Las escrituras y la palabra «discípulo»

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¿Qué significa la palabra DISCÍPULO?

Significado según el Diccionario Manual de la Lengua Española Vox, <Persona que recibe enseñanza de un maestro o que sigue estudios en una escuela> Recuerdo cuando en mi escuela me acercaba a mi maestro que estaba con otros maestros, y decía presento a mi discípulo. Pienso que en las escuelas, el día de hoy, se ha perdido ese sentido de reconocimiento entre un maestro y su alumno. El diccionario acota la siguiente expresión: <Jesús de Nazaret tuvo muchos discípulos, de los cuales doce fueron los apóstoles.

Pero pasemos a ver qué dice la Biblia sobre la palabra discípulo, en el Antiguo Testamento, se menciona una sola vez en Isaías 8:16 “Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.” La palabra hebrea usada es muy interesante (limmud), que describe a alguien que ha sido instruido hasta adquirir una disciplina de vida. Esta palabra se deriva de un verbo radical hebreo (lamad), con un significado doble: enseñar y aprender. La mentalidad detrás de este significado doble es que nadie aprende si no hay quien le enseñe, pero tampoco nadie enseña sino logra que haya alguien que aprenda. A través de este comentario, notamos la idea de una cadena continua de transferencia de conocimientos, y de experiencia con Dios, para transformación de vidas. En el Nuevo Testamento el nombre común discípulo aparece en su forma masculina (mazetés), aprendiz, con su forma femenina (mazetría) y su derivado (symnazetés) condiscípulo. El verbo correspondiente es (mazeteyo), derivado del verbo (manzano): llegar a saber o a conocer, interrogar, buscar, adquirir una costumbre. Como es de esperar, el nombre complementario es (diskalos), maestro, instructor, preceptor. Derivado del verbo (didasko), instruir, aconsejar, al igual que el sustantivo (didajé), enseñanza. Como en el vocablo hebreo del AT ya comentado, no hay mazetés, si no hay didáskalos.

En el sentido más estricto de los términos, en nuestra querida Iglesia Metodista todos los metodistas debemos aspirar a ser discípulos de nuestro Señor Jesucristo, pero en el entendimiento que hay un solo Maestro: Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre. En un sentido más amplio, el NT usa el término <maestro>, para referirse a lo que en el proceso de hacer discípulos hemos llamado <discipuladores>. Su labor tiene que ver con los conocimientos de Dios y su Palabra, pero tiene que ver mucho más con su experiencia con Dios en la ayuda de crecimiento hasta adquirir la madurez suficiente para ser un discípulo y comenzar a su vez a discipular. Muchas veces en las iglesias los discipuladores no se hallan entre los que más conocimientos teóricos o teológicos tienen, sino entre los que conocen mejor a su Dios y Salvador.

FE EN ACCIÓN: Querido hermano(a) metodista te invito a que reflexiones sobre tu propia necesidad espiritual de crecer y madurar hasta el nivel de discípulo espiritual del único Maestro y convertirte en un discípulo multilplicador y en un discípulo colaborador. El discípulo no ha nacido de nuevo para tener una fe intelectual, sino andar en la verdadera fe para vivir la Palabra de Dios, y para crecer a la imagen y semejanza de nuestro Señor Jesucristo. Llamado a los líderes de nuestras iglesias locales, para invertir tiempo, mayores esfuerzos y recursos en esta labor que nos fue encomendada por Cristo, porque uno de sus mayores frutos es la libertad prometida por Cristo a sus discípulos, y para darles esa libertad, y ayudarlos a comunicarla, a través de la obra del Espíritu Santo que habita en nuestros corazones. El discípulo aprende a creer y vivir de noche sin titubear lo que Dios le ha dicho mientras era de día. La palabra clave es permanecer, te invito a leer Juan 8:31-36.

Tomado de la Biblia del discípulo y mi experiencia personal con Dios.

Hno. Cuau.

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