia Reina Valera 1960. Para mis amigos y amigas españoles, que cada vez son más La lectura de la Biblia quedó prohibida en el Imperio español desde el siglo XVI. Si hubiera sido “autorizada” la hermosa traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, protestantes españoles del siglo XVI, la historia de nuestra lengua sería sin duda distinta de lo que es. Antonio Alatorre, Los 1001 años de la lengua española. México, Fondo de Cultura Económica, 1979.
Alrededor de la fecha conmemorativa de los inicios de la Reforma Protestante en Alemania, llegaron a mis manos dos tesoros: primero, la Biblia de la Reforma, de la Sociedad Bíblica de España, donde colaboré con un ensayo publicado en esta revista. Y segundo, por fin, el facsímil de la clásica Biblia del Oso formidable esfuerzo que durante más de 40 años esa misma institución se empeña en mantener al alcance de los interesados en las gestas espirituales del fecundo siglo XVI. Y no es que la desconociera del todo físicamente, pues en diversas ocasiones había acariciado la posibilidad de obtenerla para degustar sus páginas con toda delectación y parsimonia, tal como desde los años infantiles había aprendido a convivir diariamente con ella. Sabedor de su valor histórico, siempre atisbé los avatares de su primera y segunda edición (1569; y 1602, la llamada del Cántaro) y he perseguido su huella con indeclinable entusiasmo, especialmente cuando algún escritor o estudioso se refiere a ella.
Es el caso de Antonio Alatorre, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Félix de Azúa, J.A. González Iglesias (“criatura única y necesaria dentro de la literatura española”) o Antonio Muñoz Molina, por sólo mencionar algunos. De Azúa la calificó como “la madre de la literatura”, nada menos. Las palabras de Muñoz Molina son exactas y la colocan en una dimensión que le hace enorme justicia: “Casiodoro de Reina escribe en un castellano prodigioso que está en el punto intermedio entre Fernando de Rojas y Cervantes, con una efervescencia expresiva que solo tiene comparación con santa Teresa, san Juan de la Cruz y fray Luis de León” (El País, 26 de julio de 2014). Su celebración de la lengua allí contenida es contagiosa: Es una lengua poseída por la misma capacidad de crudeza terrenal y altos vuelos literarios de La Celestina; un castellano mudéjar, empapado todavía de árabe y de hebreo, forzado en sus límites sintácticos para adaptarse a las cadencias y las repeticiones y las exageraciones de la lengua bíblica. […]
Es una lengua para ser recitada, entonada, cantada en voz alta; para expresar la furia tan desatadamente como el deseo erótico; y también las negruras de la pesadumbre y los extremos del dolor. Traducidos por Casiodoro de Reina, el libro de Job o el Eclesiastés son, sin la menor duda, dos de las obras máximas de la poesía y de la sabiduría en español. En los años 90 circuló en América Latina la edición en cuatro tomos que, para la editorial Alfaguara realizaron Juan Guillén Torralba (Libros históricos), Gonzalo Flor Serrano (libros proféticos y sapienciales), José María González Ruiz (Nuevo Testamento), de los cuales sólo pude adquirir el primero para apreciar, así fuera indirecta, pero efectivamente, el impacto cultural de esa versión benemérita, ligada para siempre a la fe evangélica de nuestro subcontinente, dado el aprecio con que la hemos leído, disfrutado y memorizado.
Reina-Valera, edición para el Quinto Aniversario de la Reforma.
