El tiempo

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Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche” (Salmos 90:4).

Si tú tuvieras un banco que acreditara a tu cuenta cada mañana $86,000 pesos, que no llevara ningún saldo al otro día, que no te dejara guardar nada de efectivo en tu cuenta y cada noche cancelara aquella parte de la cantidad que no usaste durante el día… ¿qué harías? ¡Sacar cada peso cada día, por supuesto, y usarlo a tu ventaja!

Pues tú tienes un banco así y se llama TIEMPO. Cada mañana te acredita con 86,400 segundos. Cada noche registra como pérdida cualquier cantidad de él que fallaste en invertir a un buen propósito. No añade ningún saldo restante del día anterior. Cada día abre una nueva cuenta contigo. Si fallas en usar el depósito de ese día, es tu pérdida. No se puede regresar. No hay crédito para mañana ( Anónimo).

Gracias al tiempo, podemos organizar los hechos de manera secuencial. Este orden deja establecido un pasado (aquello que ya sucedió), un presente (lo que está pasando en el momento) y un futuro (aquello que va a pasar próximamente).

Este tema del tiempo ha inspirado a la literatura y al cine a dedicarle libros o películas. Así, por ejemplo, en 1895 vio la luz la novela llamada “La máquina del tiempo”, del escritor H.G. Wells, de ciencia ficción, donde se presenta a un científico quien inventa un vehículo para viajar a lo largo del tiempo y que le hace conocer tanto el pasado como el futuro.

En esa misma línea se encuentran dos películas, una es “Regreso al futuro”, que fue llevada a la gran pantalla por el cineasta Robert Zemeckis. La misma toma como protagonistas al Doctor Emmett Brown (Chris Lloyd), un científico un tanto excéntrico que utiliza un coche como medio de transporte para viajar por el tiempo, y a su amigo Marty McFly (Michael J. Fox). Este será el que junto a aquel realice viajes que les llevará a conocer el pasado y el futuro de ellos mismos y de sus seres más queridos. Y la otra, “Atrapado en el tiempo”, que está protagonizada por Bill Murray y Andy McDowell. En ella se cuenta cómo un presentador de televisión vivirá durante un tiempo el mismo día una y otra vez.

El tiempo es escaso y es valioso (precioso), y es tiempo de dejar de malgastarlo en actividades y rutinas sin sentido. Dice el salmista en este mismo Salmo, «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (Salmos 90:12).

CONTEXTO DEL TEXTO

Se supone que este Salmo se refiere a la sentencia dictada contra Israel en el desierto en Números 14. Este Salmo es una petición por la renovación del favor divino a la luz de una profunda reflexión sobre la duración, carácter y significado del tiempo. El Salmo tiene tres secciones: 1) Una reflexión introductoria sobre la bondad eterna de Dios, vers. 1, 2. 2) Una reflexión y oración acerca de la transitoriedad humana, vers. 3-12. 3) Cinco peticiones finales basadas en la misericordia de Dios y sus obras eternas, vers. 13-17. La sección media se divide en tres partes: Una reflexión sobre la brevedad de la vida humana, vers. 3-6; una reflexión acerca de que el pecado termina en muerte, vers. 7-10; y una petición para que el ser humano se ocupe de estas cosas, vers. 11, 12.

ENSEÑANZA

Conforme al título del Salmo 90, Moisés posiblemente usó esta oración para la nueva generación que estaba para entrar en la tierra prometida, vers. 13, después de 40 años de peregrinaje por el desierto (Números 14:26-35). Sin embargo, de hecho es la reflexión sobre la pregunta ¿Qué es el hombre ante Dios o Dios ante el hombre?

ORACIÓN

Señor, gracias por la vida que nos has dado, la edad que tenemos, es un regalo hermoso que no siempre hemos valorado; además, gracias porque en este tiempo nos has permitido conocerte y alabarte por lo que eres, por lo que has hecho y por lo que harás con nosotros, gracias porque hemos aprendido que te pertenecemos y nos debemos a ti. Y ahora, en este año 2016, te suplicamos que sigas acompañándonos, sabemos que habrá días difíciles e inciertos, pero confiamos en ti, pues tú tienes el control de nuestras vidas. Suplicamos porque como cristianos y ciudadanos de este país seamos honestos, justos, rectos y amables, proyectando así las características de tu Reino para gozar de tu justicia, tu paz y tu amor, y así sigamos construyendo un mundo mejor. Señor “enséñanos a contar nuestros días de modo que traigamos al corazón sabiduría”, en el nombre de tu Hijo, amén.

juan_pluma