El amor romántico y sus cuentos: acabemos con el cuento del chantaje emocional, acabemos con el cuento de la jerarquía que conviene imponer a beneficio de algunos, y contemos la verdad de la equidad como parte del diseño y plan Dios.
Eunice Isayra Martínez Cordero
Érase una vez, en un pueblo no muy lejano, vivía una hermosa y delicada princesa que necesitaba ser rescatada, de pronto llegó un guapo y valiente príncipe azul. La rescató, se casaron y vivieron felices para siempre.
¿Les suena? Es lo que hemos escuchado por años y es lo que esperamos (o nos hacen pensar) que debemos esperar algún día. Y que a todas nos debe suceder.
Quiero mencionar algunos mitos que nos hemos creído sobre el amor romántico que nos presenta la sociedad y cómo está a un pasito de caer en la violencia de género, si no es que ya cayó.
La media naranja: la creencia de que la pareja es el complemento.
Primero. Somos seres individuales que podemos convivir. Sí, podemos estar juntos y ser seres individuales completamente diferentes y únicos. No soy mitad de nadie, soy completa y él es completo. No pierdas tu individualidad, tu identidad. El cuento de que hay fusión en el matrimonio es ilógico, siguen siendo dos seres separados que viven juntos. Recuerda tus gustos, tus preferencias, tus habilidades, tus pasatiempos, eso que te hace relajarte, que te hace sonreír, y no lo dejes solamente por estar casada. Eres libre para seguir siendo tú misma.
Puedes amar a tu esposo y reconocer sus cualidades, pero cuando esto sobrepasa tus intereses, cuando su afecto y aprobación es más importante que tus gustos, ahí hay problema. Eres suficientemente capaz para tomar decisiones, para reconocerte y admirarte a ti misma. Dios te ama y reconoce tu valor, pues eres creación suya e hija suya. Valórate tú y defiende tu valor.
Segundo. Dominación y sumisión. El hecho de que uno es el dominante y la otra parte debe ser sumisa (generalmente, la mujer), sólo por ser mujer. Esto no es para nada justo y va contrario al mensaje bíblico de justicia y equidad entre hombre y mujer. Dice la Biblia: “Someteos unos a otros”, “Soportándoos unos a otros”, “Perdonándoos unos a otros”, “Que se amen los unos a los otros”, “Estén en paz los unos con los otros”. En al menos 59 versículos menciona “unos a otros”, no dice solo la mujer al hombre, dice unos a otros.
En Efesios capítulo 5:22-23 que dice: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. El hombre es cabeza de la mujer. La palabra cabeza, «kefale» en griego, se refiere a: 1) la cabeza física o el cuerpo y 2) figurativamente, el origen o la fuente. Según el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento.
Cuando dice que el marido es la cabeza, de ninguna manera se refiere a gobernante o autoridad sobre la mujer. Porque Dios es la autoridad de hombres y mujeres. Porque ambos sirven a Dios, oran a Dios, reciben dones de Dios, etc. En Efesios 5:23 se habla que hay un vínculo muy fuerte de unión entre el hombre y la mujer, porque en la creación, Dios usó al hombre como fuente de vida de la mujer (Gn. 2:22), así como en la redención Cristo es fuente de vida de la Iglesia. La enseñanza de Efesios 5:23 no es la “autoridad” del marido sobre su esposa; sino la unión entre ambos. En palabras sencillas, el hombre es una fuente de donde emanó o salió la mujer: Cabeza/Kefale = Fuente.
En el versículo 22 se habla de las esposas “sujetas” a sus maridos, aquí se utiliza la forma pasiva del verbo griego «jupatasso» que implica “seguir voluntariamente el ejemplo del otro”, y no la forma activa del mismo «jupakúo» que implica “subordinarse”.
A través de toda la Biblia nos encontramos que el propósito de Dios es la equidad de género. (Gn 1:27-28) Dios crea hombre y mujer y a los dos los hace encargados de la reproducción y las tareas domésticas y productivas, en ese tiempo, trabajar y cuidar la tierra. No habla de roles específicos para esposo y esposa.
Los celos son una muestra de amor. Los celos no son más que una manifestación de un desequilibrio emocional, en el que se percibe amenaza de que la otra persona sea infiel o vuelque su afecto hacia otra persona. Los celos también son utilizados para ejercer control o manipular a la pareja. Es un problema y se tiene que atender.
El chantaje emocional: “Si no lo haces es que no me amas” y puede aplicar a cualquier situación. Esto es desgastante porque constantemente tienes que hacer de todo y nunca será suficiente para demostrar y probar que realmente lo amas. Es otra manera de ejercer control sobre la pareja y es una forma de violencia.
El amor todo lo soporta: El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. ¡Qué bonito! Pero, no significa que el amor soporta malos tratos, humillaciones, infidelidades, o cualquier acción que dañe la integridad de una persona.
Esta descripción de Pablo sobre el amor, es un amor que debemos decidir imitar. El amor perfecto y Divino. Un amor que busca el bienestar de la otra persona, permaneciendo en bondad, justicia, paciencia, verdad, paz.
…Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Seamos agentes activos, promotores de que estos cuentos se acaben. No más mujeres sumisas soportando malos tratos, queremos mujeres libres de ser ellas mismas y de reconocer su valor completo como persona, sin necesitar un príncipe encantador. Acabemos con el cuento del chantaje emocional, acabemos con el cuento de la jerarquía que conviene imponer a beneficio de algunos, y contemos la verdad de la equidad como parte del diseño y plan Dios. Ya no seamos “cuenta- cuentos”, seamos “cuenta verdades”. Y, sobre todo, proclamemos el amor de Dios, el amor verdadero, digno de imitar.