
“…Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Filipenses 2:5-11
Frances R. Havergal fue conocida por su confianza absoluta en el Señor. Ella fue la autora del himno “Mi Vida Di por Ti”, una melodía que nos muestra el excelso amor que significa el sacrificio de Jesucristo.
Ella nació en 1836 en el Reino Unido, y un día, mientras veía una pintura de la pasión de Cristo, empezó a escribir el popular himno. Tenía 22 años por aquel entonces, cuando decidió tomar lápiz y papel para reflejar el gran amor que Jesús tuvo por nosotros y lo poco, que muchas veces, nosotros hacemos por la evangelización del mundo.
Intentó quemar el papel donde escribió las estrofas, pero milagrosamente el texto salió de la llamarada intacto. Posteriormente, su padre armonizó la composición. Poco después, el himno se hizo muy popular. Frances R. Havergal murió a los 43 años, pero dejó un gran legado en el ámbito de la himnología cristiana.
MI VIDA DI POR TI
Mi vida di por ti, mi sangre derramé.
Por ti inmolado fui, por gracia te amé.
Por ti, por ti inmolado fui,
¿Qué has dado tú por mí?
Mi celestial mansión, mi trono de esplendor,
Dejé por rescatar al mundo pecador.
Sí, todo yo dejé por ti,
¿Qué dejas tú por mí?
Reproches, aflicción, y angustias yo sufrí.
La copa amarga fue que yo por ti bebí.
Reproches yo por ti sufrí,
¿Qué sufres tú por mí?
De mi celeste hogar te traigo el rico don;
Del Padre, Dios de amor, la plena salvación.
Mi don de amor te traigo a ti,
¿Qué ofreces tú por mí?
CONTEXTO DEL TEXTO
Estos versículos son quizás de un himno que se cantaba en la iglesia primitiva. El pasaje presenta varios paralelos con la profecía del siervo sufriente en Isaías 53. Como himno, no significa que fuera una declaración completa de la naturaleza y obra de Cristo, pero demuestra el amor de Jesús en la experiencia de Pablo. ¿Qué podemos hacer más que adorarle y consagrar nuestras vidas a su servicio?
ENSEÑANZA
- Que Jesús no merecía el dolor de dejar su trono para venir a este mundo.
- Pero por amor a su Padre y a nosotros es que lo hizo. Pero además, no sólo obedeció, sino que se humilló y dio su vida por nosotros.
- ¿Qué estamos dispuestos a dar por ese sacrificio? Lo menos sería doblar nuestras rodillas y servirle.
ORACIÓN
Señor Jesús, gracias por dar tu vida por mí, que no lo merezco; gracias porque ese hecho es una demostración tácita de que me amas aunque yo no te ame. Sin embargo, ahora reconozco tu amor inigualable y único. Gracias porque me amas. Señor, así amas a esta sociedad perversa, sigue demostrándolo para que reaccione, y dame el valor para dar testimonio de que eso es verdad. Toca corazones insensibles y duros, y cambia esta sociedad que se sigue destruyendo, te lo suplico en el nombre de tu Hijo, Amén.
Obispo Juan Pluma Morales
Conferencia Anual Septentrional


Amén.
Me gustaMe gusta
¿Qué estamos dispuestos a dar y hacer por él? Bendiciones.
Me gustaMe gusta