Un buen protestante latinoamericano no puede dejar de llevar en su cabeza los versículos compuestos por Casiodoro y Cipriano, con todo y que valore adecuadamente las magníficas traducciones recientes en lenguaje, aparentemente, más sencillo. Sus giros retóricos y lingüísticos son, literalmente, insustituibles. Pongo solamente un par de ejemplos, citados por Octavio Paz en su “Discurso de Jerusalén” (1977): “Diré a Dios: no me condenes, hazme entender por qué pleiteas conmigo” (Job 10.2, RVR 1909). “Aun cuando me matare, en él esperaré: empero mis caminos defenderé delante de él’ (Job 13.15)”. Una cosa llevó a la otra: el exquisito estudio introductorio de A. Gordon Kinder, que acompaña la edición facsimilar de esta mítica Biblia, me remitió, nuevamente a mis lecturas de Marcelino Menéndez y Pelayo, y de José Constantino Nieto, quien nos visitó en 1985 deslumbrándonos con su aportación sobre la figura de Juan de Valdés, de quien nunca habíamos oído hablar.
Él es quien resume, en otro libro fundamental (El Renacimiento y la otra España: visión cultural socio-espiritual. Ginebra, Droz, 1997), la vastedad de la labor de aquellos titanes de la traducción, perseguidos y odiados en su propio país: “Todos estos anónimos protestantes españoles en Inglaterra, Ginebra, Francfort, y otros centros europeos, revelan la dimensión social y política de la Reforma española, aunque no tengamos datos para asesorarla con análisis estadísticos.
Estamos ante un fenómeno religioso que no se puede reducir ni a una determinada región en España, ni a una sola clase elitista intelectual de la clase media o aristocrática. Y estos refugiados son sólo un vago reflejo del problema internacional de la Reforma española”. Si don Marcelino, con todo y su vena anti-protestante, nos había llevado de la mano por la fascinante vida de los heterodoxos españoles, a través de las ciudades europeas clave para el crecimiento de la Reforma, con el protestante Nieto (doctorado en Princeton) estábamos en un territorio común y más cercano a nuestros intereses, y al mismo tiempo abiertos ya (hablo de un sector muy minoritario de estudiantes) a lo que él nos presentaría al abordar a San Juan de la Cruz en otro libro publicado en México. Kinder sintetiza en sus breves páginas todo ese devenir que vuelve a aparecer ante nuestra mirada en todos sus detalles reveladores de una constancia puesta a prueba tantas veces.
Para sorpresa y desconsuelo de los lectores evangélicos que idolatran la versión Reina-Valera (pero sin un sustrato histórico y cultural sólido), el original de 1569 contiene los llamados libros “apócrifos” o deuterocanónicos. Así, es posible leer los libros de Eclesiástico, Baruch, Macabeos, los agregados de Esdras y Daniel que sin ningún rubor ni conflicto el reformador español incluyó en su traducción. Los motivos para quitarlos de las ediciones posteriores, con todo y lo relevantes que fueron para los primeros misioneros, no dejan de ser cuestionables, pues privaron a varias generaciones de lectores del contacto con esa zona literaria que completaría el panorama histórico y cultural de la Biblia en su totalidad.
El finado escritor mexicano Carlos Monsiváis fue un defensor apasionado de la revisión de esta Biblia publicada nuevamente en 1909, luego de la llevada a cabo en 1862. En una entrevista que puede verse en video (www.youtube.com/watch?v=Sa_nFJQ98sQ), puntualizó muy bien su gusto exclusivo por ella: La Biblia fue el primer libro que leí, a los 6 años. Y desde entonces he seguido leyéndola y me he familiarizado con el lenguaje. Sé que muchas cosas ya exigen un correlato histórico muy distinto en cuanto a épocas, la época en que se escriben los Evangelios, en fin… […]
Me parece que para mí fue un aprendizaje de la lengua excepcional porque me tocó leer la Biblia en la versión de Casidoro de Reina y Cipriano de Valera que considero inmejorable y cuyo uso me parecería todavía necesario. No me gusta la actualización de la Biblia, la versión actual [de 1960], no porque discrepe de las correcciones, las anotaciones, las puestas al día de vocabulario, sino porque lo otro era el caudal de la lengua y la manera inmejorable de decir: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría”.
