“APAGA” LAS REDES Y “ENCIENDE” UN BUEN LIBRO

“APAGA” LAS REDES Y “ENCIENDE” UN BUEN LIBRO

“Quienes lideramos a las nuevas generaciones debemos romper la fragmentación que heredamos  y aprender a contar unos con otros sin importar cuál sea nuestro rol oficial”, leemos en el libro Liderazgo Generacional (Leys, 2017, 112), donde su autor, Lucas Leys,

urge a considerar que el trabajo dentro de la familia y especialmente dentro de la iglesia, y hacia afuera de la iglesia, no debe estar separado por grupos de edad, sino que debe realizarse de manera conjunta, para que las generaciones puedan bendecirse unas a otras.

Para poder alcanzar a la siguiente generación, debemos acercarnos y empaparnos de lo que a esa generación le interesa y aprender a comunicarnos con ellos en términos que puedan entender, sin alterar nosotros la verdad central del Evangelio de Cristo. En diez capítulos y dos apéndices, el autor nos lleva a revisar las claves para un ministerio que permita pasar la estafeta de una generación a otra: 1) Enfocarnos en la gran meta del liderazgo generacional, 2) Entender el diseño de Dios para el desarrollo humano, 3) Ejercitar el liderazgo apropiado, 4) Desarrollar relaciones intencionales, 5) Implementar programas acertados y 6) Influenciar la cultura.

Entender la forma de pensar y recibir el conocimiento de cada generación, con la ayuda del Espíritu Santo, nos ayudará a saber cómo transmitirles el gran mandato de ir y hacer discípulos, personas que tengan una relación con Dios por medio de Cristo, y que puedan impactar a otros con ese mensaje. El autor sugiere revisar el programa y la estructura de trabajo de la iglesia, para no hacer las cosas por mera inercia, porque así ha sido en el pasado, sino buscando que tengan una real relación con Cristo y puedan luego impactar su entorno con lo que ellos han recibido. 

Este libro contiene referencias útiles a actividades que se pueden poner en práctica según la situación particular de cada congregación:

Actuar con inteligencia cultural es una invitación a volver a vivir el evangelismo de la Iglesia del primer siglo. Una vivencia cristiana de relaciones y del poder de la misericordia, como leemos en Hechos 2:44-47. Los tiempos que vivimos invitan a las familias cristianas a ser menos púlpito-céntricas y más abiertas y relacionales, para involucrar a las nuevas generaciones en nuestros hogares cristianos. El desafío que tenemos por delante es enamorar a los niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes de la posibilidad de ver, gustar y palpar un evangelio que se traduce a lo cotidiano, un evangelio del que pueda hablar con sus amigos de escuela y que responde a las necesidades de todas las familias de una comunidad  (Leys, 2017, 182)

Referencia
Leys, L. (2017). Liderazgo Generacional (L. Leys, Ed.). E625.