EDITORIAL

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Época de Adviento, época de aliento

Este tiempo litúrgico de preparación para la Navidad, que comienza en 2025 el domingo 30 de noviembre, nos invita a reflexionar -y a compartir con otros- sobre la trascendencia de la venida de Cristo a este mundo. Una palabra que se le parece mucho a adviento es aliento; aunque con una letra de diferencia, pueden relacionarse por el significado de la primera con la segunda.

En la época de Adviento recordamos la preparación para la llegada del Mesías a esta tierra. Si tomamos el calendario litúrgico de la IMMAR (1), veremos la siguiente serie de lecturas:

  • 30 de noviembre, Inicia ciclo “A” de Leccionario Común Revisado.

Primer domingo de Adviento, (Morado) 

Isaías 2:1-5: Salmo 122, Romanos 13:11-14, Mateo 24:36-44.

  • DICIEMBRE 

7 de diciembre, 

Segundo Domingo de Adviento (Morado) 

Isaías 11:1-10 Salmo 72:1-7, 18-19 Romanos 15:4-13 Mateo 3:1-12 

  • 14 de diciembre, 

Tercer Domingo de Adviento (Morado) 

Isaías 35:1-10 Salmo 146:5-10 o Lucas 1:47-55 Santiago 5:7-10 Mateo 11:2-11

  • 21 de diciembre, 

Cuarto Domingo de Adviento (Morado) 

Isaías 7:10-16 Salmo 80:1-7, 17-19 Romanos 1:1-7 Mateo 1:18-25 

Cada una de las fechas incluye la recomendación del color que pudieran llevar las carpetas dentro del templo, aunque desde luego cada congregación tiene libertad de elegir otro; pero la razón de indicar el color morado es resaltar la realeza de nuestro Mesías, venido a la tierra para rescatarnos del poder del pecado y de la muerte.

De igual forma, cada una de las lecturas que se recomiendan para estos domingos tiene como fin alentar, infundir esperanza, dar ánimo. Los pasajes del Antiguo Testamento se dirigen a un pueblo que esperaba la venida del rey de justicia; que en la época del Nuevo Testamento confesaba la realidad de la venida de ese rey; y para nosotros esas lecturas son confirmación de la esperanza de que pronto, un día, a la hora señalada por el Padre, vendrá nuevamente, montado en un caballo blanco, para pelear y obtener la victoria final sobre el maligno y llevarnos con él ante el Padre. 

El mensaje de Adviento sigue siendo el mismo: Cristo va a venir, y debemos preparar el camino: prepararnos en nuestra vida. Y la mejor manera de hacerlo es, como Juan el Bautista, predicando arrepentimiento, la necesidad de un cambio de vida, y hacerlo con nuestra vida y con nuestras palabras. No podemos decir que sólo con nuestras palabras, o sólo con nuestras obras, nuestra predicación es suficiente: palabra y obra juntas deben ser parte de nuestra proclamación de que Cristo ya vino y regresará un día. 

Individualmente o en grupo, y mientras repasamos cada uno de estos pasajes, podemos sentir la inspiración del Espíritu Santo, dándonos aliento, confianza, seguridad de que Dios es fiel, que nunca se rinde con nosotros. Esa palabra suya jamás pasa de moda: el Salmo 111:7-8 nos recuerda que sus mandamientos son “afirmados eternamente y para siempre”. La época de Adviento es, en verdad, una época de aliento para nuestro ánimo, para que no se canse hasta desmayar. ¿Por qué? porque el Rey de reyes y Señor de señores se ha dignado, se ha rebajado, se ha humillado a hacerse como uno de nosotros, y ha venido a acompañarnos, a decirnos que Dios está con nosotros, y por eso ya nunca más nos sentiremos desamparados.

Este número del 30 de noviembre contiene crónicas de conferencias de distrito en las conferencias anuales Septentrional y Norcentral. También podremos leer la crónica de un campamento juvenil en la Conferencia Anual Norcentral; la reseña de un sitio donde participaron metodistas notables del siglo pasado; y un recuerdo de la importancia de esta época de anunciación previa a la Navidad, escrito por el director del Seminario Juan Wesley. Por otro lado, tenemos una interesante entrevista con el Pbro. Felipe de Jesús Ruiz Aguilar, exobispo de la Conferencia Anual del Noroeste, platicándonos de una actividad de alcance a migrantes recientemente realizada en Tijuana, BCN.

En particular, antes de terminar esta editorial, queremos expresar nuestro respeto a la familia de nuestra hermana Martha Palacios de García, fallecida el día 25 de este mes, y para la cual su esposo, el Pbro. jubilado Raúl García De Ochoa, exobispo de la Conferencia Anual Oriental, nos comparte algunas palabras en la presente edición.

Recordamos una vez más: Adviento, una época para tener aliento y esperanza.

Sinceramente,
María Elena Silva Olivares.


  1. https://immar.org.mx/wp-content/uploads/2024/12/2025-CALENDARIO-DE-LECTURAS-BIBLICAS-DOMINICALES.pdf