«La Libertad en Cristo: Un Legado de Responsabilidad».

«La Libertad en Cristo: Un Legado de Responsabilidad».

C. Fernando Paulin Espinosa

En medio de un mundo en constante cambio, la búsqueda de la libertad es una lucha que trasciende fronteras y generaciones. Como mexicanos, llevamos en nuestro corazón la herencia de una nación que ha luchado valientemente por su libertad a lo largo de los años, desde los héroes de la Independencia hasta las voces de la Revolución Mexicana. Esta lucha por la libertad no sólo es parte de nuestra historia, sino también de nuestra identidad.

Sin embargo, la libertad no es simplemente un regalo, es una responsabilidad. Como cristianos, creemos en la libertad que Cristo nos ha otorgado, no sólo para liberarnos del pecado, sino también para vivir con un propósito más elevado. El apóstol Pablo nos recuerda en Gálatas 5:1 que «Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; permaneced, pues, firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de esclavitud». Esta libertad no  nos llama únicamente a vivir en comunión con Dios, sino también a ser agentes de amor y justicia en nuestro mundo.

La herencia wesleyana que abrazamos como parte de nuestra tradición cristiana nos insta a vivir vidas de santidad y justicia, a no ver nuestra fe como un asunto privado, sino como un compromiso activo con el bienestar de los demás. En Gálatas 5:13, se nos reta a usar nuestra libertad para servir al amor y no a la carne, a buscar el bien común y a promover la unidad en lugar de la división.

Como mexicanos y descendientes de la herencia wesleyana, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de hacer eco de estas enseñanzas en nuestra vida cotidiana. Nuestra libertad no debe ser utilizada como una excusa para la indiferencia o el egoísmo, sino como un vehículo para el amor y la justicia en una sociedad que lo necesita desesperadamente.

Mientras celebramos nuestra libertad en Cristo y honramos nuestra herencia mexicana y wesleyana, recordemos que esta libertad lleva consigo una profunda responsabilidad. Sigamos siendo una voz de esperanza, un agente de cambio y un faro de amor en medio de un mundo que anhela la verdadera libertad.

En unión con la fe que nos une como mexicanos y herederos de la tradición wesleyana, afirmamos nuestro compromiso de vivir en amor y justicia, siguiendo el ejemplo de Cristo. Que nuestra libertad sea un testimonio de la libertad que Cristo ofrece a todos, y que nuestras acciones hablen más alto que nuestras palabras en la búsqueda constante de un mundo mejor para todos.

Que Dios bendiga a México en su búsqueda continua de la libertad y la justicia. Que la libertad en Cristo siga siendo nuestro faro de esperanza y nuestra inspiración para un futuro más brillante.