Categoría: Artículos de Reflexión

Adviento, Tiempo de Paz

Adviento, tiempo de paz.

“Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo”

Juan 14:27 NTV

Dentro de nuestra cultura, el tiempo de adviento es reconocido por las personas como un momento especial y lleno de nostalgia y euforia. Muchas compras, tráfico, fiestas, etc. Pareciera que todos transitan con prisa, van corriendo más rápido de lo común y vaya que el resto del año la mayoría también tiene prisa; además de ser distinguida como la época del año en la que de alguna forma todos quieren desear la paz, ya sea cuando conversan o al mandar imágenes por medio de sus redes sociales junto con textos motivadores y hasta de melancolía.

A pesar de todo este revuelo que se vive en el mes de diciembre, dentro de la sociedad mexicana; encontraremos un sabor a nostalgia. Nostalgia por aquellos que ya no están con nosotros, costumbres que tuvieron que ser modificadas, por quienes emigraron; en fin, es una temporada donde los recuerdos nos invaden.

Por ejemplo, me sorprendí hace unos días recordando por medio de fotografías en mi celular aquellas actividades que como pastora he podido desarrollar en diferentes tiempos de adviento. Aunque no he vivido aún muchos cambios pastorales, estos recuerdos me hicieron considerar la rica diversidad que nuestra Iglesia Metodista de México posee, como conferencias, distritos e iglesias locales. Pero sin importar la forma litúrgica, los colores, horarios, programas y convivios, todos concordamos en que Jesús nació y sigue siendo una buena noticia. Y que aún sigue siendo necesario hacer una pausa y contemplar la paz prometida por Dios, que se manifestó de una manera nunca antes vista en aquel bello momento donde El Señor Jesús nació; Isaías 9:6 (RVR1960)“…Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”; nos muestra varios nombres que describen el carácter de aquel Verbo que, haciéndose carne, se hizo presente entre nosotros.

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Adviento para los Niños

EL SIGNIFICADO DEL ADVIENTO PARA LOS NIÑOS

Para nosotros los creyentes, el Adviento es un tiempo de preparación y espera. Nos preparamos para recordar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y reflexionamos en la esperanza de Su Segunda Venida. Sin embargo, al mismo tiempo, somos bombardeados con mercadotecnia navideña que, si no tenemos cuidado, puede alejarnos del verdadero significado de esta celebración, sobre todo a nuestros niños.

Muchas familias enfocan esta celebración en torno a los regalos, el buen comportamiento, y la llegada de aquel personaje característico de la época. Cada familia tendrá sus razones, no es mi intención juzgar, sino llevarnos a la reflexión.
Nos preparamos para las celebraciones navideñas con anticipación, decoramos nuestros hogares e iglesias; incluso nuestro entorno se llena de luces; para muchos de nosotros es una temporada de amor y alegría. Comenzamos a pensar en la cena de navidad y los regalos que vamos a dar; a algunos niños les motivamos a portarse bien para recibir un obsequio y pedirlo por medio de una carta. Entonces, si nos preparamos para estas celebraciones con tanta emoción y expectativa, ¿por qué no preparar nuestros corazones para recordar el verdadero y real significado de la Navidad?

Pensando en esto, hace dos años me propuse iniciar una tradición familiar de Adviento, donde el principal objetivo es meditar en el Nacimiento y Segunda Venida de Jesús. Mi hijo mayor tenía tres años cuando iniciamos esta tradición y el menor tenía sólo un año y medio; y aunque a su corta edad su tiempo de concentración es mínimo, me hice de recursos para atraer su atención y sembrar en ellos un corto pero entendido mensaje bíblico; en ese momento fueron unos títeres de dedo mis aliados para la enseñanza.

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¿Cuándo Responde el Señor?

¿Cuándo responde el Señor?

Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Salmo 40:1

¿Cuánto tiempo has esperado por la respuesta a una oración?
Déjame hablarte de mi experiencia personal.

La primera vez que oré, por algo muy importante en mi vida, sólo esperé 8 meses.

La segunda, fue una pregunta que le hice al Padre y espere 30 años, y me la contestó.

La tercera, fue por una enfermedad llamada depresión; y aunque no lo creas duró cerca de 4 años, pero Dios me dio la victoria.

La cuarta fue una experiencia muy dolorosa de la niñez, y esperé 50 años para que la persona que me dañó reconociera su falta y pidiera perdón.

