CRÓNICA CONFERENCIA LXXI DISTRITO TLAXCALA

CRÓNICA CONFERENCIA LXXI DISTRITO TLAXCALA

Elaborado por: Prob. Omar Isaí Villegas Hernández

Un 18 de octubre del 2024, en el corazón de la Sierra Norte de Puebla, rodeados de una frondosa vegetación que exaltaba la hermosura de la creación, emprendimos el camino hacia el LXXI PERIODO ORDINARIO DE SESIONES de la Iglesia Metodista de México. Atravesando verdes cerros y campos, llegamos a la Iglesia «Príncipe de Paz» en La Palmilla, Tlapacoyan, Veracruz, un templo en el que se respiraba el espíritu de Dios y que nos recibiría para una jornada llena de fe, compañerismo y servicio bajo el tema: «Una comunidad que florece».

Desde el primer momento, la comunidad nos recibió con calidez y alegría. Las hermanas y hermanos, con sonrisas y abrazos sinceros, nos invitaron a pasar al comedor para compartir los alimentos en un desayuno comunitario que simbolizaba la unidad y fraternidad. Las conversaciones fluían, llenas de esperanza, mientras las risas se entrelazaban con el sonido de los utensilios y las palabras de aliento que reflejaban la gracia de Dios entre nosotros.

Después del desayuno, nos dirigimos al templo para participar en el culto de apertura. El hermano Oscar Vázquez Cuecuecha, Representante Laico Distrital, con entusiasmo y devoción, nos animó a entregar nuestro tiempo y pensamientos al Señor, centrándonos en el propósito de ser “una comunidad que florece”. La liturgia, cuidadosamente preparada, nos conducía paso a paso hacia la meditación y la alabanza, reflejando un deseo sincero de crecer como familia en Cristo.

El Superintendente del Distrito Tlaxcala, el Pbro. Noé Machorro Hernández, extendió su bienvenida a las congregaciones presentes y compartió un mensaje que resonaría en cada corazón: “No dejes caer sus palabras”. A través de su sermón, el pastor nos recordó la importancia de mantenernos firmes en la Palabra de Dios, obedeciendo Su llamado con dedicación y entrega. Nos alentó a continuar trabajando en la obra divina, reconociendo que es el Señor quien nos sostiene y nos guía en nuestro caminar como distrito.

El momento culminante del culto fue la participación en el Sacramento de la Cena del Señor, un acto de fe que afirmaba que, como comunidad, dependemos y confiamos en que es Dios quien nutre y guía a su Iglesia. En un ambiente de recogimiento, cada uno de nosotros participó del pan y del vino, reafirmando nuestra unión en Cristo y nuestra misión de ser una comunidad que, arraigada en su amor, florece y da testimonio de su gracia.

Con el corazón renovado y el espíritu fortalecido, concluimos el culto con la certeza de que Dios dirige nuestro andar, guiándonos en el servicio y amor hacia los demás. El Superintendente Noé Machorro cerró este momento de adoración recordándonos la gran misión que tenemos como Iglesia, instándonos a llevar su Palabra a cada rincón y a cada vida que nos rodea, floreciendo como comunidad en obediencia y gratitud.

Al concluir el emotivo culto de apertura, el Superintendente Noé Machorro Hernández dio inicio a la primera sesión del LXXI PERIODO ORDINARIO DE SESIONES, momento crucial en el que se atendieron las preguntas disciplinarias y se procedió a la elección de las comisiones que servirían durante el periodo de la conferencia. Una atmósfera de dedicación y compromiso llenaba el espacio mientras cada delegado asumía su responsabilidad en la formación de las comisiones.

De pronto, la comisión de fotografía anunció que estaba lista para la tradicional foto del recuerdo. Con entusiasmo, todos los asistentes se reunieron para inmortalizar este encuentro, conscientes de que cada imagen reflejaría no sólo rostros, sino el espíritu de fraternidad y propósito que caracterizan a nuestro Distrito Tlaxcala.

Finalizada la fotografía, se dio una bienvenida afectuosa a los pastores que se integraban al Distrito Tlaxcala en este año conferencial. Se oró por cada uno de ellos, reconociendo su vocación y confiando en que el Señor guiará sus ministerios, nutriéndolos con su gracia para que su servicio sea de gran bendición en cada comunidad donde fueron enviados. El distrito se llenó de expectativas al recibir a estos nuevos líderes, con la esperanza de que su predicación, enseñanza y acompañamiento pastoral fortalecerán el crecimiento de cada congregación.

Luego de este cálido recibimiento, se hizo un alto para orar por la salud del Pastor Gilberto Bravo, quien pastorea la Iglesia de la Santísima Trinidad en La Magdalena Tlatelulco. En un momento de intercesión, la asamblea unió sus voces para pedir sanidad y fortaleza en favor del Pastor Bravo, encomendando su salud al cuidado amoroso de Dios.

