Seis muertos en un ataque a una escuela presbiteriana en Nashville
Según la policía, la autora de la masacre, también muerta, es una antigua alumna del centro que se identificaba como transgénero. Se trata del tiroteo número 130 en lo que va de año en Estados Unidos.
REDACCIÓN PD
NASHVILLE · 28 DE MARZO DE 2023 · 17:10

Seis personas han sido asesinadas en un ataque a la escuela presbiteriana The Covenant, en Nashville (Tennessee, Estados Unidos), en la mañana de este lunes 27 de marzo. De las seis, tres son niños de nueve años, alumnos del centro. Los otros tres fallecidos son una profesora sustituta, el conserje y la directora del colegio, Katherine Koonce.
Según la policía, la autora de la masacre, que también ha muerto, es Audrey Hale, una mujer de 28 años, antigua alumna del centro, “que se identificaba como [hombre] transgénero”. Según las autoridades policiales, Hale renegaba de su experiencia en The Covenant y llevaba tiempo planeando el ataque, con planos de la escuela y dejado un manifiesto donde explicaba su acción. De hecho, se introdujo en las instalaciones por una puerta lateral llevando consigo dos fusiles de asalto y una pistola.
Según el jefe de la Policía Metropolitana de Nashville, John Drake, el manifiesto que preparó Hale “indica que iba a haber tiroteos en varios lugares y la escuela era uno de ellos”. El fiscal general del distrito de Nashville, Glenn Funk, ha lamentado los hechos: “Es el crimen definitivo cuando los niños en edad escolar y sus cuidadores son víctimas de la violencia armada sin sentido”, ha señalado.
La hija del pastor de la iglesia, entre los muertos
La escuela The Covenant, fundada en 2001, forma parte de la Iglesia Presbiteriana que lleva el mismo nombre en Tennessee. Actualmente, el centro cuenta con unos 200 estudiantes de primaria y cerca de 40 empleados.
Entre los tres alumnos fallecidos, una es Hallie Scruggs, la hija del pastor de la iglesia, Chad Scruggs. “Amamos a la familia Scruggs y lloramos con ellos por su preciosa hija Hallie”, ha asegurado el pastor de la Iglesia Presbiteriana Park Cities, Mark Davis. “Juntos, confiamos en el poder de Cristo para acercarse y darnos el consuelo y la esperanza que necesitamos desesperadamente”, ha añadido, según recoge The Tennessean.
Poco antes de que se produjera el tiroteo, los alumnos del centro participaron en su tiempo de capilla diario, cantando y orando juntos. La directora de la escuela, Katherine Koonce, también asesinada, definía a los alumnos de The Covenant hace un año como “capaces de ver y estar anclados en la verdad de la Palabra de Dios con respecto a quienes son”. “Son estas verdades eternas las que les permiten involucrarse en la vida con mayor plenitud y tener éxito dondequiera que vayan”, añadía.
Estados Unidos y el problema de los tiroteos
El de la Escuela Presbiteriana The Covenant, en Nashville, es el tiroteo número 130 en lo que va de año en Estados Unidos, según el Gun Violence Archive. Una cifra que se traduce en una media de 1,5 tiroteos cada día.
De hecho, es el ataque más mortífero en una escuela en territorio estadounidense desde el de Uvalde (Texas), en mayo de 2022, donde fueron asesinados 21 estudiantes. El año pasado se cerró con 647 tiroteos y desde el Gun Violence Archive alertan que la cantidad aumentará este año si sigue la tendencia registrada hasta ahora.
El debate sobre la prohibición de armas lleva tiempo estancado en el país norteamericano mientras los ataques mortales se repiten año tras año. El presidente Joe Biden, después de conocer lo ocurrido en Nashville, ha reconocido la necesidad de “hacer más para detener la violencia con armas de fuego”. “Debemos hacer más para proteger nuestras escuelas de forma que no se conviertan en prisiones. Pido al Congreso de nuevo que apruebe mi prohibición de las armas de fuego”, ha afirmado.
Iglesias ayudan en proceso de transición de la prisión a la libertad
Por Joey Butler*
Traducción y adaptación: Leonor Yanez**
12 de marzo de 2023 | CHARLESTON, Virginia Occidental (Noticias MU)
Nota del editor: El Rev. Mike Coleman, quien fue entrevistado para esta historia, falleció poco antes de su publicación. Noticias MU ofrece sus condolencias a su familia.
Cuando alguien es liberado de una prisión en Virginia Occidental, Amber Blankenship lo recibe con una bolsa de lona con ropa, artículos de higiene y alimentos, una lista de recursos y, sobre todo, una señal visible de que a alguien le importa: “Tienen una bolsa de basura negra y la ropa con la que los/as arrestaron, que puede que ya no les quede si han estado allí por un tiempo. Los/as llevamos, les preguntamos dónde está su vivienda segura, dónde van a dormir esta noche y les decimos: ‘Llámame mañana’ para que sepan que no los/as vamos a olvidar”.