La última -y muy difícil para mí, porque se trataba del amor de mi vida, mi esposo- duró 5 años y tuve que aceptar la perfecta voluntad de Dios.

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El Camino a Belén

EL CAMINO A BELÉN
Tiempo de navidad, tiempo de milagros

El Evangelio según S. Lucas capítulo dos, narra que, debido a la orden del emperador en turno, todas las personas deberían ser empadronadas(censadas) en su respectiva ciudad natal. Esto obligó a muchos a viajar largas distancias para cumplir con este edicto. En ese contexto el evangelio nos presenta a una pareja, a José y su mujer María -quien por cierto estaba embarazada- quienes se dirigieron a Belén, sorteando obstáculos como la fatiga, los malestares propios de un embarazo, y, por si fuera poco, la escasez de alojamiento que derivó en el préstamo de un establo, donde un pesebre enmarcó el cuadro precioso de la conocida imagen del nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El camino a Belén significa, cumplimiento profético, esperanza, misericordia, y sin duda, obstáculos a vencer.

Cómo familia experimentamos nuestro camino a Belén hace algunos años. Era la madrugada del 19 de diciembre, a escasos días de la Navidad del 201, en un hospital en la ciudad de Monterrey, cuyo edificio muestra la silueta de una cigüeña, que identifica el lugar donde se dan la mayor cantidad de nacimientos de la ciudad y del noreste de México.

Estábamos en ese lugar desde hacía casi 24 horas. Habíamos internado a nuestra hija menor para dar a luz en su segundo alumbramiento a un varoncito, (Matías) que sus padres, abuelos, tíos y amistades, anhelábamos tener ya con nosotros. En ese camino a Belén personal no nos fue fácil transitar, estaba tapizado de dificultades: un embarazo delicado y una amenazante preeclampsia, eran sorteados por la fe de los padres y familia, quienes confiábamos en el cuidado Divino. La cirugía se había realizado un día antes, pero un líquido amniótico sumamente contaminado comprometía la salud del niño y de la madre, ese era el reporte de la cirujana que operó. Había que esperar para valorar el peligro, consecuencias y secuelas.

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Tiempo de Reflexión

Tiempo de reflexión

¡Ha llegado el Adviento! El Adviento es una de las épocas del calendario cristiano preferida por muchos. Sin importar la edad, para muchos ha llegado la temporada en donde los buenos deseos parecen surgir de todas formas y, en muchos casos de las personas menos esperadas a nuestro alrededor. Al interior de las iglesias comienzan a surgir los cantos tradicionales de la temporada que, anuncian también la llegada de la Navidad. Tal vez sea la temporada donde la mayoría de las tradiciones convergen en unidad; los cánticos de Adviento y Navidad parecen ser de todos y se entonan de manera compartida sin un reclamo de pertenencia o exclusividad. ¡Todas las personas son bienvenidas para participar de estas fechas!

La llegada del Adviento no sólo se percibe en las iglesias. De hecho, hoy en día es más fácil ver que los centros comerciales anuncien su llegada a través de los múltiples artículos que ofrecen mucho antes que el periodo llegue. Si se trata de competir comercialmente, generar necesidades sociales y tomar la delantera a los rivales mercantes para suplirlas, siempre será una buena estrategia.

Al interior de las iglesias se dice que el Adviento es un tiempo de reflexión, pero en muchos casos sólo se percibe la tradición. ¿Reflexión de qué? Parece que los mensajes se vuelven a centrar en la preparación de la próxima navidad. Una más de las navidades que tocará atender en las actividades programadas de la temporada y a través de los años; una más. No ha sido casualidad el uso de minúsculas al hacer mención en este momento. Al aceptar esto, puede ser que no estemos hablando de un tiempo de reflexión sino de una costumbre más en nuestras vidas. ¿Qué pasa con el quehacer de la Iglesia de Cristo? ¿en dónde está su vocación? ¿en dónde su proclamación? ¿será que la costumbre nos dará la respuesta automática, la que hemos aprendido a repetir con el paso de los años? Les invito a que hagamos un ejercicio, te pregunto: ¿en cuántos servicios y temporadas de Adviento, Navidad y Fin de año has estado presente? ¿Cuántos años has vivido esta festividad? ¿Qué cambios has visto en la vida de las iglesias? No sé si atreverme a preguntar: ¿qué cambios has visto en la vida de las personas que asisten a las iglesias? ¿Está presente la Vida en las iglesias? Y de manera personal: ¿tú encuentras Vida en la iglesia? Tal vez, y sólo tal vez, sea en este sentido dónde deberíamos enfocar la verdadera reflexión: sobre la costumbre.

