
“Erais como ovejas descarriadas” (I Pedro 2:25)
Por: Obispo Juan Pluma M.
Pedro Castro Iriarte (1840–1887). El joven trabajaba como cajista en una imprenta cuando llegó un pedido de imprimir los primeros folletos evangélicos en Madrid. Mientras armaba cada frase, letra por letra, el mensaje de la literatura le llamó la atención a Pedro Castro. Por ese tiempo Antonio Carrasco y dos ingleses empezaron a tener reuniones evangelísticas en la imprenta todas las mañanas. Contestaron las inquietudes del joven con respuestas bíblicas. Así, Pedro conoció el Evangelio y empezó una vida de servicio al Señor.
Fue un hombre de letras, pasando del oficio de imprenta a ser un escritor y poeta muy respetado. Fue, además, autor y traductor de mucho himnos favoritos en España y las Américas. Tradujo el himno «Santa Cena» y compuso los himnos «Despertad» y «Pecador, ven a Cristo Jesús». Sirvió fielmente como pastor durante una época difícil de persecución y revolución. Dios lo usó para organizar la primera iglesia en Valladolid y nuevas congregaciones en Madrid.
HIMNO
Pecador, ven a Cristo Jesús,
Y feliz para siempre serás,
Que si tú le quisieres tener,
Al Divino Señor hallarás.
Ven a Él, ven a Él,Que te espera tu buen Salvador.
Ven a Él, ven a Él,
Que te espera tu buen Salvador.
Ovejuela que huyó del redil,He aquí tu benigno Señor,
Y en los hombros llevada serás,
De tan dulce y amante Pastor.
Si cual hijo que necio pecó,Vas buscando a Sus pies compasión,
Tierno padre en Jesús hallarás,
Y tendrás en sus brazos perdón.
Si de enfermo te sientes morir,Él será tu Doctor celestial,
Y hallarás en su sangre también,
Medicina que cure tu mal.
CONTEXTO DEL TEXTO
Al estar con Jesús, Pedro había aprendido acerca del sufrimiento. Sabía que el sufrimiento de Cristo era parte del plan de Dios, y que su propósito era salvarnos. Nosotros éramos como ovejas descarriadas y también sabía que el que sigue a Cristo debe estar preparado para sufrir. Pedro aprendió esas verdades de Jesús y nos las transmitió a nosotros.
ENSEÑANZA
- Sí, en verdad éramos como ovejas sin rumbo.
- Jesús le dio dirección a nuestra vida.
- Ahora estamos viviendo y luchando en la justicia, en el amor y en la verdad por un mundo mejor en Jesús.
ORACIÓN
Señor Jesús, gracias por venir a redimir nuestras vidas, gracias porque tu sacrificio nos convenció para venir a tus pies. Permite que nuestras vidas sean vidas convincentes para quienes viven igual que nosotros antes, descarriados y lejos de ti. Impúlsanos para ser atrevidos y enseñar a la gente que tú eres la respuesta a un mundo desordenado e injusto. En el nombre de tu Hijo, Amén.

