
DESDE LA DIRECCIÓN DE ARCHIVO E HISTORIA
Estimados lectores amigos y hermanos, los saludo con gusto. Dios les bendiga.
Agradezco el espacio que la Directora del Evangelista Mexicano, Ma. Elena Silva, da a la DAH para difundir entre los interesados de estos menesteres, del acervo que el Archivo de nuestra iglesia posee. No es por vanagloriarnos, más bien, agradecer a Dios que de entre las denominaciones históricas, la Metodista es de las que posee el mayor y mejor conservado acervo.
En esta ocasión les narraré brevemente el ejemplar del Abogado Cristiano, órgano oficial de la Iglesia Metodista Episcopal, de fecha 1 de enero de 1881, esto es, hace 141 años cuando desde la Imprenta ubicada en el número 5 de la Calle de Gante se tiraba. Lo primero que les mostraré es su portada donde luce imponente un grabado de la época con un gran buque que es tirado por varias máquinas de ferrocarril (de vapor, claro) para hacerlo avanzar en tierra firme sobre 12 pares de vías desde la costa del océano pacífico hasta el Golfo de México

Dicen que muchos de los grandes inventos y descubrimientos de la humanidad se dieron en el siglo XIX;, y sí, en este siglo se dieron o se desarrollaron grandes invenciones, y el proyecto del Gran Ferrocarril de Buques pudiera ser uno de ellos. Hoy que nos toca vivir la era digital con el internet, los teléfonos inteligentes y vuelos intercontinentales, suena totalmente descabellada la idea de mover barcos por tierra, sucediendo lo mismo a los hombres de esa época. El proyecto del Ing. James Buchanan Eads, su nombre completo, era hacer más corto el trayecto y el tiempo requerido para mover buques desde el Istmo de Tehuantepec hasta el Golfo de México. Todo esto en una época en que ni el Titanic existía (faltaban 40 años para su fatídico viaje inaugural); y ni esperanzas de terminar el Canal de Panamá, restando aún 33 años para ser concluido. Si pensamos que sólo lo que hoy existe es lo que funciona y no falla, estamos equivocados (recordar que en marzo del 2021 el Evergiven, uno de los barcos más grandes del mundo, de 400 metros de largo, encalló en el Canal de Suez, impidiendo por varios días la circulación de más barcos). Al mejor cazador, con internet y todo, se le va la liebre.
En la página 77 de la publicación viene la descripción con mayor detalle del proyecto, desde la forma en que se extenderían las vías hasta la orilla del mar, para luego hacer transitar sobre 12 rieles paralelos. En el mismo número, pero en la página 78, nuestra publicación informa de la visita del Ing. James B. Aeds a la capital de la República, quien en esos días partirá con un cuerpo de ingenieros colaboradores suyos hacia Tehuantepec y a Tampico para realizar los estudios necesarios con los expertos que lo acompañan. Dice el AC que “el Ing. Eads lo hará sin extipendio alguno, como una deferencia hacia nuestro país y nuestro gobierno”.
Si quieres conocer más de la vida y obra del Ing. Eads, visita https://en.wikipedia.org/wiki/James_Buchanan_Eads donde se describen las obras de ingeniería de índole hidráulicas que realizó, como el Puente Eads, primer puente de arco de acero terminado y que al día de hoy sigue en funcionamiento sobre el Río Mississippi. Ahí se muestra un grabado más, adicional al que el Abogado Cristiano presentó hace 141 años.


Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/James_Buchanan_Eads
Bueno, y siguiendo con nuestra reseña de lo publicado en este número del Abogado Cristiano, en la página 76, sin ser la sección de “sociales” se informa de la boda de un exsacerdote católico de apellido Lainé. Lo interesante del asunto es el mensaje que uno de los invitados, un excarmelita quien felicita al novio por conquistar su derecho al matrimonio, a su legítimo amor, en cumplimiento a los deberes de un obispo casado, como se describe en el Nuevo Testamento. Resulta muy interesante la lectura completa de esta nota.
Por último, de entre las notas y artículos publicados en las ocho páginas, destaco la siguiente noticia de lo sucedido en diciembre de 1880: “Los periódicos de los estados se han mostrado satisfechos por la tranquila y pacífica transmisión de la Presidencia de la República, del general Porfirio Díaz al general Manuel González. Este magnífico espectáculo, que como ya se ha dicho, no se había visto desde que México está regido por la Constitución de 1857. Será, en efecto, un hecho memorable en la historia de nuestra patria, que, honrando a los generales González y Díaz, honran también en todo tiempo al país y a las instituciones liberales”, concluye la nota.
Y con esta nota los dejo, con el cambio de presidente de la República, el general Díaz, cediendo en términos de ley la silla presidencial. Nadie sabía en enero de 1881 lo que sucedería tristemente en nuestra patria en los siguientes años
Y nos leemos en la próxima, comentando alguna de las joyas contenidas en el Archivo de nuestra iglesia.
Su hermano en Cristo
Eliseo Ríos F.
eliseo@riosflores.com.mx