Para quienes conocen el Seminario Juan Wesley es inevitable recordar la belleza de las instalaciones, las cuales datan del año 1904, según los datos de que disponemos. El Seminario ocupa el edificio de lo que se conocía hace muchos años como “el Centro Social”, en Isaac Garza 346 Ote., zona Centro, en la ciudad de Monterrey, donde misioneros metodistas hicieron labor social y evangelística dando clases al público y aprovechando para compartirles el Evangelio.
Sin embargo, quienes hemos estado allí sabemos que el piso que comunica las áreas del primer nivel -la biblioteca, oficinas y salones- ya era muy antiguo y requería ser renovado. Al respecto de esta tarea, el Pbro. Gabriel González Solís, Director del Seminario, nos ha dado la siguiente información:
“Ese piso ya tenía instalado desde el año de 1904, que fue cuando se construyó el edificio, Nos dimos cuenta de que tenía cuatro niveles de maderas diferentes, que en el transcurso de más de un siglo se fueron instalando una encima de la otra. Uno de los motivos principales por los que se realizó el cambio es que este piso sólo estaba recubierto de piso de vinil, lo cual con el tiempo se maltrataba o ya no daba un aspecto de limpieza. Además se había sentido en algunas zonas que la madera se estaba levantado y en otros espacios nos faltaba de la misma madera para cubrirlo.
Entonces se procedió a realizar el trabajo gracias a un donativo de un grupo de adultos mayores de la ciudad de Asbury, Kentucky, que vienen cada año durante los meses de febrero y marzo. El encargado de este grupo en la ciudad de Monterrey es el Pastor Humberto Flores. y al hacerle la solicitud al grupo a través de él, nos comentó que se tenía cierta cantidad, pero no el total; entonces le dijimos que el Seminario podíamos poner el resto utilizando parte de los fondos de biblioteca.



Y se procedió a trabajar: se quitó la madera, con algo de dificultad, pero se conservaron todas las vigas que estaban puestas a lo largo y ancho del Seminario; no se quitó ninguna de las vigas cargadoras que estaban instaladas desde el tiempo que se construyó el edificio, repito, en el año de 1904. Nos dimos cuenta que había una profundidad de 57 centímetros en total desde el piso que estaba instalado hasta la tierra, los cuales fueron cubiertos por aligerantes de hielo seco, mandados a cortar a la medida para colocarse allí.



Después se colocó una malla de alambrón, para luego instalar aproximadamente unos 10 centímetros de concreto a lo largo de la superficie de 70 metros cuadrados, que fue más o menos la cantidad que se instaló en los pisos; y finalmente se recubrió con el piso que se aprecia actualmente.




Así que esta obra esperamos que dure unos 100 años más. Ya tenemos un piso más resistente, más fuerte, con una mejor apariencia para las instalaciones del Seminario, mejorando el edificio a los casi 50 años de esta institución, que serán celebrados con la ayuda de Dios el próximo mes de septiembre”.

Fotos cortesía de: Pbro. Gabriel González Solís y Hna. Blanca Cervantes.