Aprovechando este ambiente de intercesión, se dio la bienvenida oficial al Superintendente Noé Machorro Hernández, quien encabeza el Distrito Tlaxcala. Con gratitud y respeto, se oró para que su liderazgo sea guiado por Dios, pidiendo que cada decisión que tome esté alineada con el propósito divino, para que su labor traiga bendición y dirección en todo nuestro distrito.

La sesión concluyó con la presentación de varios proyectos aprobados en la Conferencia Anual, que ahora impactarán directamente en la Conferencia Distrital. Entre estos, se destacaron el proyecto “Construyendo y Creciendo”; el apoyo a estudios teológicos para los pastores y el impulso de la “Iglesia Misionera”, iniciativas que buscan fortalecer el crecimiento espiritual y material de la comunidad metodista.

Con una oración final de agradecimiento, la asamblea se dispuso a compartir los alimentos que la comunidad anfitriona había preparado con amor y esmero, cerrando así una jornada llena de propósito, unidad y esperanza.

Después de un tiempo de comida lleno de fraternidad y descanso, la asamblea retornó con energías renovadas y una actitud receptiva para escuchar la ponencia del Pastor Samuel Machorro Cruz, titulada «Transformando la organización de la Iglesia – Primera parte: Identificando hábitos que destruyen». Esta presentación invitaba a una profunda introspección sobre los hábitos que han erosionado la vitalidad y el propósito de nuestras congregaciones.

El Pastor Samuel Machorro desafió a cada miembro a examinar sus actitudes y acciones, abordando temas que invitaban a la reflexión: ¿Cumplimos con nuestros planes de trabajo por amor o sólo por cumplir? ¿Estamos siendo inspirados y transformados por el culto, o ha perdido su propósito en nuestra vida? También señaló prácticas cotidianas que restan seriedad y devoción en el espacio sagrado, como el uso del celular durante el culto y la impuntualidad al congregarse, elementos que no sólo distraen a quien los practica, sino también a toda la congregación.

A través de sus palabras, el Pastor Machorro Cruz logró confrontarnos y movernos a reflexionar sobre la importancia de eliminar estos hábitos, ya que dañan tanto la organización como la vida espiritual de la comunidad. El Superintendente Noé Machorro Hernández, tras la ponencia, agradeció al Pastor Samuel por su ponencia y esfuerzo para abordar estos temas y alentó a todos los presentes a tomar acción inmediata, corrigiendo estos malos hábitos y reforzando una cultura de compromiso y respeto en nuestras iglesias.

Seguido de esta intervención, comenzó la segunda sesión, guiada por el Pbro. Javier Guarneros Cano, encargado del Programa Distrital, quien presentó un análisis general de los informes de las iglesias del distrito. Con un enfoque directo y profesional, el Pbro. Guarneros evaluó la planeación operativa de cada congregación, señalando que sólo unas pocas iglesias han cumplido con los Formatos Únicos requeridos dentro de su estatus actual. Exhortó a los pastores y a las juntas de administradores a consolidar la planeación de sus actividades y proyectos, para que en 2025 puedan alcanzar efectivamente los objetivos de cada área y reflejar un crecimiento sólido y estructurado en sus comunidades de fe.

A través de este diálogo y evaluación, quedó claro que el compromiso con una organización clara y con un propósito definido es esencial para que nuestras iglesias continúen floreciendo y cumpliendo con su misión de dar testimonio de la fe. La sesión concluyó con un llamado a la acción, a que cada iglesia trabaje con mayor esfuerzo en la planeación y evaluación de sus actividades, asegurando así un impacto positivo y duradero en su entorno y en su comunidad de fe.

Culminando el primer día de actividades en la conferencia, la comunidad metodista se reunió para el Taller de Testimonio Cristiano, impartido por la Pbra. Ibeth Saraí Leonardo Sánchez. Con entusiasmo, compartió los detalles de un proyecto que llenó de esperanza a toda la asamblea: «MIES – MI INVITADO ESPECIAL», una campaña evangelística que se realizará el 22 de febrero de 2025 en todas las iglesias. El proyecto busca renovar y potenciar el Día Nacional de Evangelización, con un enfoque nuevo y retador.

La Pbra. Leonardo enfatizó la importancia de preparar espiritualmente este evento mediante 40 días de oración y ayuno, que comenzarán el 14 de enero de 2025. El plan consta de cinco etapas, centradas en la intercesión y el acompañamiento del Espíritu Santo, con el objetivo de llevar al menos a un invitado especial por persona a este culto evangelístico. Si los invitados deciden entregarse a Cristo, comenzarán un proceso de consolidación y serán integrados a células o estudios bíblicos, donde continuarán su crecimiento espiritual dentro de la iglesia. Este enfoque tan estructurado y guiado causó gran expectación entre los asistentes, quienes se mostraron comprometidos a prepararse para que el evento sea una bendición para cada comunidad.