Me parece que allí se ha llegado a una perfección del idioma tan declarada que buscar equivalentes que sean más comprensibles es simplemente relegar lo que da de profundidad una versión hecha de una manera soberbia por Reina y Valera. De modo que continuamos de plácemes, sobre todo por la continuación del diálogo espiritual y cultural con aquellas producciones que han definido toda una manera de ser y de pensar en aquellas tierras lejanas y en las nuestras, emparentadas contra viento y marea por el influjo de la resistencia teológica rebelde y creativa.
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La Biblia sigue siendo el libro más leído para los mexicanos
10 de Noviembre de 2015
La lectura es sólo la quinta actividad de ocio en cuanto a inversión de tiempo para los mexicanos.
MEXICO, D.F.- Los mexicanos leen una media de cinco libros al año. Tres y medio por gusto y casi dos por necesidad. El 42.7% de la población no lee libros. Los datos se desprenden de la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura desarrollada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta), hecha pública el lunes, según informa The Associated Press.
La lectura es sólo la quinta actividad de ocio en cuanto a inversión de tiempo para los mexicanos.
Sólo un 21 por ciento menciona que es algo en lo que gasta parte de su tiempo libre, menos de la mitad que en la televisión, que un 52 por ciento ve en su tiempo libre.
En la capital del país se lee un 57 por ciento más que la media del resto de México. Mientras el 40 por ciento de las personas que han llegado a la universidad afirma leer de manera habitual.
Entre las personas de niveles educativos más bajos, el porcentaje se reduce al 14 por ciento y el estudio señala como factor principal para el fomento de la lectura la incidencia directa de los padres y los maestros así como que a partir de los 18 años la frecuencia lectura disminuye hasta un 15 por ciento.
También se registra un mayor frecuencia lectura entre quienes ganan más de 11 mil 600 pesos al mes (unos 660 dólares), hasta un 40 por ciento más, que en los que ganan menos de esa cifra, en torno a la que se sitúa el ingreso medio en el país.
Es preocupante también la situación de la comprensión lectora porque un 45 por ciento de los encuestados afirma que en muchas ocasiones no comprende lo que lee.
La Biblia y ’50 sombras de Grey’
Al menos parece que la lectura aumenta con el tiempo. En 2006 una encuesta de la misma institución encontraba que los mexicanos leían en promedio 2.9 libros al año lo que supondría que en la última década el hábito de la lectura ha aumentado.
Lo que no cambia es que tanto en 2006 como en 2015, el texto favorito entre quienes declaran haber leído o hacerlo actualmente es la Biblia. Y en 2015, el segundo más leído después de la Biblia es “50 sombras de Grey”, de la autora estadounidense E. L. Grey; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry; Crepúsculo, de Stephenie Meyer, y Juventud en éxtasis, de Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
La situación mexicana no es mala si se compara con la de América Latina, donde la mitad de la población no lee, según un estudio realizado en 2012 por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac), dependiente de las Naciones Unidas. Pero sí es mala si se compara con España o Portugal donde, según la misma institución se leían una media de 10 y 8.5 libros al año.
Respecto de la escritura, 46 por ciento de los consultados respondieron que su actividad más practicada es la redacción de mensajes de celular; “es de destacar que las actividades en cuarto y quinto lugares son ambas producto de la comunicación digital: mensajes en redes sociales y chats”.
La Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015 del Conaculta, que contó con el apoyo del Centro de Investigaciones Académicas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) y Funlectura, así como varios investigadores y especialistas, indica que más de la mitad de la población (56 por ciento), utiliza Internet.
Fuente: noticiacristiana.com
Esta Sección sobre Notas Bíblicas está a cargo del Hno. J. Donato Rodríguez Romero. Él es un periodista cristiano quien dirigió este periódico de 2010 a 2014. Vive con su esposa Margarita Velasco en la Ciudad de Puebla, y asisten a la IMMAR El Buen Pastor. Pertenece a la CASE.


Notas interesente sobre la lectura de la Biblia en México.
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