¿Estaremos dejando de ser Luz y Sal teniendo el mismo sabor y espectro de luz que nuestro entorno?
Debiendo de ser como comunidad de fe un movimiento contracultural*, estamos corriendo por el mismo camino y velocidad que se nos dicta por la cultura imperante .
LA PREOCUPACIÓN DE LA IGLESIA HOY EN DÍA ESTÁ EN LLEGAR A NUESTRAS EMOCIONES, EN LUGAR DE PROFUNDIZAR EN NUESTRAS CONVICCIONES.
Y todavía nos dicen que la filosofía** no debe ser parte de nuestro reflexionar y de nuestro mundo Teológico.
Hace unas décadas teníamos al modernismo con sus ideas absolutas. Después vino el posmodernismo, en donde cada quien imponía su pensamiento y era su verdad (realidad); y ahora tenemos el metamodernismo, en donde las emociones son lo que cuenta. Si la teología trata del conocimiento de Dios y la filosofía trata de cómo interpreta el hombre este conocimiento, no deberíamos de dejarlo de lado; y considero importantísimo tener estos dos aspectos a la vista, ya que las verdades escriturales al día de hoy se ven vulneradas por las diferentes apreciaciones que se tienen por parte de los individuos que, sin darse cuenta, se dejan llevar por las formas y corrientes de pensamiento que están imperando.
En nuestro entorno religioso, sin que se den cuenta, los predicadores han estado alimentando sus mensajes con estas formas y corrientes. En el posmodernismo no había necesidad de profundizar en la Escritura, empatizaban experiencias con alguna porción aislada de la escritura y ya estaba, “revelación fresca” y a la carta. Y por esto tuvimos una cantidad enorme de doctrinas novedosas con un alto nivel de aceptación; fueron introducidas nuevas ideas y vientos de doctrina; las predicaciones, enseñanzas y prácticas no quedaron libres de estas influencias filosóficas, sobre todo en las formas. Si bien está de más nombrar los filósofos que sostienen estas corrientes, en nuestro entorno denominacional podemos identificar los predicadores fácilmente sin que haya necesidad de llamarlos filósofos, pues ellos sin saberlo (o tal vez sí), están diseminando la filosofía en formas e ideas tomadas del mundo y se pueden identificar en sus prácticas, enseñanzas y sermones. Lo más increíble es que cuando hablamos de filosofía, la feligresía tiende a dejarla de lado; y si el término filosofía lo interpretamos correctamente como la manera en la que el individuo interpreta su entorno y realidad , podemos entender por qué fácilmente hoy adoptamos cualquier cosa que se nos enseñe.
Si ya era muy complicado el posmodernismo, en el cual las IDEAS eran las que creaban las verdades, en el Metamodernismo las EMOCIONES son las que dictan la realidad. Esto es, anteriormente, si una idea me parecía buena era correcta; ahora, si algo me produce una emoción placentera, es correcto. En el primer caso, que es el posmodernismo, fuimos afectados con nuevas interpretaciones de la Escritura; en el meta modernismo es muy fácil meter al Espíritu Santo en una interpretación de su actuar de una manera para lo cual no fue enviado, o darle un enfoque en lo que sólo lo que me haga emocionalmente bien, esto es su obra y es buena, sin ejercer siquiera el ejercicio de la razón sobre si tiene fundamento bíblico lo que estamos sintiendo o haciendo, y la causa que la produce, y el propósito que persigue.. Ya no importa el tamiz o filtro que pueda proporcionarnos la Escritura: importa cómo me estoy sintiendo en este momento; y si me siento bien, es bueno y viene de Dios.
El modernismo estaba basado en un riguroso apego a las Escrituras, lo cual traía convicción sobre verdades que no eran cuestionadas; en el postmodernismo, se trató de deconstruir estas verdades adaptándolas a los nuevos pensamientos y realidades; en el metamodernismo, es de vital importancia la emoción que me pueda traer lo que estoy haciendo.
Es por esto que hay una creciente influencia sobre nuestros sentidos el día de hoy. La “renovación” de la iglesia hoy en día está muy ocupada en llegar a esos sentidos y mover emociones, en lugar de profundizar en la Escritura.
¿Acaso hemos olvidado que se nos advierte que no nos conformemos al mundo ni a sus deseos?
¿Acaso son advertencias inútiles para nosotros hoy día?
Definitivamente los aspectos filosóficos que tenemos por delante están siendo absorbidos sin saberlo por liderazgos y feligresía poco cuidadosa de la Escritura, que sólo busca experiencias sensoriales que le produzcan bienestar y no el conocimiento escritural que le CONFRONTE.
Al ser personas, tenemos emociones y éstas pueden ser dirigidas y manipuladas. Emocionarse no está mal, las emociones son un motivante; el asunto aquí es hacia dónde son dirigidas dentro de nuestras comunidades de fe. No se trata tampoco de siempre estar buscando dar bajones espirituales, pero sé que sabes de qué hablo. La temática en muchos lugares ya está enfocada a la autoayuda, automotivación, coaching, éxito, individualismo, bienestar, a un evangelio de promesas y recompensas,s en lugar del que nos habla de volvernos a Dios.
Temas como la Caída, Redención, Justificación, Santificación, Pecado, Su Regreso, etc. ya no están “filosóficamente” de moda. No se trata tampoco de vivir en la época medieval, sino de ser entendidos en los tiempos que estamos viviendo, manteniendo un equilibrio entre las cosas que verdaderamente importan para la vida eterna y la vida que nos rodea.
El metamodernismo tiene como piedra angular el desarrollo humano y el bienestar psicológico (emocional). Como todo movimiento, tiene un liderazgo que va a tratar de avanzar; esos liderazgos están entre nosotros. En pocos años la iglesia se llenó de posmodernismo (en formas y doctrinas); y no lo pudimos detener, pues algunos ni cuenta se dieron hasta que ya era tarde, y en otros lugares todavía está más que vigente y avanzando.
¿ Podremos ahora evitar que nuestra feligresía permanezca emocional en lugar de comprometida?
¿Imperarán más las prácticas emocionales y motivacionales (metamodernismo) que las que traen convicción (medios de gracia)?
¿En dónde quedará y quién será capaz de establecer el esperado equilibrio entre emoción pasajera y convicción duradera?
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”
ROM. 12:2 NTV
Autor: Carlos Alejandro Muro Flores
* Movimiento social (en nuestro caso religioso) que rechaza los valores, modos de vida y cultura dominantes.
** Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.
El Evangelista Mexicano 