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Verdaderamente Libres

Verdaderamente libres

Alan Sánchez Cruz

Dios te bendiga. El tema de hoy es apropiado ya que septiembre es conocido en nuestro país como el mes patrio. A pesar de que en la época reciente este mes ha adquirido una carga de tristeza, angustia, pánico por los sismos de 1985, 2017 y otros de menor magnitud, los gestos solidarios de mujeres y hombres que se mostraron a partir de dichos movimientos telúricos son gestos esperanzadores para la humanidad. Recuerdo que en 2017 se llegaron a citar textos como el Salmo 46:1-3, que en la traducción Dios Habla Hoy dice:

«Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia».

Septiembre, como lo anticipaba, es un mes que a mexicanas y mexicanos nos recuerda, en particular, la gesta libertaria que culminaría con una nación independiente. Haciendo un repaso histórico, el entonces virreinato de la Nueva España comenzaría a tambalearse una vez que Francia invadió España en 1808. Esto provocaría una crisis política que desembocaría en el movimiento armado. En aquel año, los reyes Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que cedió la corona a José Bonaparte, su hermano. Como respuesta, México reclamó su soberanía a falta de un rey legítimo. Hubo un golpe de estado contra el virrey y los cabecillas fueron encarcelados. No obstante la derrota criolla, en distintas ciudades de la Nueva España como Valladolid y Querétaro surgían movimientos de insurrección. Muchos eran privados de su libertad, y más de uno vio la necesidad de un levantamiento armado. Este se dio cuando, al ser descubiertos, un hombre de fe llamó a indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato) a tomar las armas el 16 de septiembre de 1810: el cura Miguel Hidalgo.

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Ser Uno, ¿Será Posible?

Ser uno, ¿será posible?

Fernanda Casar Marfil

“—Maestro —dijo Juan—, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. —No se lo impidan —replicó Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa”.

Marcos 9:38-41

Si pudiera narrar todas las veces que he sido discriminada por ser o pensar diferente, o por actuar de una manera que traspasa lo convencional, necesitaría mucho más espacio. Lo más triste y doloroso es que la mayoría de las veces que he sido censurada, difamada e incluso castigada por promover la libertad de pensamiento, ha sido en el contexto de la iglesia. Pareciera ser que el celo por mantener las formas establecidas va más allá del amor que podríamos mostrar a nuestras hermanas y hermanos en la fe. Y es aquí en donde las palabras de Jesús hacen eco.

La tendencia a la exclusión existe desde los primeros indicios del cristianismo, antes de que se convirtiera en un movimiento como tal, cuando los discípulos aún caminaban a lado del Maestro. Parece ser que hay algo que habita en nuestra naturaleza humana: exclusión de la otredad, de todo aquello que se percibe o huele extraño o diferente. Si lo pensamos instintivamente puede tener cierta explicación con el principio de supervivencia, y con la incansable necesidad de sentir que navegamos sobre tierra firme, por más paradójico que esto suene.

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El Dios que Ve, Escucha y Actúa

El Dios que ve, escucha y actúa

La acción de Dios es bajar y liberar a las mujeres de los sistemas faraónicos. Para que los hombres que integramos parte de la Iglesia podamos reconocer el papel de la mujer que es el ser líder de la Iglesia.

Guillermo Niño Fernández *

Léase Éxodo 3:1-15.

Tenemos un Dios que no se encuentra en tronos celestiales mirando de lejos a su creación, ni mucho menos que ignore nuestras situaciones. Entonces te puedes preguntar: ¿por qué hay gente que sufre, por qué hay guerras, migración, violencia en nuestro mundo? Una de las respuestas a estas preguntas que siempre nos haremos es que la mano del ser humano corrupto que se encuentra lejos de Dios ha creado sistemas que dañan a grupos vulnerables.

