
INDICADORES DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL
En ocasiones detectar un abuso sexual infantil será fácil, pero la mayoría de las veces es una tarea difícil porque los indicadores pueden originarse por una causa diferente al abuso. Ello implica la ardua tarea de recopilar datos y asociar información.
Los signos se denominan indicadores y pueden ser físicos o psicológicos. A su vez cada uno de ellos puede tener un carácter específico (es decir, se provoca por el abuso sexual infantil) o inespecífico (puede deberse a otras causas). Indicadores físicos del abuso sexual. Los mismos pueden ser específicos o inespecíficos. La presencia de sólo uno de ellos es una verdadera alarma y debe hacernos sospechar la ocurrencia de un abuso sexual infantil.
FÍSICOS ESPECÍFICOS.
- Dilatación, desgarro o cicatrices del himen: con frecuencia representan la prueba de que la menor ha sido violada.
- Infecciones genitales de transmisión sexual: sífilis, HPV, HIV, gonorrea, etc.
- Sangrado vaginal y/o anal: este signo puede tener origen en problemas intestinales o en una menarca precoz, pero es importante interrogar al menor.
- Dilatación anal o esfínter con poca resistencia y escasa tonicidad muscular.
- Inflamación o lesiones en los genitales externos: puede responder a una alergia, pero corresponde indagar.
- Flujo vaginal infeccioso en niñas prepúberes.
- Infecciones urinarias a repetición, sin causa orgánica predisponente y que se reitera en el tiempo.
- Hematomas en el cuerpo.
- Semen en los genitales o en la ropa.
- Embarazo (especialmente en el inicio de la adolescencia).
- Manchas o roturas en su ropa interior.
Si frente a cualquiera de los indicadores físicos específicos anteriormente citados se suma la presencia de hematomas debe suponerse el uso de violencia física en el abuso. Los signos se denominan indicadores y pueden ser físicos o psicológicos.
FÍSICOS INESPECÍFICOS.
Pueden relacionarse con el abuso o con otra causa.
- Enfermedades psicosomáticas. Se entiende por ellas a los síntomas clínicos sin sustento orgánico que se precipitan tras periodos de estrés.
- Dolores abdominales recurrentes.
- Trastornos en la alimentación sin que pueda explicarse su causa (bulimia, anorexia nerviosa, obesidad, etc.).
- Enuresis (orinarse en la cama).
- Encopresis (incontinencia fecal que puede ocurrir en cualquier momento y lugar).
- Dificultades para sentarse, caminar o realizar algunos movimientos básicos durante las actividades normales o en clases de gimnasia.
- Repentina caída del cabello, lo cual suele ocurrir tras un episodio de estrés postraumático.
- Quejas por dolor en la parte baja del vientre o picazón en la zona vaginal o anal.
- Retrocesos en el comportamiento, como chuparse el dedo, hablar como bebé, no tener control de esfínteres, etc.
Indicadores psicológicos o del comportamiento:
INDICADOR ESPECÍFICO.
- El único indicador psicológico específico es el relato del niño, niña o adolescente acerca del padecimiento del abuso. Se recomienda, frente a la verbalización que haga un menor respecto de un abuso no desestimar el relato, no llorar ni mostrar enojo. Se debe mantener la compostura todo el tiempo, creyendo al testimonio verbal que se escucha, hablando con absoluta calma y transmitiendo paz como una manera de cuidar a la víctima para que no sufra una re-victimización por nuestra intervención.
INDICADORES INESPECÍFICOS.
Los mismos varían según la edad. En los niños pequeños, hasta edad preescolar:
- Miedo repentino frente a cualquier adulto o temor a estar con cierta persona, aun siendo familiar.
- Trastornos del sueño. Pesadillas, sueños alterados, terrores nocturnos.
- Tristeza, apatía, desánimo.
- Mirada ausente, falta de interés en cosas que antes resultaban agradables.
- Cambios de humor muy pronunciados.
- Conducta reservada o tendencia al aislamiento.
- Pérdida del entusiasmo, desinterés o depresión.
- Rechazo a la proximidad física. Hipervigilancia.
- Masturbación compulsiva.
- Pérdida del apetito o llanto excesivo.
- Lenguaje sexual obsceno usado de modo permanente.
- Curiosidad excesiva por lo sexual.
- Conocimiento sexual inusual para su edad.
- Introducción de elementos en vagina o ano.
- Juegos sexuales inapropiados para su edad.
- Dibujos de naturaleza sexual o expresión del abuso sexual mediante dibujos tenebrosos, remarcados dramáticos, borroneados, tachados o que intentan destrozar con furia.
- Trastornos en el habla. Mutismo.
- Actitud excesivamente sumisa. Niños/as demasiado dóciles, que parecen de mayor edad, extremadamente buenos y tranquilos. En el desarrollo normal de cualquier menor es esperable que, aunque sea de vez en cuando, exprese su disconformidad, enojo o cambios en su estado de ánimo.
Niños en edad escolar:
- Problemas de aprendizaje. Cambios bruscos en la conducta escolar. Ausentismo.
- Intento de conducta sexual con otros niños más pequeños.
- Vestirse con una muda de ropa sobre otra, o de varias prendas de ropa interior como estrategia para evitar el abuso.
- Desde útiles hasta juguetes de amigos o compañeros de clase, elementos del propio hogar o de parientes.
- Excusas para participar en actividades físicas. Negativa a cambiarse de ropa para hacer gimnasia.
- Conductas extrañas. Se lastima solo, muestra gran agresividad o retraimiento extremo.
- Preocupación excesiva por la higiene o abandono de hábitos básicos y descuido.
- Conflictos con la autoridad, rebeldías, indisciplina y de-sobediencia permanente.
- Escasa relación con sus compañeros.
En adolescentes: A todo lo anteriormente descripto debe agregarse:
- Acciones delictivas.
- Intentos de suicidio.
- Conflictos familiares permanentes. Se sienten incomprendidos y disconformes.
- Erotización de su conducta. Exhibicionismo.
- Rebelión o enojo con los padres.
- Contactos sexuales promiscuos, prostitución.
- Odio al propio cuerpo. Se arrancan el pelo o las uñas hasta lastimarse, se cortan, caminan por las cornisas, buscan dañar su cuerpo de modo intencional.
- Anestesia emocional. Nada les conmueve, no expresan sentimientos ni parecen tenerlos.
- Distorsión de la imagen corporal. Anorexia o bulimia.
- Baja autoestima.
- Alucinaciones visuales, auditivas o táctiles.
- Trastornos psiquiátricos como brotes psicóticos o personalidad múltiple.
- Artículo tomado de:
nexo_cristiano_mexico@googlegroups.com
boletinplaceresperfectos@gmail.com

Muy buen artículo, gracias por publicar.
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Gracias, Cecilia, nos agrada saber que estamos ayudando de algún modo. Bendiciones.
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