Blankenship es coordinadora del programa de reingreso de colegas para la Iniciativa REACH, una organización fundada por el Concilio de Iglesias de Virginia Occidental para proporcionar recursos y defensa a quienes reingresan a la comunidad para que su transición sea más exitosa. Además de las necesidades inmediatas, como las bolsas de lona, miembros del equipo ayudan con los desafíos a largo plazo, como navegar las barreras que crean los antecedentes penales para asegurar la vivienda, el empleo y la asistencia alimentaria.
Blankenship puede relacionarse con quienes están en transición fuera de la prisión porque ella misma lo vivió pues de niña lidió con problemas familiares de alcohol, divorcio y el encarcelamiento de su hermano. Fue arrestada por primera vez a los 11 años y después de la muerte de su madre, terminó en un hogar temporal y comenzó a consumir drogas. Fue a prisión después de robar un coche de policía de un cuartel policial: “No pude detener las autoagresiones, el uso de drogas, la espiral de trauma y dolor. Escuché historias similares del 95% de las mujeres con las que estuve encarcelada”.
Mientras estaba en el Centro Correccional y Cárcel de Lakin en Columbia Occidental, Virginia Occidental, Blankenship asistió a un evento de fin de semana realizado por Kairos, un ministerio ecuménico de prisiones estructurado de manera similar a El Camino del Aposento Alto a Emmaus.
“Le dije a Dios que si sanaba mi corazón roto, iría a donde él quisiera que fuera y desde entonces le he servido todos los días” dijo. Incluso tiene la palabra Kairos tatuada en su bícep.
Beverly Sharp, directora ejecutiva de la Iniciativa REACH, dijo que es útil utilizar a los/as ex encarcelados/as como coordinadores de reingreso: “Reachback significa que has estado encarcelado/a, saliste, lo lograste y regresas para ayudar a que salga el/la siguiente. Las personas que han pasado por esto entienden lo que funciona y lo que no”.

Sin embargo, las condiciones de la libertad condicional a menudo prohíben el contacto con otras personas que tengan condenas y sin refuerzo positivo, muchos/as vuelven a caer en los mismos patrones que los/as llevaron a prisión.
Aaron Blankenship esposo de Amber, se encontró nuevamente en un hogar familiar con problemas de abuso de sustancias después de cumplir una sentencia por hurto mayor de auto: “La gente quiere algo mejor para ellos/as mismos/as, pero a veces son guiados/as en la dirección equivocada. Regresé a la cárcel y la próxima vez encontré una comunidad positiva que marcó la diferencia para mantener ese cambio positivo que había hecho en mi vida”.
Dijo que Kairos era una de esas comunidades positivas: “Mis ojos se abrieron a cómo es el amor de Cristo, sin juicio. Me encontré llorando más tarde esa noche para que Dios me salvara”.
Ahora trabaja como coordinador con REACH y como especialista en apoyo de recuperación entre pares para el Colegio Técnico y Comunitario del Sur de Virginia Occidental: “Me encanta poder difundir la esperanza y la curación pues Dios verdaderamente me ha llevado del pozo al palacio”.
Consejos para iglesias
Beverly Sharp, directora ejecutiva de la Iniciativa REACH, ha compilado una larga lista de formas en que las iglesias pueden ayudar a las personas que se recuperan y reingresan.
El reingreso de todos no ha sido tan exitoso como el de los Blankenship. Simplemente conseguir un trabajo puede ser un desafío y solo en Virginia Occidental, hay más de 100 licencias profesionales emitidas por el estado que no están disponibles para una persona condenada por un delito grave, desde trabajo social hasta bienes raíces y corte de cabello, y otros estados tienen leyes similares. Estas se encuentran entre los cientos de consecuencias colaterales que afectan a las personas con condenas mucho después de que terminen sus sentencias.
Sharp describe las capas de peligros potenciales que deben sortear los/as ex encarcelados/as, donde cualquier paso en falso podría violar su libertad condicional y enviarlos/as de regreso a prisión y cita un escenario hipotético, pero común, en el que una persona anteriormente encarcelada tiene una reunión programada con su oficial de libertad condicional, que vive a una hora de distancia. La persona perdió su licencia porque no podía pagar una multa y no hay transporte público donde vive. Esa cita perdida lleva a la persona nuevamente a prisión, donde los delitos y las multas pueden agravarse.
