HUELLAS DE UNA MUJER METODISTA

HUELLAS DE UNA MUJER METODISTA

Traigo hoy a la memoria, a través de este medio, la reflexión del testimonio de una mujer que fue ejemplo para la iglesia Cristo el Redentor de la ciudad de Parral, Chihuahua. Desde mi llegada a la iglesia me di cuenta de la gran huella que dejó la vida de nuestra hermana Martha Escudero de Vizarra. En oración el Señor nos permitió dejar esta huella enmarcada en nuestra memoria; y no sólo eso, sino también en nuestro templo. Esta es una breve reseña de su vida:

Nació en la ciudad de Chihuahua un 20 de enero de 1942, hija de Don Pablo Escudero Salcedo y Doña Lugardita Chavez de Escudero, siendo la única mujer entre Pablo, Héctor, Horacio, Alfonso, Jaime, Fernando, Luis, Rubén y Daniel, sus hermanos. Estudió en la ciudad de Chihuahua la carrera de Educación. Se casó en 1968 con el Prof. Rubén Vizcarra Sáenz y tuvieron 4 hijos: Rubén, Martha, Pablo y Helena, sumándose a la familia Cynthia, Mario y Nora y sus amados nietos Rebeca, Alberto, Alondra, Rubén, Paula, Emiliano, Sebastián y Benjamín.

La hermana Martha fue una sierva fiel de nuestro Señor Jesucristo, quien trabajó arduamente en la viña del Señor como maestra de Escuela Dominical y Presidenta de Educación Cristiana, dentro de su amada iglesia Cristo El Redentor, de su también querida ciudad de Parral, Chihuahua. Dentro de la Sociedad Misionera Femenil «Dorcas» ocupó en múltiples ocasiones todos los departamentos; y desde el año pasado ocupaba el cargo de Presidenta.  Marthita -como la llamaban cariñosamente- siempre apoyó el trabajo de las mujeres metodistas: fue presidenta de la Federación Norcentral de Sociedades Misioneras Femeniles en el año 1990-1994, y vicepresidenta luego de ello. Además fue presidenta de la Conferencia de Mujeres Metodistas de América Latina y el Caribe en el quinquenio 2001-2006; de esta forma fue miembro de la Federación Mundial de Mujeres Metodistas e Iglesias Unidas, de la cual fue candidata en las elecciones 2011 para presidenta. Aquí en México, desde el año 2002 tomó el cargo en la UNISFEC (Unión Nacional Interdenominacional de Sociedades Femeniles Cristianas) como Directora del Anuario, el cual desempeñó con excelencia hasta el último día de su vida. Marthita, una mujer ejemplar, humilde, incansable, sabía, amorosa, quién nos aconsejaba y animaba a trabajar para el Señor, líder, entusiasta; un testimonio vivo del amor de Dios y también del amor para sus semejantes.

El ejemplo de nuestra hermana debe animarnos a estar dispuestos a trabajar para su iglesia aun a una edad avanzada. Nunca es tarde para decirle a nuestro Dios: ``heme aquí’’

Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;

Tú sustentas mi suerte.

Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,

Y es hermosa la heredad que me ha tocado.

Salmos 16:5-6

En memoria de Martha Elizabeth Escudero de Vizcarra.

Pastor Adrián Neri

Iglesia Cristo el Redentor, Parral Chihuahua