EL EXCURSIONISTA DEL EVANGELIO: JAVIER OCHOA MORENO

Javier es el segundo hijo varón de la familia Ochoa Moreno.

En su niñez se ocupó en la escuela y ayudando en la carpintería de su padre. Cursó también sus estudios universitarios; y es en la carpintería y junto a su padre, donde nace su interés por la fabricación de modelos de fundición, creando su propia empresa en ese ramo industrial, misma que aún conserva.

El Evangelio llegó a la familia; la Iglesia del Nazareno y después la Iglesia Metodista fueron formativas en fe.

Y así como dice la Biblia, que todo tiene su tiempo, llegó el tiempo para Javier de casarse, de tener familia, esposa, hijas, yerno y nietos. Tiempo de crecer en la fe y de desarrollarse como líder. La Iglesia Metodista El Divino Salvador, en Guadalupe, NL, fue su hogar eclesial.

Una afición vino a su vida: la del excursionismo. Su práctica le permite conocer y transitar por caminos, subir montañas y disfrutar la naturaleza creada por Dios. Por medio de la práctica del excursionismo conoce lugares, poblados y caseríos, donde encuentra en sus habitantes necesidades de salud, de alimentación, y de Dios.

El Señor pone carga en Javier, y promueve con doctores cristianos amigos, brigadas médicas y de ayuda social y lo mejor: la evangelización de los habitantes de estas montañas.

Su compromiso con el crecimiento de la obra de Dios lo impulsa a iniciar un punto de predicación, el cual tiempo después se convierte en iglesia y es llamada Lirio de los Valles, ubicada entre las montañas del poblado Casillas en Rayones, NL, de la cual es fundador y constructor inicial .Ahí permanece ocho años como pastor.

Entrega la obra a un nuevo pastor de tiempo completo, para impulsar el crecimiento de la iglesia. Toma un breve receso ministerial , para después ser llamado a pastorear la Iglesia San Pablo, en Guadalupe, NL, por otros ocho años. Durante su periodo se construye la segunda planta del templo y se consolida la congregación. Nuevamente es solicitado para un nuevo reto: pastorear la Iglesia Vida Nueva en Guadalupe, NL, por los últimos ocho años. Ahí pastorea y promueve, con donantes y patrocinadores, la construcción de un edificio educativo y una hermosa y gran instalación, que es el santuario de la iglesia.

Javier Ochoa no sólo es un buen excursionista-evangelista, o un ávido constructor que edifica para el reino de Dios que dedicó 24 años de su vida al servicio del Señor. Es también un hombre noble y sencillo, cercano a la gente, conocido por su generosidad y por su amor a la extensión del Evangelio.

Agradecemos a Dios por su vida, y por su familia. Ahora que ha decidido jubilarse, y tomar ese honroso estado, sabemos que Dios le usará en esa nueva etapa y, sin duda, con su Gracia y su Poder.

Pastor Javier Ochoa Moreno: muchas gracias por tu trabajo en la obra de Dios. Muchas felicidades y grandes bendiciones de Dios.

Te extrañaremos, estimado consiervo y amigo. Dios te bendiga.