Un Nuevo Amanecer en la Historia de la Iglesia Metodista de México

Un Nuevo Amanecer en la Historia de la Iglesia Metodista de México

Por: Mario Medina

En una vibrante celebración que fusionó el pasado, el presente y el futuro, el pueblo metodista mexicano se congregó en la bulliciosa capital del país para conmemorar el 150 aniversario de la Iglesia Metodista de México. Desde el jueves 30 de noviembre hasta el domingo 3 de diciembre de 2023, el majestuoso Templo La Santísima Trinidad, ubicado en la calle de Gante, del Centro Histórico de la Ciudad de México, fue el recinto que recibió a metodistas de todas las latitudes del planeta, no sólo de nuestro país. 

Hermanos de Latinoamérica, Estados Unidos y Reino Unido nos dimos cita para festejar esta significativa fecha que recuerda el inicio de la labor formal de nuestra iglesia, que se dio en la capital mexicana en 1873. Durante cuatro días hubo actividades de diversa índole: devocionales, conferencias, conversatorios, visitas a iglesias, el culto magno y por supuesto los tiempos de convivencia y comida juntos.

Es importante recordar que ésta no es la única celebración que se ha tenido en nuestro país por este 150 aniversario. Más bien, se trata del cierre de las celebraciones, dado que cada Conferencia Anual tuvo la oportunidad de organizar actividades para este mismo propósito. Así, la Conferencia Anual de México CAM fue la encargada de poner culmen a este año de festejos.

El Obispo Agustín Altamirano y el Superintendente Iván Jiménez, junto con un extenso equipo de trabajo, fueron los encargados de la organización de este magno encuentro, que llevó por título “Congreso Renovación y Futuro”. 

Entre el amplísimo abanico de conferencistas pudimos escuchar a teólogos, obispos, antropólogos, expertos en derechos humanos, etc. Entre ellos: Héctor Laporta, Cristian Schlick (Ministerios Globales), Juan de Dios Peña (CIEMAL), Carlos Grama, Jorge Basaldúa, Cirilo Cruz, Genilma Boehler, Sally Dyck (UMC), Héctor A. Burgos-Núñez (UMC), John Feagins, Maritza Macín, Leopoldo Cervantes, Martín Larios, Patricia Contreras, Rubén Ruiz, Sonia González, Edith Molina, Enriqueta Razo, Karina Durand, Oswaldo Ramírez, Rodolfo Rivera (CANCEN), Agustín Altamirano (CAM), José Antonio Garza (CAO), José Zayas (CAS), Manuel Ruelas (CANO) y Narciso Cortéz (CASE).

Los temas también fueron multifacéticos, ya que se habló de nuestra historia como metodistas y wesleyanos, los desafíos que hay en Latinoamérica para nuestra iglesia, de la diversidad religiosa, de la iglesia y sus relaciones políticas, relecturas de la vida y teología de Wesley, crisis climática, la iglesia ante la violencia, Biblia y futuro, inteligencia artificial, la pandemia de COVID, las dudas de los jóvenes de nuestras congregaciones, las mujeres en la iglesia metodista, y nuestro futuro como denominación en este país. 

Los tiempos de exposición, preguntas y respuestas, dejaron entrever las preocupaciones y quehaceres que nuestra iglesia tiene por delante. Las experiencias de los expositores de otras latitudes nos permitieron nutrirnos de sus testimonios para mirarnos y entender que no estamos solos en esta lucha. Además, cada conferencia fue un excelente ejercicio para comprender que como Iglesia estamos reflexionando los temas de vanguardia, pero que aún nos queda una larga brecha para accionar. Pero, en general, fue un maravilloso espacio para animarnos a emprender el camino a afrontar cada tema expuesto. 

El día jueves 30 de noviembre la jornada fue de 3 pm a 7:30 pm, los días 1 y 2 de diciembre fueron de las 9 am a las 7:30 pm, y todas las actividades se realizaron en el Templo La Santísima Trinidad. Sin embargo, el día domingo fue muy especial, ya que varios de los invitados de otras Conferencias Anuales e Internacionales visitaron algunas congregaciones de la Ciudad de México y el Estado de México para predicar en los cultos principales y convivir con la grey de Cristo en: Sión Balbuena, El Mesías Los Reyes la Paz, Sión Tacubaya, Jacarandas y Ágape en Iztapalapa, El Buen Pastor Churubusco, La Santísima Trinidad Pantitlán, entre otras.

El día sábado 2 de diciembre, la juventud metodista trajo un brío de renovación a las celebraciones ya que, por la mañana, los jóvenes encabezaron un conversatorio con los seis obispos de las seis Conferencias Anuales de nuestra iglesia, donde les interrogaron sobre temas bíblico-teológicos, la crisis que atraviesa la IMMAR en membresía y los temas sociales más polémicos como el aborto, la sexualidad o el suicidio. Fue un tiempo en donde la disposición de jóvenes y no tan jóvenes generó una charla bastante entretenida y nutritiva para la fe.

Asimismo, por la tarde, la juventud encabezó el tiempo artístico musical, ya que hubo un culto de villancicos e himnos navideños, así como un concierto coral y un encuentro de grupos de alabanza. Todas estas actividades artísticas hicieron cimbrar el recinto de Gante, trayendo desde cantos centenarios de la tradición cristiana hasta alabanzas contemporáneas, donde la juventud hizo presencia en la ejecución musical y la participación congregacional.

Finalmente, el día domingo 3 de diciembre, las puertas del recinto de La Santísima Trinidad se abrieron desde las 5 pm para recibir a los cientos de asistentes que se reunieron para el Culto Magno, que dio inicio en punto de las 6 pm. 

Con una liturgia muy emotiva, que contó con la participación de los obispos de la IMMAR en las lecturas, oraciones y demás momentos, todos nos unimos de rodillas y a una sola voz en la Oración del Pacto que escribiera Juan Wesley en el Siglo XVIII, para decirle a Dios “Señor, a ti pertenecemos. Empléanos para lo que tú quieras, en el lugar en que tú voluntad imponga… Que nuestra vida sea un canal de tu gracia, de tal manera que este pacto también se confirme en bendición para otras personas”.

Y de esta forma salimos todos cantando al Señor, abrazándonos los unos a los otros, sonriendo, dichosos de haber sido testigos de un momento histórico no sólo del pueblo llamado metodista en nuestro país, sino de la cristiandad entera. Y con la mirada puesta en el presente y en el futuro, deseosos de que la voluntad divina se cumpla en esta hermosa iglesia a la que llamamos Iglesia Metodista de México. 

Que vengan muchos años más, para que nunca permanezcamos “como una secta muerta, una forma de religión sin poder”, sino que nos mantengamos “firmes en la doctrina, en el Espíritu y en la disciplina” y sobre todo en la hermandad y la misión que Jesucristo nos ha encomendado. Sin duda, esta celebración más que una mirada al pasado, ha sido un nuevo amanecer en la historia de nuestra Iglesia.

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