¿CÓMO ABORDAR LAS RELACIONES SANAMENTE?  

¿CÓMO ABORDAR LAS RELACIONES SANAMENTE?  

El tema de las relaciones humanas puede verse desde muchas perspectivas, pero la Palabra de Dios siempre nos insta a abordar las relaciones desde LA SANIDAD DE NUESTRO CORAZÓN; y no sólo eso, sino DESDE NUESTRO FUERO INTERNO.

Por ejemplo, cuando el Señor dice: «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos» , en Mateo 7:12 , el énfasis para accesar o abordar la relación es «con vosotros…así haced VOSOTROS con ellos»;  es decir, no tratas a los demás como ellos te traten: somos tú y yo quienes damos el tenor a la relación. Establecemos una relación Sana, Íntegra, Leal, con Dominio Propio, con Amor desde nuestro corazón, no desde el corazón y carácter de la persona que está enfrente. 

A esto también se le puede llamar Intencionalidad. Como dice John C. Maxwell:  Yo me preparo en todo sentido para hacer aquello que quiero hacer y aún aquello con lo que batallo para hacer, porque estoy consciente de ello.

Cuando el Señor en Mateo 22:24 es abordado para probarle, le dicen: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?». Él le dijo: «»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas». El Señor Jesús establece que debe haber un gran y profundo amor por Dios, una relación real e íntima; y después «amar al prójimo COMO A NOSOTROS MISMOS». Ahí el énfasis está en «nosotros mismos»; nuestro amor y aprecio a nosotros, el valor que nos damos, la perspectiva de nuestra autoestima, marcan el nivel de relación con los demás. No amamos a los demás como ellos nos aman -esto se llama correspondencia-. NUESTRO amor no depende de ellos, sino de aquel que nos amó, y del cual tenemos nuestro corazón LLENO: lleno de Cristo, de amor, de paz, de esperanza, de seguridad.  

Cuando Jesús nos habla de arreglar las situaciones difíciles con la gente en Mateo 5:23-24, afirma:  Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.  También lo dice el pasaje de Mateo 18:15-18: Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo

En estos dos pasajes no se espera que las personas que no se llevan bien con nosotros o con los que hayamos tenido problemas actúen; se espera que NOSOTROS TOMEMOS LA INICIATIVA, seguros de que nuestro corazón es movido por el Amor, la Verdad y la Justicia.  Se espera más de los que son MADUROS, que de aquéllos que no lo son.  

Es importante saber y tener seguridad de quiénes somos, qué estamos haciendo aquí, cuál es nuestro propósito y nuestro destino, para que nadie descarrile nuestra actitud y carácter ante las personas o situaciones de la vida. Cuando actuamos como espejo, somos reaccionarios: como nos tratan, tratamos; como nos ven, los vemos; como nos aman, amamos.  Pero lo accidental y lo circunstancial no  deben establecer nuestra actitud ante la vida. La interioridad genuina aflora ante todo lo que nos rodea.  

Pbro. Fernando Fuentes Amador.