EDITORIAL

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“..y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” 

Septiembre, el mes de la Patria, nos encuentra prestos a proclamar nuestra nacionalidad, a realizar actividades para celebrar el hecho de haber nacido en México; y en la iglesia agregamos el hecho de agradecer a Dios, decimos, por habernos libertado de las cadenas del pecado; Cristo nos hace libres si somos sus discípulos (Juan 8:31-32). Cada septiembre es una ocasión para dar la campanada y decir: ¡Viva México! y ¡Viva Cristo!

En las iglesias no faltan las “noches mexicanas”, un festejo como grupo que, si las sabemos aprovechar, son una gran oportunidad para poner a los no creyentes en contacto con la iglesia. Ellos puedan estar allí en un ambiente donde se celebra la independencia nacional, sí, pero también donde se les puede hablar del único y verdadero libertador universal, el Hijo del Hombre. Ojalá que los creyentes nunca olvidemos esto: cada festividad, además de una koinonía, es una ocasión para tender un puente e invitar a otros a que conozcan a Cristo.

¿Qué podemos hacer para convertir una “noche mexicana” en una “fiesta cristiana”?: para empezar, el ambiente de convivencia sana impacta a los visitantes, quizá acostumbrados a ver en otros “festejos patrios” bebidas alcohólicas y música con un contenido no siempre edificante. Ahora, con las aplicaciones de celulares y la internet, es fácil además elaborar listas de canciones tradicionales, que inflaman el fervor patrio, y  donde haya igualmente música mexicana que hable del mensaje eterno de salvación. Desde luego que un acto cívico, con honores a los símbolos patrios, el consabido grito de independencia, y donde el punto central sea una breve meditación  con mensaje evangelístico -sin convertir el festejo en un culto-, siempre será usado por el Espíritu Santo para tocar el corazón de los oyentes. Y si dejamos en las mesas o en lugares clave alguna literatura alusiva al mes patrio y con el mensaje que lleve a la gente a conocer el Evangelio eterno, todo esto seguramente tendrá impacto en alguien que por primera vez vaya a una de nuestras noches mexicanas. En fin, son ideas: lo importante es que nuestra festividad sea un medio para, y no un fin en sí mismo.

En este primer número de El Evangelista Mexicano en el mes patrio, tenemos una reflexión sobre esos héroes anónimos, sin capa, que hacen la vida más llevadera a otros, y nos invita a proclamar la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Además, una crónica de un congreso misionero celebrado en una iglesia metodista en Monterrey -”Hasta lo último de la tierra”- y el testimonio de un joven participante en una experiencia misionera urbana  -”El tiempo perfecto”-, nos recuerdan que esa proclamación no se puede limitar a nuestro espacio conocido, sino que debe traspasar las barreras sociales y culturales, porque eso fue precisamente lo que hizo Cristo, el gran misionero celestial. En este mismo sentir compartimos la experiencia de una iglesia en Chihuahua que organizó un evento llamado “Expo Luz y Sal”, para proyectar el trabajo social de los creyentes en favor de grupos vulnerables.

Los varones metodistas tuvieron un excelente encuentro nacional el pasado mes de agosto; tenemos una crónica muy animada de todo lo que ocurrió en La Trinidad Santa Cruz, Tlaxcala. Siguiendo con el tema histórico, el Fan Ganteano nos trae ahora un archivo muy interesante sobre el surgimiento de la iglesia autónoma en México, dentro de las celebraciones por el 150 aniversario del metodismo mexicano. “La fidelidad de Dios nos mueve a perseverar en el ministerio”, es una crónica de una jornada histórica organizada por el Seminario Gonzalo Báez Camargo, también en el mes de agosto pasado, que incluimos en este número, en conmemoración del 40 aniversario luctuoso de Gonzalo Báez Camargo y el aniversario de la fundación de esa institución teológica. Les invitamos a leer y disfrutar de estas colaboraciones.

“El mito del estado laico” es una reflexión sobre lo que significa que nuestras instancias de gobierno realmente funcionen sin ningún sesgo religioso o ideológico, como proclama nuestra Constitución.

Dentro de este número viene el acceso al boletín “Tabita”, una publicación que se hace cada cuatro meses, a cargo de las Legiones Blancas de Servicio Cristiano a nivel nacional. Su contenido incluye material para adultos y niños, muy útil y ameno, y tiene además escritos alusivos al 150 aniversario del metodismo mexicano. Igualmente, disfrútenlo.

La verdad de Cristo nos hace libres y nos permite celebrar este mes patrio en una dimensión que el mundo no conoce, pero que necesita conocer. Que podamos ayudar a que esto suceda: que conozcan la verdad, Cristo, y esa verdad los haga realmente libres.

Con afecto a nuestros lectores,
María Elena Silva Olivares.