Finalizado el taller, el hambre se hizo presente y todos se dirigieron con alegría al comedor, donde los hermanos de la Iglesia Local los esperaban con generosos platos de tacos al pastor. Fue un tiempo de convivencia fraterna y agradecimiento por los anfitriones, quienes no escatimaron en hospitalidad y generosidad. La cena concluyó, y una suave llovizna comenzó a caer, refrescando el ambiente y cubriendo la noche con una paz muy especial. Algunos pastores y hermanos decidieron disfrutar la noche jugando basquetbol bajo la lluvia, mientras otros se dirigieron a sus lugares de hospedaje en las casas de la comunidad de La Palmilla, donde encontrarían un descanso profundo y reparador.

Con las primeras luces del día siguiente, toda la asamblea se levantó temprano para el devocional matutino a las 7:00 a.m., dirigido por las seminaristas Alejandra Ortigoza y Zabdi J. Morales. El devocional fue un momento de bendición y reflexión, en el que recordaron a los asistentes la importancia de escuchar y atender el llamado de Dios en sus vidas. Con este tiempo de oración, se encomendaron al Señor, pidiendo guía para los trabajos y actividades del día, renovados en su propósito y dedicación.

La jornada continuó con la segunda parte del taller «Transformando la organización de la Iglesia: Pasos para desechar hábitos y propuestas para ser una organización eficiente», dado por el Pbro. Isaac Zenen Flores Rosas. Su exposición desafió a la asamblea a reflexionar profundamente sobre los hábitos que, en lugar de contribuir al crecimiento, estancan a las iglesias. Con un enfoque práctico y motivador, el Pastor Flores presentó pasos para construir una organización más saludable y floreciente. Entre sus propuestas, se destacaron: la necesidad de una visión compartida, la cultivación de la espiritualidad, la redefinición de los roles de liderazgo, el fortalecimiento del liderazgo laico, la optimización de la organización y el establecimiento de un nuevo sistema eclesial.

Cada punto fue recibido con atención y entusiasmo, despertando en pastores y laicos el deseo de regresar a sus comunidades con una visión renovada y un plan para implementar estos cambios. Al término de la sesión, el Superintendente agradeció a Dios por la vida y ministerio del Pastor Flores, quien sin duda sembró en la asamblea un espíritu de renovación y compromiso.

Este segundo día de actividades concluyó con la asamblea profundamente inspirada, ansiosa de poner en práctica todo lo aprendido para que sus iglesias sean cada vez más fieles a su misión, floreciendo en el amor y la gracia del Señor.

En la última sesión de la conferencia, dedicada a los asuntos generales, la asamblea recibió con alegría al Obispo de la CASE, Pbro. Narciso Cortez González. Su presencia fue motivo de honor, y toda la comunidad lo saludó cordialmente, reflejando el respeto y aprecio hacia su liderazgo pastoral.

El orden del día continuó con las elecciones para las áreas y comisiones pendientes, ajustándose a los cambios en los nombramientos pastorales para el año conferencial 2024-2025. Con un quórum de 20 representantes ministeriales y 63 laicos, se realizaron las votaciones para varias posiciones clave: Área de Testimonio Cristiano – Pbro. I. Isaac Zenen Flores; Comisión de Continuidad y Capacitación en Ministerios – Prob. Alejandro Juárez y Pbro. I. Ulises Hernández; Comisión de Relaciones – Pbro. J. Isaías Salazar y Prob. Julio Jaird Leonardo; Superintendente Adscrito Centro 1 – PSTC Adrián Félix; Superintendente Adscrito Sierra Golfo – PSTC Cornelio Cazales Dominguez; Representante laico Sierra Golfo – Alexandra Valerio; Comisión de Evangelismo y discipulado – Claudia Bonilla; Comisión Procesamiento de Informes – Julio Jaird Leonardo; Comisión de Reconciliación – PSTC Margarita Rivera; Comisión Honor y Orden – Pbra. I. Ibeth Saraí Leonardo y Laico Lida Lima; Interpretación de la disciplina – Jair Limón; Proyecto de construcción – Germán Vázquez; Superintendente Adscrito Centro 2 – Pbro. I. Ulises Hernández; Superintendente Adscrito Volcanes – Pbra. I. Ibeth Saraí Leonardo. Por último, los representantes laicos Centro 1, Centro 2 y Volcanes serán electos por el gabinete distrital. Asimismo, la asamblea eligió las sedes para las próximas conferencias de distrito, siendo las iglesias de Tlaxcala y Tepetitla quienes recibirán a las congregaciones en 2025, creando una anticipación gozosa por esos futuros encuentros de fe.

