Estamos aquí con Fernando Fuentes Castro, uno de los fundadores de la iglesia Metodista Bethel en la ciudad de Saltillo. Quisiéramos pedirle al hermano Fernando que nos diera una semblanza de lo que él recuerda del inicio de la iglesia:
Fernando Fuentes Castro: En el año de 1968, un grupo de trabajadores de la [empresa] textil que radicaba en Allende, Coahuila, fue trasladado a Saltillo. Entre ellos había un grupo de hermanos metodistas que nos fuimos a vivir a esa ciudad, encabezados por el hermano Ernesto Valdez y su esposa. Allí comenzamos a hacer cultos: en la mañana escuela dominical y culto. Por ese entonces se encontraban en el Instituto Roberts de Saltillo, de la Iglesia El Mesías, las hermanas Martha Zaragoza y Guadalupe Vázquez, las cuales comenzaron a asesorarnos y vinieron a apoyarnos en el comienzo de esta iglesia metodista.
Pasado algún tiempo, el hermano Ernesto Valdez -que por cierto en su casa celebrábamos los cultos-, quien se hacía cargo de las ofrendas, compró un terreno siendo superintendente de Distrito el hermano Pedro Vázquez. El propio hermano Vázquez nos apoyó para comprar otro terreno; se compraron en total dos lotes de 10 x 20, siendo un total de 20 x 20 metros el terreno para construir la iglesia.
El primer pastor enviado a Saltillo fue el hermano Francisco Rodriguez y su esposa Rocío. Ellos fueron los primeros pastores que vinieron a pastorear en Bethel. El hermano pastoreaba además en Ramos Arizpe y en otra iglesia. Pasado el tiempo vinieron otros pastores, entre ellos la hermana Antonia Ramos, después vino la hermana Cecilia Baqueiro. Luego vino otro pastor de Piedras Negras, cuyo nombre no recuerdo.
La iglesia comenzó a crecer siendo ya pastor el hermano Rubén Regis. En aquel entonces fue el tiempo del movimiento de avivamiento, que no recuerdo dónde comenzó. La iglesia empezó a ser más carismática, a introducir alabanza contemporánea. En ese entonces el hermano Rubén Regis estuvo pastoreándonos. Después vinieron otros pastores que también hicieron buen trabajo; algunos fueron seminaristas como el hermano “Güero” [José Antonio] Garza, Gabriel Lozada, y algunos otros seminaristas -como Raúl García De Ochoa y Jesús Humberto Rojas Cano- que estuvieron viniendo a apoyarnos en la iglesia.
Después estuvo pastoreando el hermano Raúl Rosas. Él estuvo durante un año y luego lo trasladaron a El Mesías de Saltillo; entonces vino a pastorearnos el hermano Marco Antonio Domínguez Alcántara, quien tenía fama que dondequiera que estaba construía naves de templos.

Antes de seguir, no quisiera omitir que cuando el hermano Ernesto y el hermano Pedro Vázquez compraron los terrenos, construimos un edificio de ladrillo -lo que ahorita es el anexo-. Abarcaba casi todo el terreno, como 18 x 20 metros, la nave, y allí celebrábamos los cultos y la escuela dominical, y en un cuarto más chico celebrábamos los convivios.
EEM: Nos comentó acerca del papel que tuvo el hermano Ricardo Esparza en el surgimiento de la iglesia Bethel. ¿Qué nos puede decir de él?
Fernando Fuentes Castro: Pues que del hermano Esparza, siendo pastor de la Iglesia El Mesías, siempre recibimos el apoyo, de tal manera que él predicaba en su iglesia y por las tardes venía a compartirnos la predicación; y de manera muy desinteresada recibimos su apoyo, primero como pastor y luego como superintendente. Digo esto porque cuando vino el hermano Marco Antonio Domínguez, siendo superintendente de Distrito el hermano Esparza, éste nos mandó un grupo de americanos de Lagrange, Texas, que vinieron a observar el culto, a ver si era posible que canalizaran una ofrenda para la construcción del templo. Y fue posible: a ellos les gustó la manera en que estábamos celebrando los cultos, cómo nos conducíamos, y enviaron esa ayuda, con lo cual se construyó lo que hoy es la nave del templo.