En el texto bíblico del libro de Éxodo 3: 7 menciona que nuestro Dios ve la aflicción de su pueblo y escucha su clamor, pero no nos dice que él manda ese mal para el pueblo. El sufrimiento viene por el imperio egipcio y su sistema corrupto que daña a los hebreos. Pero la acción de Dios es intervenir al mencionar que bajará para librarlos y llevarlos a una mejor tierra donde hay leche y miel. Así lo hizo por medio de un hombre llamado Moisés al parecer estaba cómodo con su esposa, hijo y su suegro Jetro lejos de la dictadura egipcia. Pero escuchó la voz y el llamado de Dios, no le fue fácil responder a ese llamado, puso obstáculos o pretextos, como el no saber hablar delante del Faraón, que era el hombre más poderoso de ese momento, considerado dios para muchos. El relato menciona que la compañía de Dios con Moisés siempre estuvo presente y logró su objetivo que fue liberar al pueblo oprimido.

Hoy, hay gente oprimida por la violencia organizada, que pierden su trabajo, su dignidad como personas, pierden paz y obtienen angustia. Estos sistemas faraónicos, también se ven en gobiernos dictadores que ignoran las necesidades de los más pobres, teniendo como acción solo un discurso de mentiras.

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No Matarás

No matarás

David Almanza Villalobos

No matarás”.

Éxodo‬ ‭20:13

Alguna vez me preguntaron mi opinión sobre la pena de muerte. Mi opinión es que NO estoy de acuerdo con la pena de muerte. La vida y la muerte no están sujetos a nadie; para mí ni siquiera está en debate.

En el supuesto sin conceder, que debatiera sobre el tema, la única posibilidad que yo tendría para debatir, sería que tuviéramos un sistema de justicia perfecto, pero sabiendo que en Estados Unidos, 4 de cada 10 condenados a muerte son inocentes, en México creo que serían inocentes 9 de 10.

El problema es que hemos pensado que lo mandamientos son opcionales. Pero los 10 mandamientos, no son 10 sugerencias, ni las 10 opciones, son MANDAMIENTOS. Los cristianos que vivimos en países democráticos, en ocasiones pensamos que los mandamientos de Dios están sometidos a democracia, a votación, pero Dios no necesita nuestra aprobación, Él es Dios.

Este sexto mandamiento, habla del asesinato. Matar podría referirse incluso a un mosquito, pero asesinar está relacionado con la muerte de un ser humano, haciendo referencia al asesinato premeditado. Dios declaró que un hombre no debe asesinar a conciencia plena. No tenemos autorización para quitarle la vida a nadie.

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Desesperación y Esperanza

Desesperación y esperanza

Pedro García Carlos

En medio de un mundo tan convulsionado como en el que vivimos actualmente, todos necesitamos tener esperanza. Si no se tiene esperanza de nada sirve vivir, la vida no tiene sentido. Si el ser humano no tiene esperanza, cae en la desesperación, en la agonía de no encontrar solución a sus dilemas, de caminar por el mundo con incertidumbre.

El aumento de suicidios principalmente entre los jóvenes, la multiplicación de enfermedades nerviosas, la gran cantidad de personas que sufren depresión y el vicio del alcoholismo y las drogas, nos haba de un mundo que no tiene esperanza.

¿Qué es la esperanza? Para el cristiano es la expectación que todo lo que Dios ha prometido se cumplirá. Es confiar y esperar en Dios. Nuestra esperanza no es un cuento de hadas, o la posibilidad que algo ocurrirá. Descansa en la seguridad total que nos dan las promesas de Dios.


Tenemos la esperanza de un futuro mejor, y que las circunstancias que nos rodean pueden mejorar.

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Pastoral para la Vejez (2)

Los retos de una pastoral para la vejez
(segunda parte)

La vejez es el «tiempo favorable» para la culminación de la existencia humana y forma parte del proyecto divino sobre cada hombre. Es la etapa definitiva de la madurez humana y, a la vez, expresión de la bendición divina.

Abner Alaniz Rangel

Con Abraham, del cual se subraya el privilegio de la ancianidad, dicha benevolencia se convierte en promesa: “De ti haré una nación grande y te bendeciré”. Junto a él está Sara, la mujer que vio envejecer su propio cuerpo pero que experimentó, en la limitación de la carne ya marchita, el poder de Dios que suple la insuficiencia humana. Moisés es ya anciano cuando Dios le confía la misión de hacer salir de Egipto al pueblo elegido. Las grandes obras realizadas a favor de Israel por mandato del Señor no las lleva a cabo en su juventud, sino ya entrado en años.

