Espiritualidad Metodista Ecuménica

espiritualidad-ecumenicahno-xam-murilloSon muchos los amigos y familiares que a pesar de mantenerme en sus oraciones, se preguntan; ¿por qué Sam hizo votos de monje? ¿Qué tiene que ver el monacato con nuestra tradición cristiana? Así que ocuparé este post para relatar un poco por qué estoy aquí y qué es lo que hace esta comunidad de monjes… Algo que debe quedar claro es que el monacato no es ajeno a la fe cristiana y trasciende históricamente a las comunidades u órdenes monacales del catolicismo romano, por lo que sería imposible en un post hacer una apología histórica, sin embargo, buscaré justificarlo desde mi experiencia y nuestra tradición como metodistas…

La realidad que vive el cristianismo en el hemisferio sur es demasiado diversa y compleja, cada nuevo movimiento cristiano cree tener la verdad y desprestigia a los que son diferentes. El metodismo mexicano no es la excepción, 40 años norteños y sureños han pasado justificando sus formas y al mismo tiempo a nivel nacional se ha perdido la noción se lo que la Tradición significa en la interacción del quehacer teológico que nos caracteriza como metodistas.

Wesley siempre enfatizó un esfuerzo sistemático, metodológico y rígido para un mejor aprovechamiento del tiempo en la práctica del kerygma, la koinonia y la martyria, enfatizaba que todos sus predicadores debían pasar largo tiempo de lectura y estudio, además de exhortar a participar cuanto más se pudiera de los medios de gracia; la Santa Cena, lectura Bíblica, oración, etc., tanto en lo individual y en comunidad, por ello surgieron las sociedades, clases y bandas, que no era otra cosa que grupos pequeños que buscaban animarse a madurar y aprender juntos en el caminar como cristianos, caracterizándoles el amor fraterno y cuidado genuino del prójimo, es decir, no se trataba de ponerse el pie entre ellos sino hacer comunidad… por ello me atrevería a decir que el mismo Wesley no hizo otra cosa más que recuperar elementos de la teología y espiritualidad monacal histórica al buscar implementarlos en su tiempo.

No podemos hacer a un lado la liturgia y su importancia (dado que la división del cristianismo hoy parece negar toda meta-narracion litúrgica y apostar más a la innovación), NO EN CUANTO A FORMAS, sino en cuanto a contenido y cómo la Tradición de la iglesia aporta mediante su sacramentalidad histórica en los Credos, doxologias y oraciones milenarias para comprender y afianzar nuestro caminar como creyentes…

Dado lo anterior, es que existe la orden de San Anselmo, comunidad monacal ecuménica en el corazón de la comunión anglicana, en donde diversos jóvenes líderes de alrededor del mundo buscamos ser un testimonio vivo de unidad a la iglesia universal mediante la implementación de principios y valores monacales históricos. En dicha comunidad están representados más de 15 países, y somos anglicanos, metodistas, católicos, brethren, bautistas, luteranos, evangélicos y ortodoxos coptos.

¿Qué es lo que hacemos aquí? Simplemente buscar reconciliar mediante el ejemplo lo que oramos y confesamos con lo que hacemos y vivimos… Tenemos al menos tres tiempos de oración (liturgia) al día, oración por la mañana, Eucaristía a medio día, oración de la tarde y en ocasiones oración vespertina y oración de la noche conforme al ritual anglicano y el libro de la oración común. Además, todos los días tenemos tiempos específicos para lectura y reflexión bíblica de forma personal y comunitaria, tiempos de oración, contemplación y reflexión personal (Salmos 27:4). Tomamos cada mañana nuestro desayuno en silencio, reflexionando sobre un nuevo amanecer y dando gracias a Dios por ello, confesando que al abrir nuestra boca cada día buscamos alabar y glorificar a Dios (Sal. 51:15). Además, tenemos tiempos de enseñanza teológica, en donde compartimos con mayor profundidad nuestra reflexión y buscamos crecer juntos. Un dia a la semana hay un mayor tiempo de silencio en el que buscamos reflexionar aún más en nuestras debilidades y fortalezas, en nuestro ethos como individuos, y buscar ser sensibles a la voz de Dios y su Palabra en oración (2 Pedro 1:5-7).

