“Justificados pues por la Fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1
1.- Nuestra Disciplina de la IMMAR dice a texto:
“Somos tenidos por justos delante de Dios sólo por los méritos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo mediante la fe, y no por nuestras propias obras o por nuestro merecimiento. Por lo cual la doctrina de que somos justificados solamente por la fe es saludable en grado sumo y conforta en gran manera” (Iglesia Metodista de México, A.R., n.d., 53)
2.- La etimología de la palabra : «Justificar» (hebreo s\ƒd_aµq; griego dikaiooµ) es término forense que significa «absolver», «declarar justo», lo opuesto de «condenar» (Dt. 25.1: ”Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable” ; Pr. 17.15: “El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová”; Ro. 8.33: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”).
Justificar es la acción del juez. Desde el punto de vista del litigante, en consecuencia, «ser justificado» significa «conseguir el veredicto» (Is. 43.9, 26 “Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es”; “Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte”).
3.- Históricamente hay una disputa sobre el entendimiento de qué significa ser Justificado y a través de qué o quién. Menciono este estudio hecho sobre un acuerdo dado entre Luteranos y Católico Romanos:
“Tanto la Iglesia Católica como la Iglesia Luterana entienden que la justificación es concedida por Dios, es decir que no es una obra humana: nadie puede salvarse ni justificarse a sí mismo. Ambas Iglesias aceptan que sólo Dios salva y justifica. ¿Dónde está pues el punto de conflicto? Dicho brevemente, la diferencia entre la Iglesia Católica y la Iglesia Luterana respecto de la justificación reside en la persona humana, no en Dios. Para los luteranos, el hombre no puede colaborar con sus actos a su propia justificación. Sólo Cristo nos justifica por la fe; su posición doctrinal se resume en la frase solus Christos, sola fide, sola gratia, sola scriptura; es decir “sólo Cristo, sólo por la fe, sólo por la gracia, sólo por la escritura” puede alguien ser justificado. En cambio, en la Iglesia Católica se acentúa el conjuntivo “y” para aceptar una colaboración humana con la obra divina de la justificación: Cristo y la Iglesia, la fe y las obras, la gracia y la colaboración humana, la Escritura y la tradición. La sola dependencia de la acción divina resulta inaceptable para los católicos, mientras que la acción humana como colaboradora de la justificación resulta inaceptable para los luteranos” (Corona Cadena, SJ, n.d., 409).
4.- Wesley en este aspecto se alineó con el espíritu luterano y reformado. El mismo artículo de religión que hemos heredado, depurado de los 29 que ellos profesaban en Inglaterra, lo revela.
Claramente en su sermón “Justificación por la fe” (Wesley, 1990, 71-86), Juan Wesley describió en detalle el estado de desesperanza en el que caemos cuando vivimos en el pecado y la conciencia; por cierto una conciencia cauterizada revela nuestra incapacidad para alejarnos de aquello que nos ha atrapado cuando nos apoyamos en nuestra propia fuerza o inteligencia. Inútilmente forjamos nuestro propio camino, tratando de justificarnos ante Dios, la familia y los demás, pero no encontramos paz en nuestras almas. Nos engañamos a nosotros mismos cuando intentamos borrar las cosas malas que hemos hecho actuando mejor. Las buenas obras de una persona alejada de Dios no tienen peso en la balanza del Creador; no liberan a nadie del castigo del pecado.
Por esta razón Wesley afirmó que esta doctrina mantiene el fundamento de nuestra esperanza; ya que mientras estemos alejados de Dios, ni la verdadera paz ni la verdadera alegría son posibles en esta vida o en la eternidad. Nos muestra el camino para pasar de la Fe de un siervo, para pasar a la fe del hijo que nos justifica verdaderamente.
Leyendo a Wesley podemos deducir:
La Justificación
a.-No se basa en el merecimiento humano. Dice la Palabra: “ Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
b.- Siempre es producto del favor divino: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
c.- Su cimiento es la perfecta justicia de Cristo en la Cruz: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2a Corintios 5:21).
d.- La Fe es el único acto humano que no es obra: “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” ( Romanos 4:3-5).
e.- Sólo por Fe se recibe la obra de Cristo: “ Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” ( 5:1 ).
f.- La Fe va acompañada de Arrepentimiento y Amor: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor” (Hechos 3:19).
5.-El Instrumento para Justificarnos es SÓLO LA FE
La apropiación personal de los méritos de Cristo en la cruz es esencial para ser perdonado; y esto se expresa en la «confianza y seguridad de que Cristo murió por mis pecados, de que me amó y se dio a sí mismo por mí». La fe es «lo único sin lo cual nadie puede ser justificado, lo único que es inmediato, indispensable y absolutamente un requisito para el perdón»
6.- ¿Qué sucede cuando estamos siendo justificados? Los tres elementos de la Justificación Divina son:
- Primero, en el cielo se nos imputa el Perdón de nuestros pecados pasados, se está dando en arrepentimiento, están siendo borrados todos nuestros pecados, iniquidades.
- Segundo: en la tierra se está dando un nuevo nacimiento, la regeneración; la liberación del yugo del pecado y la adopción como hijos de Dios;
- Y finalmente se está suministrando el Poder de su Espíritu Santo para vivir una Vida Santa hasta la eternidad.
En resumen: La Gracia Preventiva a nivel de la conciencia nos lleva al arrepentimiento, o lo que han llamado Gacia Convincente. Al arrepentirnos suceden dos cosas, una a nivel del cielo y otro a nivel de lo terreno: la obra que Dios hace en el cielo es Justificarnos sólo por Fe en los méritos que él hizo en la Cruz del Calvario; a nivel terrenal estamos experimentando el Nuevo Nacimiento, siendo adoptados como hijos amados por el Señor, llegando a la Gracia Justificante para entrar en el camino de la Gracia Santificadora.
Pbro. Fernando Fuentes Amador
References
Corona Cadena, SJ, R. (n.d.). El acuerdo luterano-católico sobre la doctrina de la justificación. https://blogs.iteso.mx/xipetotek/wp-content/uploads/sites/91/2019/05/104-6-El-acuerdo-luterano%E2%80%93cato%CC%81lico-sobre-la-doctrina-de-la-justificacio%CC%81n.pdf
Iglesia Metodista de México, A.R. (n.d.). Disciplina 2018-2022. immarcase. http://immarcase.org/doctos/Disciplina_IMMAR.pdf
Wesley, J. (1990). Sermones (3a. ed., Vol. I). Casa Nazarena de Publicaciones.

La justificación por la fe nos considera COMO SI FUÉRAMOS JUSTOS, NO COMO JUSTOS.
Esta condición de justicia se obtiene en una etapa posterior llamada SANTIDAD POR LA FE, bajo la acción del ESPÍRITU SANTO; es decir ENTERA SANTIFICACION O PERFECCIÓN CRISTIANA
Su amor en Cristo
Miguel Ángel Rincón Avila
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