Violeta Montes De Oca
Coloquialmente se expresa que “todos los comienzos son difíciles”, pero dentro de la iglesia de Cristo -y particularmente dentro de la iglesia metodista, habituada a los cambios pastorales- es de lo más deseable suavizar esa transición y hacer de cada inicio una nueva oportunidad, llenarla de nuevos retos, amistades y sueños por lograr avanzar juntos en la extensión del reino de Dios.
Por lo tanto, y a modo de ayuda en ese nuevo comienzo, quiero compartir algunos consejos para las iglesias que estén en la situación de recibir un nuevo pastor. Son ideas y ejercicios prácticos que serán de gran bendición tanto para la familia pastoral como para futuros pastores que arriben a la congregación.
- Comisión de recibimiento. Puede estar formada por los administradores, diáconos y guarda templo. La comisión entrega las llaves de la casa, templo, instalaciones, etc. Se muestran las instalaciones, las cuales deben estar limpias (piso, paredes, cocina, baño, patio, etc.), todo en buen estado y funcionando.
- Formar un equipo y estar pendientes de su llegada, con el fin de ayudarles a descargar sus cosas del camión de la mudanza (en algunos casos, el pastor saliente también ayudarlo).
- Prever con anticipación el lugar donde vivirá el pastor, esto en caso de no contar la iglesia con casa pastoral o no estar en condiciones habitables (sería ilógico que el pastor llegue a su campo pastoral y dedique sus primeros días a buscar dónde vivir).
- Cuando el pastor viene de otra ciudad, por lo general usará de 2 a 5 días para acomodarse. Tanto él como su familia resienten el cambio, y quizás sea necesario apoyarles con comida ya preparada. Se les puede dar una despensa que sea práctica (su refrigerador no se puede usar por el gas que está agitado por la mudanza y se requiere al menos 24 horas de reposo después de ser conectado).
- Tener disponible un tanque de gas para su uso doméstico o en su caso, poner gas al tanque estacionario. De la misma manera, considerar que la casa cuente con los servicios de agua y luz.
- Vida en la nueva ciudad. En este sentido, es aconsejable darle un mapa de la ciudad y marcar sitios tales como: peluquerías, dentista, supermercados, taller mecánico, farmacias, costurera, etc. También es útil informarle al pastor si en la congregación hay un médico, abogado, quiropráctico, etc., esto para casos de emergencia.
- Darle un reglamento, y que lo firme, de cómo recibió las instalaciones, con el compromiso de entregarlas en igualdad de condiciones (esto da buen testimonio pastoral del cuidado de la casa y ejemplo de su mayordomía). Se debe entregar un inventario de lo que hay en la oficina, copiadora o impresora, guillotina, grapadora, escritorio silla, librero, bote de basura, etc.; todo funcionando y en buen estado, así deberá ser entregado.
- Atención pastoral. Es recomendable informar los horarios de oficina, e igualmente respetar el día de descanso pastoral. En su caso, cuando visite, se recomienda acompañarse de un hermano, avisando al anfitrión del día y hora, respetando el tiempo de la visita. Mejor es que deseen su pronta visita a evitar ser visitado.
- La Sociedad Misionera Femenil apoyará a la esposa del pastor en lo más posible, ya que generalmente estará relegada o ignorada. Toda la atención está en el pastor, y sin embargo, ella es parte muy importante en el ministerio de su esposo; si ella está bien, también la familia lo estará. No se debe pedirle que tenga cargos en la iglesia si ella no se siente preparada y sólo es ama de casa (lo ideal es que tenga llamamiento de servicio). Se debe festejarla en su cumpleaños, enseñarle la ciudad y los lugares que pueda necesitar.
- Los hijos pequeños o adolescentes resienten también el cambio; se vuelven huraños, silenciosos y poco participativos. Hay que darles tiempo, no presionar a que asistan a la Liga o reuniones de jóvenes. Lo ideal es apoyar su ocupación; si es deportiva, musical o escolar. Debemos recordar que han dejado su ambiente y amigos, por lo tanto, se pueden llegar a sentir solos, tristes o enojados.
- Es recomendable invitar al pastor y a su familia a reuniones o eventos sociales, deportivos, culturales, familiares, etc.; de esta forma sentirán que forman parte de su nueva congregación.
- El pastor se sentirá respaldado al saber que la iglesia está orando por él, tanto en el área familiar como ministerial. No dejemos de lado esta área tan importante en la vida espiritual de nuestra iglesia.
- Finalmente, es de gran ayuda decirle regularmente al pastor nuestro nombre y/o el de nuestra familia, ya que es complicado que en poco tiempo memorice los nombres de la nueva congregación. Hay que aprender nuevos nombres, rostros y dinámicas de iglesia, lo que no será una tarea fácil de inicio. Seamos pacientes y apoyemos en amor.
Espero que estos pequeños consejos sean de ayuda a las iglesias. Cada una está en la libertad de agregar, adaptar y modificarlos, de acuerdo a sus necesidades y posibilidades. Hagamos de esta transición y cada transición futura una oportunidad de crecimiento, en la que la obra del Señor siga adelante con poder y en amor.
Violeta Montes de Oca es una respetada congregante de la iglesia metodista Jesús de Nazaret, en la ciudad de Durango, Dgo. Es de profesión médico, y actualmente es maestra jubilada. Viuda del Dr. Urbano Solís Soto, madre de 4 hijos y abuela de 3 nietos.
