David Almanza Villalobos
“Más bienaventurado es dar que recibir”.
Hechos 20:35
Cuando damos, estamos imitando el carácter de Cristo quien se dio a sí mismo para salvarnos. Damos por amor, damos por agradecimiento, damos por imitación de Cristo, damos porque si no lo hacemos, entonces nos ahogamos en materialismo.
Jesús dijo que por por nuestros frutos seríamos conocidos ¿Qué clase de fruto hay en mi árbol? No podemos dar lo que no tenemos. ¿Cómo es nuestro carácter, cristocéntrico o egocéntrico? De la respuesta que demos dependerá la naturaleza de nuestro dar. Si nuestro carácter es cristocéntrico, nuestro dar estará pleno de una actitud de amor, liberalidad, generosidad, sensibilidad y empatía por las necesidades del otro; mentalidad de abundancia. Por el contrario, si es egocéntrico, estará lleno de egoísmo, interés y mezquindad; mentalidad de escasez.
Me encanta lo que escribe Pablo en 2 Corintios 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
Si somos hijos de Dios, llevaremos en nuestra nueva naturaleza, la gracia generosa de Jesús y daremos con libertad. Pero si NO hemos nacido de nuevo, seremos egoístas, como lo es el enemigo, padre de homicidas.
Sorprendentemente los que más dan, son los que menos tienen, porque no están apegados a lo material, porque lo material para ellos, no es trascendental. En ocasiones me he llevado la sorpresa de que los que más tienen, son los que menos dan. Por el contrario, buscan como tener más. Aparentar dar, pero lo que das no se mide por cuanto te desprendes, sino con cuánto te quedas.
Como la viuda de las dos blancas, que dio más que todos, porque dio todo lo que tenía, y los demás, daban de lo que les sobraba. Ayer leí sobre una persona que pedía dinero en la calle, no para él, sino para apoyar a otros que tenían aun menos que él. Esto me sorprendió tanto porque, veo muchos cristianos más interesados en recibir que en dar.
Pocas personas conciben la felicidad desde el punto de vista de dar. Pero dar es vivir. Jesucristo dijo que más bienaventurado (dichoso y feliz) es dar que recibir. Esto demanda un cambio profundo de paradigma, además de un compromiso. Implica salir de nuestra zona de confort. No hay forma de dar sin comprometer nuestro tiempo, o dinero, o energías, o recursos de diversa índole.
Por otro lado, Lucas hablando del dar, dice que con la medida con la que demos, se nos dará. Lo más barato para dar es el dinero, lo complicado es dar nuestro corazón, nuestro tiempo, nuestra vida.
Pero hay quienes ni siquiera pueden dar lo más barato; menos darán su vida. ¿Eres un dador alegre o un egoísta?
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Lucas 6:38