Un acercamiento al Archivo Histórico de la CAO
Por Lic. María Elena Silva de Fuentes
En estos últimos días he estado ayudando en el área del Archivo Histórico de la Iglesia Metodista, ubicado en las oficinas episcopales de la Conferencia Anual Oriental (CAO), en la Ciudad de Monterrey. Trabajo por órdenes del Obispo Fernando Fuentes y bajo la supervisión del Pbro. Gustavo Sepúlveda, quien es el encargado del archivo a nivel conferencial, y a quien agradezco mucho su paciencia para enseñarme a colaborar en esta área.
Doy gracias a Dios por este sitio, que han organizado personas como el Pbro. Oscar Gutiérrez Baqueiro y la hermana Erinna Flores de Cantú, a las cuales respetamos como cronistas de nuestra conferencia; y por poder tener un acercamiento a documentos que me han causado emoción poder hojear. Dos de ellos son:
- Un documento de asuntos generales de la ya desaparecida Conferencia Anual Fronteriza, donde se recomienda el traslado del Instituto Bíblico Juan Wesley al edificio conocido como Centro Social Helen M. Hodgson, ubicado en Isaac Garza y Emilio Carranza, en Monterrey, N. L. Se refiere al ahora Seminario Juan Wesley, y el citado inmueble es el lugar donde se encuentra actualmente esta institución teológica.
- Una carta donde el Pbro. Rubén Pedro Rivera informa del entusiasmo de una misionera llamada Evelyn Keim por colaborar en el trabajo del Instituto Bíblico recién creado. Quienes conocemos el Seminario Wesley sabemos que Evelyn Keim fue una gran benefactora del mismo, cuya biblioteca ella formó, biblioteca que ahora lleva precisamente su nombre.
En esos y otros documentos podemos ver reflejado el trabajo que en su momento hicieron personas metodistas a quienes les fue encomendada alguna tarea: laicos y ministros que se esforzaron por dar cuenta de su labor, como actualmente le toca a otros hacerlo. Todos formaban parte de algún punto de la organización eclesiástica; y al ver sus nombres escritos en los diversos documentos, me pongo a pensar en lo que otros podrán ver dentro de algunos años, cuando los nombres de quienes ahora ocupan algún puesto de liderazgo queden inscritos en documentos que eventualmente serán guardados en el Archivo Histórico, y otros ayudantes, como ahora lo hacemos nosotros, estén revisando dichos documentos.
La emoción que su servidora ha sentido se ha visto repetida en quienes leen estas páginas históricas y, por tener tiempo de ser miembros de la Iglesia Metodista, enriquecen con algún dato la información que allí se vierte. Así, el papel y el testimonio verbal dan como resultado un mayor conocimiento de alguna fecha en particular.
Ojalá que en cada congregación de nuestra iglesia haya alguien que se preocupe por tomar nota de los acontecimientos que marcan la vida de esa iglesia local, porque cada logro de la iglesia es, debe ser, un logro para el reino de Dios. De hecho, parte de nuestra tarea es recopilar reseñas históricas de las iglesias que conforman la Conferencia Anual Oriental, para lo cual se requiere precisamente la valiosa colaboración de esos cronistas locales que seguramente hay. Si acaso alguien tuviera alguna reseña, nos daría mucho gusto poder recibirla e integrarla al archivo histórico de la CAO.
A final de cuentas, el único que permanece es el Señor Jesucristo, y la obra que vemos registrada fue –creemos que en la gran mayoría de los casos- inspirada por el Espíritu Santo. El registro de fechas, lugares y acontecimientos viene a ser una referencia de cómo Dios ha avivado su obra en medio de los tiempos, y en medio de los tiempos la ha dado a conocer.

