Por el Dr. Bill Beckham, Redefiniendo el Avivamiento
Al visitar las iglesias célula en todo el mundo, a menudo observo actitudes radicales del Nuevo Testamento que sé que son momentos de la historia sagrada. Observé un incidente de cristianismo radical de este tipo en Belfast, Irlanda, en 1998. El proceso de reconciliación política en Irlanda había alcanzado otro punto crítico entre las dos partes de este terrible conflicto.
Asistí a un momento especial de oración en la Christian Fellowship Church de Belfast, Irlanda. Alrededor de 120 miembros de la iglesia se reunieron a las 6 de la mañana de aquel jueves para orar, como venían haciendo desde hacía varios meses. Los escolares estaban allí con sus uniformes y libros. Recuerdo que pensé: «Esto es orar radicalmente cuando un adolescente se levanta, se viste y va a una reunión de oración a las 6:00 de la mañana».
La mayoría de las oraciones eran por los amigos y familiares perdidos de los miembros de la célula. Al final de la hora, la esposa del pastor, Priscilla Reid, que dirigía el tiempo de oración, hizo una petición especial. Pidió que oraramos por los pastores de Belfast implicados en el proceso de reconciliación por la paz. Justo el día anterior, había oído en las noticias que la Fuerza Lealista de Voluntarios, un grupo paramilitar, amenazaba con matar a cualquier pastor que ayudara de alguna manera al proceso de paz. Sabía que se tomarían en serio a este grupo porque ya habían cumplido sus amenazas antes.
Fue la forma en que Priscila hizo su petición lo que me recordó el espíritu radical del Nuevo Testamento que vuelve a aflorar en el siglo XXI.
Priscila precedió su petición con una breve explicación de la situación. Y admitió que tenía un interés personal en lo que estaba ocurriendo porque su marido Pablo, que estaba de pie detrás de ella, era uno de los pastores que serían señalados. Entonces dijo: «Recemos para que Dios proteja a los pastores de ambos bandos que trabajan por la paz y la reconciliación». Luego añadió algo que tenía el espíritu del Nuevo Testamento, y creo que fue un momento histórico sagrado.
«Pero oremos para que no sean silenciados. Oremos para que no se dejen intimidar». El espíritu del Nuevo Testamento superó todo tipo de oposición, incluida la amenaza de muerte. Ese espíritu de valentía y audacia barrerá la persecución y las amenazas ante la Iglesia del siglo XXI.
Ese espíritu radical hizo que Pablo declarara: «Porque para mí, vivir es Cristo y morir es ganancia». (Fil. 1:21). Es el espíritu del Apocalipsis: «Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor». (Ap. 14:13).
No conozco un momento mejor para estar vivo y servir a Dios. Voces en la Iglesia de todo el mundo hablan de un día especial del Señor en el siglo XXI. Este puede ser el día del mayor avivamiento que la Iglesia haya conocido jamás. Dios parece estar alineando eventos importantes alrededor de Su Iglesia.
El Evangelista Mexicano 