En el apartado de asuntos generales, el Obispo Narciso compartió un informe sobre el monto recaudado a nivel conferencial para el proyecto «Construyendo y Creciendo». Estos fondos serían destinados a la Iglesia de Axochiapan, Morelos, permitiéndoles continuar con la construcción de su templo. Este proyecto simbolizó el esfuerzo común y el apoyo mutuo entre las iglesias, un verdadero testimonio de solidaridad y amor en acción.

Concluida la sesión, el Superintendente anunció el inicio del culto de clausura. Durante este tiempo especial, se llevó a cabo un acto litúrgico significativo: todas las ofrendas recaudadas para «Construyendo y Creciendo» se colocaron al frente de la congregación, y se invitó a un representante de cada iglesia a orar por la bendición y multiplicación de los recursos. También se oró por las iglesias que aún están en proceso de construcción, pidiendo la guía y provisión de Dios para cada proyecto. La alegría de la comunidad era palpable, y el Obispo recordó a todos: «Pocos panes y pocos peces el Señor bendice y multiplica con creces», resaltando el poder de la fe en la multiplicación divina.

La comisión de relaciones públicas, representada por los Probs. Julio Jaird Leonardo y Alejandro Juárez, tomó la palabra para invitar a la Iglesia «Príncipe de Paz» al frente, en una oración de agradecimiento por la hospitalidad y amabilidad con la que recibieron a todas las iglesias del distrito Tlaxcala. En un espíritu de gratitud, se oró para que Dios continúe bendiciendo a esta comunidad y a su Pastor, reconociendo los dones y talentos que pusieron al servicio del Señor.

El Obispo Narciso concluyó el culto con un sermón titulado «Una comunidad que florece», basado en la historia del llamamiento de Dios a Samuel en 1 Samuel 3. Desde la pregunta “¿Qué tanto estamos escuchando la voz de Dios?”, el Obispo exhortó a los presentes a reflexionar sobre su compromiso con el servicio a Dios en tiempos de desafío. Comparó la figura de Samuel, un joven dispuesto a servir en un tiempo de escasez de la palabra de Dios, con los colaboradores actuales que buscan ser útiles para el Reino. Remarcó que, si Dios ha llamado a su pueblo, es porque lo considera valioso y capaz de hacer Su obra, y animó a cada líder y congregante a no dejar caer en tierra la palabra de Dios, sino a responder fielmente a Su llamado.

La oración final, guiada por el Obispo, fue una petición para que las palabras de Dios fortalezcan a la Iglesia, permitiendo ver un crecimiento genuino y florecimiento espiritual. Con un profundo sentido de propósito y compromiso renovado, el sermón concluyó, dejando a todos inspirados para llevar el mensaje y la visión de una iglesia que florece, arraigada en la obediencia a la Palabra del Señor.

Tras la oración de compromiso luego del inspirador mensaje del Obispo, la comunidad fue invitada a presenciar un momento solemne: el acto de consagración de las áreas y comisiones electas. Uno a uno, los hermanos que habían sido elegidos para diversos ministerios pasaron al frente. El Obispo, elevó una oración por ellos, pidiendo la guía y unción del Espíritu Santo para que cada uno usara sus dones y habilidades al servicio del Señor. Era un momento de renovación y envío, donde cada miembro reafirmaba su llamado a ser parte activa en el crecimiento del Reino dentro del Distrito Tlaxcala.

Concluido este acto solemne, la congregación saludó efusivamente a pastores y laicos, deseándoles fortaleza y bendición en su labor dentro del Distrito Tlaxcala. Fue un saludo lleno de entusiasmo, con abrazos, palabras de aliento y sonrisas que reflejaban la unidad de una comunidad que se comprometía, una vez más, a trabajar en armonía y amor.

Finalmente, el Obispo pronunció la clausura oficial del LXXI Período Ordinario de Sesiones, declarando, a las 04:06 p.m. del 19 de octubre de 2024, el cierre de las actividades. Con gozo y paz en el corazón, todos fueron enviados de regreso a sus iglesias locales, renovados y convencidos de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo caminan con ellos en esta misión. La certeza de Su presencia inspiraba a cada congregación a regresar con ánimo, dispuestos a llevar una visión de crecimiento, fe y florecimiento a cada rincón de sus comunidades.

CRONISTA: Prob. Omar Isaí Villegas Hernández. 
Atiendo las Iglesias «Casa de Dios» Panotla, Tlaxcala y «La fe en Jesucristo», San Tadeo Huiloapan.