Quiero aclarar que se construyó la obra negra y el mezzanine; y en algunas cosas quedó inconclusa, como fue el caso del piso. Pero las hermanas de la femenil -a las que les agradezco enormemente- con su esfuerzo, trabajando, pudieron terminar todo lo que eran los pisos y completar la obra, de tal manera que ahora la nave es una iglesia, para mí muy preciosa.
EEM: Después del hermano Marco Antonio Domínguez, ¿quién vino a pastorear Bethel?
Fernando Fuentes Castro: Fue Alfonso Juárez, un seminarista. Después fue pastor Jonathan Esparza, también como seminarista. Luego vino el seminarista Héctor Muñoz y posteriormente el pastor Rodolfo Torres. Después de Rodolfo Torres, ya no estuve en la iglesia, porque nosotros nos fuimos a Estados Unidos; pero sé que fue el pastor Gilberto Echavarría, con su esposa Carmen; luego vino el Pastor Jesús Humberto Rojas Cano (quien antes había venido como seminarista); y después de él vino Pablo Cisneros. Después del Pastor Cisneros vino a pastorearnos el hermano Ismael Aguilar.


A la fecha el pastor es Reynaldo De León, desde agosto de 2019.
EEM: ¿Algo más qué quiera agregar?
Fernando Fuentes Castro: Solamente que yo como cristiano me siento muy contento y muy agradecido. Y hasta la fecha, aunque ahora vivo en Austin, Texas, yo digo que mi iglesia es Bethel, porque fue mi primera iglesia ya de joven y adulto; y por lo tanto siento un gran cariño, un gran amor por la iglesia, Allí también fue donde, siendo pastor el hermano Marco Antonio Dominguez, sintió el llamado mi hijo Fernando Fuentes para el ministerio; él fue al seminario y se graduó como pastor de la Iglesia Metodista, y ha tenido oportunidad de ser dos veces superintendente, después obispo de la Iglesia Metodista, y todo ello fue fruto primero de nuestro Dios, y humanamente hablando de la iglesia Metodista Bethel, de Saltillo, Coah.
Que el Señor les bendiga y espero que esta iglesia Bethel permanezca; que siempre el Espíritu Santo la mantenga viva, que permanezca activa y la mantenga siguiendo hasta la meta que es nuestro Señor Jesucristo.
Quiero decir que tal vez se me haya pasado algún pastor que no recuerde. Pero todos los que estuvieron pastoreando en la iglesia Bethel fueron de gran bendición para nuestra vida y en la formación de nuestro carácter cristiano; y por ello sentimos una profunda gratitud hacia nuestro Dios y hacia las personas que nos apoyaron, nos llevaron la palabra de doctrina. Y quiero decir también que yo amo la Iglesia Metodista, porque es una de las iglesias bien centradas en la palabra de Dios, bien organizada.
Algo que yo admiro de ella por sobre todas las demás denominaciones es su organización, porque siempre nos lleva hacia el punto que es nuestro bendito Señor Jesucristo. Y por último, quiero motivarlos a nunca desviarnos del camino, que siempre tengamos conciencia de que Cristo es nuestro Rey, nuestro Salvador, nuestro Señor. Y sirviéndole a él, a mis 83 años que tengo, quiero decirles que jamás, jamás me ha defraudado: ha bendecido mi vida con cada uno de mis hijos, que dondequiera que están, están sirviendo al Señor: Fernando, Guadalupe, Samuel, Elizabeth, Susana y María Esther; todos ellos han recibido al Señor en su corazón y están sirviéndole a la medida de sus posibilidades. Que el Señor me los bendiga mucho.

Parte de los miembros fundadores fueron: Mi abuela Francisca Castro y mi tía Rebeca Castro; además de otras familias como el Hno. Tranquilino y la hermana Candelaria de Cervantes. Recuerdo también a la Hna. Juanita Cervantes de Limones y a Fina de Cervantes. Yo recuerdo como maestras de escuela Dominical a Chely Limones y a Lila Cervantes. y a mi tía Águeda Guajardo Yo tenía como 5 años y los recuerdo a ellos. Incluidos los que mencionaron a el Hno. Ernesto y su esposa Clementina.
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Excelente descripción del nacimiento de Bethel.
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