El Nuevo Testamento, nos ofrece asimismo figuras elocuentes de ancianos. El Evangelio de Lucas comienza presentando una pareja de esposos «de avanzada edad» (1, 7), Isabel y Zacarías, los padres de Juan Bautista. A ellos se dirige la misericordia del Señor (cf. Lucas 1, 5-25. 39-79); a Zacarías, ya anciano, se le anuncia el nacimiento de un hijo. Lo subraya él mismo: «yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad» (Lucas 1, 18). Durante la visita de María, su anciana prima Isabel, llena del Espíritu Santo, exclama: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno» (Lucas 1, 42). Al nacer Juan Bautista, Zacarías proclama el himno del Benedictus. He aquí una admirable pareja de ancianos, animada por un profundo espíritu de oración.

Anciano es Nicodemo, notable miembro del Sanedrín, que visita a Jesús por la noche para que no lo vean. El divino Maestro le revelará que el Hijo de Dios es Él, venido para salvar al mundo (cf. Juan 3, 1-21). Volvemos a encontrar a Nicodemo en el momento de la sepultura de Cristo, cuando, llevando una mezcla de mirra y áloe, supera el miedo y se manifiesta como discípulo del Crucificado (cf. Juan 19, 38-40). ¡Qué testimonios tan confortadores! Nos recuerda cómo el Señor, en cualquier edad, pide a cada uno que aporte sus propios talentos. ¡El servicio al Evangelio no es una cuestión de edad!

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Estos que Trastornan el Mundo Entero

Estos que trastornan el mundo entero

La iglesia o es trastornadora de este mundo por medio de la fe, o es transformada por la sociedad, al perder su identidad y visibilidad como iglesia de Cristo.

Máximo Álvarez Alvelo

En el libro de Los Hechos de los Apóstoles (17:6) se encuentra la frase pronunciada por ciudadanos judíos y gentiles en la antigua ciudad de Tesalónica: “Estos que trastornan al mundo entero también han venido acá” referida a la predicación del evangelio por el Apóstol Pablo y sus compañeros de ministerio (Siglo I). Es una frase que nos desafía a la reflexión y al análisis eclesial si en nuestras sociedades ¿Es la Iglesia de hoy también trastornadora del mundo entero?

De los estudios que se han realizado sobre la sociedad romana en los tiempos en que vivieron los Apóstoles y muy concretamente en el periodo ministerial del Apóstol Pablo y los siglos II y III se tienen datos referentes a toda una serie de áreas sociales, políticas, culturales, económicas, biológicas y religiosas; de todo ello se ha ido creando un perfil bastante cercano a la realidad de cómo era, pensaba, sentía y actuaba la sociedad romana.

La literatura sobre este tema es amplia. Incluso el género de novela histórica también ha aportado información, datos sobre los personajes y las situaciones de vida dando información verídica de los hechos de los que fueron protagonistas al mando del Imperio y de las diversas clases sociales. Incluyendo a los clásicos del pensamiento, de la filosofía.

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¿Dónde Está tu Hermano?

¿Dónde está tu hermano?

Es tiempo de que en la Iglesia exista un protocolo de prevención y acompañamiento al abuso sexual.

Guillermo Niño Fernández*

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”.

Génesis 4:1-10

En el versículo 9 de esta lectura, la pregunta que encontramos en el texto bíblico la realiza Dios, confrontando a Caín después de que este hombre decidiera asesinar a su hermano. La respuesta de Caín es “¿Acaso soy guardia de mi hermano?”.

Hoy, en nuestra sociedad, vemos una comunidad dañada por los pecados sistemáticos como el machismo al normalizar la violencia en una relación de noviazgo, por ejemplo. Como los celos, los jaloneos, las prohibiciones de parte del hombre a la mujer en tener amigos, salidas recreativas, estudios o un trabajo, etcétera. O, el considerar “normal”, con base en un sistema corrupto, ver a una mujer asesinada en las portadas de periódicos amarillistas o mirar a mujeres semidesnudas en ciertas portadas en los puestos de revistas. El enterarnos de abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes y no hacer nada, o verlo como un daño mínimo que pasará y sanará con el tiempo. O malbaratar la oración considerando que con una oración el daño sanará.

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