Teniendo todo en común como aquellas primeras comunidades en los Hechos de los Apóstoles, cocinando y haciendo toda labor doméstica en comunidad. Confrontando sobre el sistema político, económico y social de nuestro tiempo que le apuesta más al individualismo y busca la felicidad en lo material, por ello, buscamos la simplicidad entre nosotros…

En adición a lo anterior, hay una dinámica de acompañamiento espiritual como individuos (en parejas) buscando aconsejar y orar unos por otros y reunión de grupos pequeños semanales para compartir sobre nuestras fortalezas y debilidades durante la semana.

Parte de nuestra dinámica es llevar a la práctica el orar y servir (ora et labora), por lo que todos estamos asignados a obras de caridad, con las que colaboramos a lo largo de la semana en actividades diversas, servir a los pobres, personas en situación de calle, refugios, y la capellanía de un hospital, entre otros.

Los votos consisten en comprometernos a vivir conforme a una «Regla de Vida» bastante sencilla, que se resume en buscar aprender en todo tiempo de Jesús (Mt. 11:28-29), elegir amar a Dios por sobre todas las cosas y por consiguiente a nuestros hermanos y amigos en la comunidad antes que a nosotros, para así juntos fructificar en Él (Jn. 15:15-16), buscamos apartarnos lo suficiente de lo cotidiano para reflexionar y buscar una mayor intimidad con Cristo (Marcos 6:30-33), buscar santificarnos en Él y en su ley (Jer. 31:33), buscamos sacrificarnos al poner a Dios y a los demás antes que nuestros propios intereses (Marcos 10:21-22), decidimos llevar vidas transparentes y llenas de confianza y verdad (Prov. 20:5-7), buscamos juntos crecer en humildad y discernimiento mediante la participación metódica de los medios de gracia (Heb. 12:11-13), buscamos sobre todas las cosas la reconciliación, con nuestro pasado, con nosotros mismos y con nuestro prójimo en todo tiempo (2 Cor. 5:17-20), buscamos en todo tiempo alabar y glorificar a Dios (Apocalipsis 4:8-11), buscamos aprender juntos a buscar a Dios en oración (Lc. 11:1), buscamos tiempos de silencio y contemplación en Él (Lam. 3:24-30), buscamos juntos aprender en todo tiempo para ser sabios en Él (Prov. 9:9-10), buscamos compartir y servir a los demás con compasión y amor (1 Jn. 4:19-21), buscamos caminar en humildad y negación de nosotros para seguirle (Fil. 2:5-11).

Y en eso se resume nuestra regla de vida en comunidad para los próximos meses pero que ha de ser parte de mí a lo largo de toda mi vida… Además y no menos importante, somos la comunidad que acompaña de forma constante en oración al Arzobispo de Canterbury y la comunión anglicana mediante todas sus provincias. Esto implica orar por la agenda de trabajo ministerial y pedir juntos la dirección de Dios por tan apremiante labor en nuestro tiempo. Ha sido más que asombroso aprender de la humildad y el gran amor que el arzobispo tiene por el llamado que Dios le ha hecho, al ser uno de los líderes cristianos de nuestro tiempo, es inigualable poder observar su transparencia y honestidad, al buscar ser íntegro y congruente y además ofrecer su casa para formar a otros, como nosotros, que buscan ser íntegros, confiables y congruentes en el desarrollo y madurez de nuestra fe…

Aquí les comparto una fotografía de este hermoso lugar, en donde reside este aventurero pastor y monje metodista mexicano, acompañado con el Abad de la comunidad, sucesor de San Agustin, primus inter pares de la Comunión Anglicana, Arzobispo de Canterbury, Justin Welby.

