¿Y la oración, Apá?

¿Y la oración, Apá?

¿Qué sucede con las reuniones de oración? ¿pasaron de moda? ¿Cuántas iglesias presumen de tener reuniones de oración con saludable asistencia? 

Una de las tareas que resultan de mayor relevancia para la iglesia, es el llamado a ejercitar la oración, tanto individual como colectiva. “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en la oración”: es ésta la indicación que leemos en la primera carta del apóstol Pedro. 

Recientemente se celebró un evento en las instalaciones de la iglesia La Trinidad en la ciudad de Monterrey. A esta reunión acudieron pastores y líderes de las diferentes iglesias del Distrito Bernabé. Tras indagar sobre las reuniones de oración en estas iglesias, las respuestas dejaron en evidencia una de las áreas que más fuertes deberían estar, pareciera ser una de las más débiles: 

¿Cuentan con reuniones de oración en tu iglesia?, ¿con qué frecuencia se llevan a cabo?, ¿cuántas personas asisten y qué porcentaje representan con el total de congregantes? 

Algunos pastores mencionaron que del total de miembros que se cuentan en lista, un 15 por ciento visita las reuniones de oración (éste representa el porcentaje más alto que se mencionó); otros detallaron un 10, un 5; y hubo quien incluso aseguró no tener este tipo de reuniones en su congregación. ¿No resulta preocupante que una iglesia cristiana no cuente con reuniones de oración?, ¿de qué forma aseguran su crecimiento espiritual como grupo? 

Estas respuestas deben preocupar y ocupar a cualquier líder religioso. ¿Qué provoca la ausencia a estas actividades? ¿Cuál es la razón por la que este tipo de reuniones son las menos deseadas y por lo tanto poco frecuentadas? ¿Cuántas iglesias cuentan estos porcentajes tan bajos en sus días de oración? 

La persona de fe entiende que la oración es el medio que le aproxima a Dios; éste le asegura una relación espiritual que cobra madurez cuando se es constante. Pese a que la oración representa una de las principales actividades de la iglesia, las reuniones enfocadas a esta práctica aparecen como las menos deseadas y concurridas. ¿Será que la iglesia olvidó la importancia que tiene el orar? ¿Pretende crecimiento espiritual sin hacer contacto con su Dios?

¿Cuál es la condición espiritual de una iglesia que no se reúne a ejercitar la oración? ¿El cristiano del siglo XXI está demasiado ocupado o cansado? ¿El estrés del día le agota al grado de no desear salir de casa para acudir al templo? ¿O será que simplemente no le apetece orar en grupo? ¿Por qué las reuniones de oración son las menos visitadas? 

¿Cuán fuerte es la fe de esas iglesias que experimentan un abandono en sus tiempos de oración? La oración le permite al creyente comunicarse con Dios. Por medio de ella su fe cobra fuerza, consigue una cercanía con su Creador que no podrá obtener de otra forma; o ¿acaso el religioso moderno encontró otro método para hacer contacto con Dios?

¿Cuál es el impacto que una iglesia puede tener en su comunidad si carece de un recurso tan importante como lo es la oración grupal? ¿Qué futuro espera para las reuniones de oración? 

Y a ti, pastor, ¿cómo te va con las reuniones de oración?

Pastor Agustín Valdez Rojas