Obituario Pbro. Eleazar Zamora Escobar

Obituario Pbro. Eleazar Zamora Escobar

El pasado 9 de mayo de 2024 partió a la presencia del Señor el  Pbro. Itinerante Jubilado Eleazar Zamora Escobar. Publicamos la participación del fallecimiento, hecha por el Obispo de la Conferencia Anual de México, Pbro. Agustín Altamirano Ramos, así como un poema que Ruth Zamora publicó en la página de Facebook de El Evangelista Mexicano, como comentario a esta participación: 

Ruth Zamora: Comparto un poema que su hijo escribió sobre él, Dios quiera que cada hijo de pastor pueda decir lo mismo de su padre:

“Estoy sentado solo. Pensando en los rasgos que hicieron a mi papá. Fue carpintero, ciclista, homeópata, músico, pastor, estudioso, hermano, padre. Cada uno de sus roles los desempeñó según su saber y entender, pero sin duda dejaron huella. Hombre de su tiempo y de su historia, su ministerio traspasó las décadas, seis, para ser exactos. Sus gustos, aficiones y vocaciones retoñaron felizmente en sus hijos y nietos y aún le tocó ver el brotecito en su bisnieta.

Su servicio a Dios primaba sobre cualquier otra cosa. Estar en segundo plano se hizo costumbre. No siempre fue fácil entender sus decisiones. No estuvo ausente pero sí ocupado. Nada que reprochar, su vida era predicar, estar presente con otros, hacer la obra del ministerio. ¿A dónde fue? A visitar. ¿Dónde está? En un sepelio. ¿Qué hace? Está estudiando. ¿Por qué tanto movimiento? Por la boda. ¿Por qué tan temprano? Porque es domingo y es hora del culto matutino. ¿A qué hora llega? Quien sabe. ¿Cuántos días estará fuera? Los de la conferencia. Nunca estuvo enfermo. No se supo de ningún impedimento que le estorbara para hacer su trabajo. Su fuerza fue la constancia.

Cómo orador era asiduo a la homilía libre. El Evangelio Eterno en sus labios se escuchó semana tras semana. Breves consejas, nunca personalizadas, palabras sabias, mesuradas. Muchas hojas de sus bosquejos siguen en las solapas de sus libros. Hablaba intercalando relatos, memorias y verdades de su experiencia. En su mente estaban los recuerdos de los predicadores que le moldearon en su juventud.

Una de las fortalezas de su ministerio fue la visitación y consolación. No fueron pocos los que conocieron la oportuna visita que en momentos de necesidad y aflicción buscaban respuesta y ahí, por casualidad a horas y deshoras llegaba. Una palabra de oración caía como lluvia en tierra seca.

Le faltó tiempo para aprender a tocar instrumentos que compró y le aguardaron hasta la fecha. Guitarra, violín, acordeón, piano, órgano, no sé que más tocó o quiso tocar. Su acordeón fue muy célebre en reuniones de la iglesia. De memoria tocaba los himnos, lo que no, improvisaba, pocos notaban la diferencia. Más de trescientos himnos de memoria en sus mejores tiempos. Las complacencias eran disfrutadas ampliamente en los retiros y las fogatas. Dirigió coros infantiles, juveniles, femeniles, etc. Le gustaba además de ejecutar la música, cantar.

La prudencia que prefería el silencio no siempre fue apreciada, incluso usada en su contra. Pero era así, manso. Paciente como pocos. Como todo caudal lento, sus corrientes profundas eran intensas. Su profundo sentir pocas veces era conocido. Pero ahí estaban las cargas de oración, sus temores, sus recuerdos, sus cuitas, sus alegrías. Me permitió asomarme a esos torrentes, comprendí su sentido de llamado, de servicio a Dios. Creo que fue eso lo que rompió las resistencias y reticencias personales. Sus palabras fueron: Te quiero hijo, y que Dios te bendiga. Así se despedía siempre de todos.

Peleó sus batallas. Retuvo sus ideales. Se aferró a la vida hasta el final. Su mayor pesar fue perder la independencia necesaria para ir a Chimal. “Me esperan los hermanos”. Los hermanos se vieron privados de su música. Dado a hablar de todo y contar sus historias. Ya no pudo hablar, en silencio le vimos partir. “Ya está mejor” dijo Eleazar mi hermano cuando se confirmó que ya no respiraba. Su tabernáculo fue abandonado en pos de una gloria mayor. Entre cantos y oraciones, lo despedimos.

Mi mamá se vuelve a sus recuerdos, navega en sus memorias. Al parecer ya lo ha asimilado. Ya lo sabe. Se duele con gratitud. Paso a paso.

Fuente: https://www.facebook.com/plugins/post.php?href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2FEvangelistaMex%2Fposts%2Fpfbid027UpUBNfoSBomPstqzMPN5YJ3zqypjqY6oKYowBhSpuZP5eMsW6iNNi4J8zTTLye3l&show_text=true&width=500&is_preview=true