Castillo Fuerte es Nuestro Dios

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“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1) 

“Castillo fuerte es nuestro Dios” (en alemán Ein feste Burg ist unser Gott) es un himno compuesto por Martín Lutero (1483-1546) en 1529. El texto tiene su base en el Salmo 46, Dios es nuestro amparo y fortaleza… Heinrich Heine describió este himno como la Marsellesa de la Reforma Protestante. Johann Sebastian Bach utilizó su melodía como el tema de Cantata BWV 80; Félix Mendelssohn lo incorporó en el último movimiento de su 5a sinfonía; en la obra Los Hugonotes de Giacomo Meyerbeer, se emplea muchas veces como un Leitmotiv; de la misma manera se emplea en «Friedenstag» de Richard Strauss.

En una ocasión el caballero de Erback, en una madrugada primaveral, preparaba una emboscada para capturar al reformador Martín Lutero. De pronto su habitación en el mesón fue invadida por una resonante voz que desde el siguiente cuarto entonaba un Salmo. El caballero concluyó que el cantante debía ser un capellán, así que decidió pedir su bendición para la campaña contra los «herejes». Tocó a la puerta y explicó su misión. El hombre le contestó: Si a Lutero buscas, no tienes que ir muy lejos. ¡Yo soy Lutero! El caballero no podía creer que un hombre con tal devoción fuera «hereje». Le demandó la razón de sus convicciones, y habiendo sido persuadido por las pruebas bíblicas, se convirtió en un seguidor de Cristo y defensor del reformador Lutero. Con motivo de la Reforma Protestante, cuyo 500 aniversario celebraremos en 2017, incluimos este himno.

Castillo fuerte es nuestro Dios

Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo.

Con su poder nos librará en todo trance agudo.

Con furia y con afán, acósanos satán:

Por armas deja ver,

Astucia y gran poder;

Cual él no hay en la tierra.

Nuestro valor es nada aquí, con él todo es perdido;

Más con nosotros luchará de Dios el escogido.

Es nuestro Rey Jesús, el que venció en la cruz,

Señor y Salvador,

Y siendo El solo Dios,

El triunfa en la batalla.

Y si demonios mil están prontos a devorarnos,

No temeremos porque Dios sabrá cómo ampararnos.

¡Que muestre su vigor, Satán, y su furor!

Dañarnos no podrá,

Pues condenado es ya

Por la Palabra Santa.

Esa palabra del Señor, que el mundo no apetece,

Por el Espíritu de Dios muy firme permanece.

Nos pueden despojar de bienes, nombre, hogar,

El cuerpo destruir,

Mas siempre ha de existir

De Dios el Reino eterno. Amén.

CONTEXTO DEL TEXTO

Los Salmos 46-48 son himnos de alabanza, que celebran la liberación de algún gran enemigo. Es probable que el Salmo 46 se escribió cuando el ejército asirio invadió la tierra y rodeó Jerusalén (2 Reyes 18.13-19.37).

ENSEÑANZA

  1. Que el Señor es mi amparo, es mi fortaleza y mi pronto auxilio en los grandes problemas.
  2. Que no puedo evitar situaciones que el Señor permite, pero al final Dios tiene el control de todo y me bendecirá.
  3. Que sólo debo confiar y en él y él hará

ORACIÓN

Gracias Señor porque eres nuestro castillo, nuestro escudo y fortaleza; es cierto que tenemos grandes enemigos que buscan destruirnos, pueden ser una enfermedad, un problema económico, un accidente, una infidelidad, la pérdida de empleo o algo que busca quitarnos la paz; pero confiamos en ti como nuestro amparo y fortaleza, como nuestro pronto auxilio. Señor, además del o los problemas que ponemos delante de ti, toma nuestros temores, echa fuera y destruye al enemigo y danos la paz. En el nombre de tu Hijo, amén.

juan_pluma