“Caminas sobre cáscaras de huevo todo el tiempo que estás fuera. Seguimos acumulando castigos y sanciones financieras que las personas no tienen los medios para pagar. He visto a personas encarceladas porque no pueden pagar una multa de $100 cuando cuesta $50 por día mantenerlos allí” dijo Sharp.
Después de una carrera de 30 años en prisiones federales, Sharp dijo que el sistema de penas compuestas es ineficaz por lo que ahora aboga tanto por abordar las causas profundas de lo que lleva a las personas a la cárcel, como la pobreza y el trastorno por abuso de sustancias; como brindarles las herramientas para una transición exitosa a la sociedad una vez que salgan.
Ella dijo que las organizaciones sin fines de lucro y la comunidad religiosa pueden llenar un vacío necesario si no hay programas de reingreso a nivel municipal o estatal. Los/as líderes religiosos/as también pueden ayudar a “cambiar corazones y mentes” dijo, combatiendo el estigma que la comunidad puede atribuir a los/as ex encarcelados/as: “Si no movilizamos a la comunidad basada en la fe, nos estamos perdiendo una gran pieza del rompecabezas para que abordemos todas las necesidades que tiene el estado”.
Sharp ha compilado una larga lista de formas en que las iglesias pueden ayudar a las personas que se recuperan y reingresan. Algunas ideas incluyen recolectar ropa para entrevistas de trabajo, reclutar voluntarios/as para ayudar con la búsqueda de empleo y la redacción de currícula, proporcionar transporte para que miembros de la familia visiten a sus seres queridos encarcelados y abogar por cambios en las políticas a nivel local, del condado o incluso estatal.
El Rev. Jeff Allen director ejecutivo del Concilio de Iglesias de Virginia Occidental y pastor metodista unido, dijo que la iglesia puede ser una fuerte defensora porque “podemos inyectar misericordia en el debate público. Cuidar a quienes están en prisión es un llamado fundamental para la iglesia, allí mismo en Mateo 25, y debería ser una preocupación principal junto con el hambre y el cuidado del extraño”.
Dijo que las iglesias deben familiarizarse con los sistemas de justicia penal en sus comunidades. La defensa de temas como la reforma de la fianza en efectivo, la restauración de los derechos de voto de los/as delincuentes o la provisión de más viviendas de transición son lugares en los que los/as líderes religiosos/as pueden tener influencia. También pueden ser una fuente de apoyo emocional para los/as ex encarcelados/as mientras enfrentan las luchas en su transición.
“Más allá de visitar a los que están en prisión, las iglesias pueden tener la intención de darles la bienvenida a la congregación y a la comunidad en general cuando salgan” dijo.
Amber Blankenship dijo que con frecuencia habla con la comunidad basada en la fe sobre “cómo hablar con las personas que están quebrantadas, sentarse con ellas y amarlas porque ni siquiera pueden amarse a sí mismas”. Ella regresa regularmente a Lakin para ministrar a las reclusas y también es una defensora de identificar a los/as niños/as en situaciones problemáticas y tratar de ayudar.
“Cuidado de crianza, grupos juveniles, equipos de pelota, escuelas. Tiene que haber gente con los ojos puestos en estos/as niños/as antes de que terminen como yo” dijo.
Tanto Aaron como Amber Blankenship señalan el beneficio de las prisiones que ofrecen capacitación educativa o vocacional a los/as reclusos/as. Aaron citó el adagio de que “las manos ociosas son el patio de recreo del diablo” mientras que Amber dijo que tales programas pueden reducir las tasas de reincidencia.
“Mientras más programas, más posibilidades tiene una persona de encontrar una comunidad y ser rehabilitada. Si no lo hacen, volverán a encontrar una comunidad con una influencia negativa. En última instancia, eso le cuesta más dinero a la sociedad” concluyó.
El Rev. Mike Coleman, pastor metodista unido jubilado, exdirector de prisiones y actual director de la División de Servicios Administrativos del Departamento de Seguridad Nacional de Virginia Occidental, dijo que aunque uno de los objetivos de la rehabilitación correccional es crear mejores ciudadanos/as, “la sociedad obtiene el sistema de justicia penal que quiere. Tienes todo tipo de creencias en todo el espectro político”.
Los Blankenship dijeron que quieren servir como «una luz en el mundo», tanto para aquellos/as que intentan cambiar sus vidas como para la comunidad que los/as recibirá. “Las personas como mi esposa y yo que pasamos por el sistema ahora podemos ser un ejemplo, y tal vez podamos cambiar las opiniones de las personas. Esperemos que más personas puedan ver cómo otras cambian sus vidas y vuelven a ser ciudadanos/as productivos/as” dijo Aaron Blankenship.
Fuente: https://www.umnews.org/es/news/faith-communities-can-aid-transition-from-prison-to-community