Sin duda es algo que suena completamente nuevo al contexto mexicano (pero ¿qué no nos parecería nuevo ante nuestro hermetismo como IMMAR?), sin embargo, en los últimos años, son cada vez más las comunidades monacales de contexto protestante y ecuménico… algunas de ellas fundadas por metodistas, y que son ecuménicas, como lo es la Orden de Saint Luke (http://saint-luke.net) o la orden de Saint Brigid (http://www.kildaremonastery.com) en USA, así como «The Methodist Sacramental Fellowship» (http://www.sacramental.org.uk/MSF/Welcome.html) en Reino Unido… adicional a ello, hay infinidad de comunidades incluso de contexto más carismático como Chemin Neuf en Francia. O la comunidad de Taize que se encuentra también al sur de Francia…

Además, también hay monjes protestantes en ordenes monacales históricas, es decir, hay laicos y clérigos luteranos, metodistas, anglicanos, etc., que son monjes modalidad benedictina y franciscana… Hay una realidad que ha sido histórica… creo que para encontrar la renovación eclesial y social para nuestro país, debemos hacer nuestras diferencias a un lado para buscar juntos a Dios en oración… entender que ya no se trata de las formas o de quién está bien o mal, sino darnos cuenta que nunca seremos uniformes, y a pesar de ello somos hermanos y hermanas en Cristo y complementamos el cuerpo en formas tan distintas y diversas en donde TODOS podemos aprender de todos.

Hno. Samuel Efraín Murillo Torres

2 comentarios sobre “Espiritualidad Metodista Ecuménica

  1. En relación al artículo firmado por el hermano Samuel Efraín Murillo, en el cual comparte con sinceridad las razones de su decisión que le llevaron a adoptar la vida y disciplina monacal, me deja con una lista de interrogaciones que requerirían mucho espacio para exponerlas y reflexionarlas a la luz de los comentarios del hermano Murillo. Tengo que limitarme a pensar que si el ideal del Señor Jesucristo hubiese sido semejante al del hermano Murillo y de la institución donde sirve, seguramente se hubiera afiliado al grupo esenio y a la vida reglamentada de Qumran, pero no fue así. También contemplo a Juan Wesley alejándose del pietismo y de la vida semi monástica de los Moravos, de quienes sólo tomó lo que consideró correcto y cuando experimentó el Testimonio del Espíritu en su vida, predicó, enseñó y sirvió en el poder del Espíritu para revolucionar a su tiempo y a su país. Me pregunto si el tipo de vida monacal revolucionaría nuestro tiempo y a nuestra nación. Y en fin creo ver en la forma de vida del hermano Murillo, esa inmensa necesidad de llenar el vacío espiritual que promueve la sociedad permisiva y atea que nos rodea y aún la misma frialdad del cristianismo (incluida la Iglesia Metodista en general), que no es capaz de llevar a las personas a ese encuentro experimental con Jesucristo quien es el único que satisfaría el hambre de eternidad y que ciertamente no se da por vida disciplinada, sino por rendición incondicional. Con profundo respeto y no menor sinceridad, Pbro. Rubén Pedro Rivera

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    1. Pastor Rubén Pedro, su voz es una de las más respetadas dentro de la IMMAR, y le agradecemos que nos comparta tan equilibrado párrafo. Un servidor también se sorprendió por la decisión del Hno. Murillo, y así se lo expresé directamente. No obstante, se aprecian dos cosas: Primero, que fue una decisión tomada en una muy honesta y profunda consagración al servicio de Dios; y por otro lado, que es una alternativa que no tenemos estudiada ni definida dentro del metodismo. Fue para mí sorprendente saber que hay comunidades metodistas en el mundo practicando un monacato protestante, novedad que me produce shock por los supuestos ya internalizados. Aún me da vueltas en la cabeza rebotando esta sorprendente forma de espiritualidad cristiana.

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