Antonio Carro.

Antonio Carro.

Una vida dedicada a la docencia.

Oswaldo Ramirez González.

El apellido Carro es sinónimo en la historia del metodismo mexicano de entereza y entrega profesional en cuanto al ámbito educativo. Los nombres de Samuel, Antonio y María Carro Zempoalteca están grabados en la memoria histórica e institucional de la Escuela “Julián Villagrán”, de Pachuca. En un número publicado el 15 de mayo de 2023 hemos descrito algunos de los rasgos biográficos y contribuciones de Samuel Carro: fundador del Liceo “Amado Nervo”, del anuario escolar “Tzin-[Tzzi” y del grupo de excursionistas escolares “Tribu de Exploradores Paynalton”. En esta ocasión toca escribir sobre las aportaciones y algunos rasgos biográficos de su hermano mayor, el Profesor Antonio Carro. 

Antonio Carro Zempoalteca nació en el poblado de Panotla, Tlaxcala el 15 de enero de 1879. Sus padres fueron don Gabriel Carro Santacruz y doña María Jacinta Zempoalteca Pérez. Sus primeros años fue criado por su abuela paterna, la señora Magdalena Santacruz.

En 1890 se abre en Panotla la escuela primaria elemental “Benito Juárez”, por un grupo de misioneros evangélicos (de los que sospechamos eran de origen metodista), y de la cual don Antonio será uno de los primeros en inscribirse y egresar como parte de las primeras generaciones de dicha institución. El complemento de su educación inicial lo cursó en la primaria superior “Abundio Tovar y Bueno”, escuela anexa al Instituto Metodista Mexicano ubicada en la capital de Puebla. En 1899 recibió de esta última su título que lo acreditó como maestro normalista. Al año siguiente obtuvo en esta misma institución el puesto de ayudante escolar.

En 1901 es ascendido de puesto tomando el cargo como instructor del curso inferior, lo que hoy correspondería a profesor de primero y segundo año de primaria. Ese mismo año presenta formalmente su tesis profesional, lo que hace oficial sus estudios normalistas. Recién titulado recibe el ofrecimiento del maestro Victoriano D. Báez para dar clases en la Escuela “Julián Villagrán” de Pachuca. Sin embargo, no llega a un acuerdo económico satisfactorio, por lo que opta por regresar a dar clases a la escuela de su terruño, en Panotla, la primaria elemental “Benito Juárez”, donde labora por seis años. De 1908 a 1910 prestó sus servicios en la Escuela metodista de Miraflores, Estado de México. Posteriormente de 1911 a 1913 trabajó en el Instituto Metodista de Querétaro (Instituto “Benjamín N. Velasco”). En 1914 se trasladó a la ciudad de Apizaco, Tlaxcala para laborar en la Escuela Primaria “Miguel Hidalgo”.

Según contaba él mismo de manera anecdótica, en una ocasión que visitó a su hermano Samuel, quien era profesor en la escuela “Julián Villagrán” allá por el año de 1912, se quejó tanto del camino, el clima y de la estructura de Pachuca que le dijo a su hermano: “Yo sólo de castigo vendría a esta fría y fea ciudad”. Quién diría que años más tarde, en 1915, tomaría el cargo de director de la Escuela “Julián Villagrán”, institución que lo consolidaría en su labor educativa.

Una de sus aportaciones significativas a esta escuela fue el establecer un internado, el cuál tuvo como objetivo albergar a los alumnos que provenían de lugares alejados. Ello se realizó hacia el año 1920, cuando la escuela se cambió de predio para ocupar el edificio de la calle Allende número 102, lugar anexo al templo metodista “El Divino Salvador”. Ambos estaban ubicados a una cuadra del icónico Reloj Monumental, en el corazón de la capital hidalguense.

Finalmente, como cúspide de su labor, recibió el 15 de mayo de 1954 recibió de manos del presidente de aquel entonces, Lic. Adolfo Ruíz Cortines, la medalla al mérito docente “Ignacio Manuel Altamirano”, y el diploma de honor, distinciones que el gobierno mexicano otorga a los profesores por su servicio educativo de 50 años.  El maestro Antonio Carro falleció a los 87 años el 7 diciembre de 1966, dejando un legado inspirador en la memoria docente y estudiantil de la “Julián Villagrán”, de quienes fueron sus alumnos así como de compañeros y colaboradores en su arduo trabajo.


Fuentes consultadas:

GOTRÁN DE LACY M. “Una vida que es ejemplo… Una existencia que es luz… Maestro de ayer… de hoy y de la eternidad…” en Tzin Tzzi. Anuario escolar. Número XXXIX. Escuela “Julián Villagrán”, Pachuca de Soto, Hgo., 1967, pp. 85-86.

SÁNCHEZ, Alán. “Carro Zempoalteca, Antonio. Profesor” en 150 de la Misión Metodista en México. 150 biografías breves. CUPSA, México, 2022, pp. 49.