“Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”
S. Lucas 2:11
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;”
S. Lucas 4:18
Muchos colores y muchos sabores parecieran ser una de las descripciones de esta hermosa época decembrina. Sin embargo, es también una temporada que se vive entre la alegría y la tristeza. Una avalancha de sentimientos y emociones invaden mentes y pensamientos con recuerdos de los ausentes o fallecidos; o bien porque en esos momentos se transita por sendas de difíciles enfermedades, por rupturas familiares, o porque se encuentran privados de su libertad.
El evento de la natividad no es otro que el amor de Dios expresado en la encarnación de su Hijo, Jesucristo, para cumplir su propósito de redención de la humanidad. El milagro de la encarnación debe ser entendido por la iglesia y por cada creyente, compartiéndolo a un mundo sin Cristo, por medio de la evangelización y las acciones sociales.
La iglesia, los ministerios y cada creyente lo pueden hacer de acuerdo con las oportunidades que el Señor les presente. Los hospitales, los asilos, los orfanatos y las prisiones son campos sensibles y listos para ser cosechados.
Existe en nuestra ciudad un ministerio carcelario llamado Pablo y Silas. Su nombre se inspira en estos personajes, un binomio que, aún en la prisión, compartían de su fe, siendo testigos de la conversión a Cristo, no sólo del carcelero de Filipos, sino también de su familia.

El ministerio Pablo y Silas inicia hace casi 20 años, siendo su fundadora la hermana Lupita Hernández, acompañada de un grupo de personas.
Al inicio estuvo bajo la cobertura y patrocinio de la iglesia Koinonia, y actualmente por el de la Iglesia El Divino Salvador, ambas iglesias metodistas del Distrito Bernabé de la IMMAR CAO y ubicadas en Cd. Guadalupe, NL, México.
Integrado en su mayoría por mujeres mayores, algunos varones y pastores, este ministerio ha sembrado y cosechado el evangelio en la cárcel municipal de Guadalupe, Nuevo León, donde los detenidos esperan su proceso judicial; y también en el CERESO de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, a quienes ya se les ha dictado sentencia; además de atender algunas casas de rehabilitación por adicciones, y de algunos albergues para mujeres.

Los nuevos nacimientos en Cristo, las vidas transformadas, las familias restauradas, los procesos de liberación de la cárcel de forma milagrosa, y el nacimiento de evangelistas entre los expresos convertidos, todos como un lindo racimo de rico fruto espiritual que glorifica el nombre de Dios.
Actualmente, el ministerio Pablo y Silas ofrece acompañamiento y cobertura ministerial a algunos reclusos cuyo encarcelamiento fue de alto impacto mediático, quienes después de recibir a Jesús como Salvador, comparten de su fe dentro de la prisión con la gracia y unción que sólo Dios puede darles.
El Ministerio Pablo y Silas de la Iglesia Metodista celebrará esta navidad en el CERESO de Cadereyta, no sólo con la proclamación del hermoso mensaje de la encarnación de Cristo y su oferta liberadora, sino también una rica comida; y obsequiará paquetes individuales de productos higiénicos a quien acuda a esta celebración. Esto es posible gracias al apoyo de la Iglesia El Divino Salvador, y al de generosos donantes.
Sigamos orando por éste y otros ministerios que sirven al Señor fuera de las cuatro paredes de los templos.
Feliz y bendecida Navidad.
Y un próspero y fructífero año nuevo 2025.
Escrito por.
Francisco Obregón Jiménez.
Pastor jubilado y miembro del Ministerio Pablo y Silas.
Distrito Bernabé IMMAR CAO
