Las Luchas en el Reino: Las Riquezas

Las Luchas en el Reino: Las Riquezas

David Almanza Villalobos

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24). 

 Y es que, el mundo te dice que necesitas ser autosuficiente y para eso, necesitas acumular. Desde hace siglos, el hombre ha asesinado por dinero, por propiedades, por el oro y la plata. Yo creo que todos conocemos familias que se han peleado por heredades. 

¿Es malo prosperar materialmente? ¡NO! ¿Entonces? El problema consiste en depositar tu confianza en lo material. Vivir para acumular, perseguir y conseguir y nunca estar satisfecho. Porque el hombre entre más tiene lo que quiere, más quiere lo que no tiene. 

Pablo dice a Timoteo que la raíz de todos los males, es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (1 Timoteo 6:10).

Y es que, esa es un arma muy poderosa. Judas traicionó al Señor por 30 piezas de plata; Acán guardó parte del botín de Jericó y Dios maldijo a Israel. 

En Monterrey, hay un gran espíritu de materialismo. Te valoran por lo que tienes, por la casa, por el carro, hasta por el celular.  En una ocasión se me ocurrió ofrecer “raid” a una joven de la iglesia en mi coche, ella se resistía, pero finalmente sus padres le dieron la instrucción. Pensé que yo no era del agrado de ella. Tiempo después me enteré que yo le caía bien a la chica, pero mi carro le daba pena. 

En otra ocasión mis hijas fueron blanco de burla por no usar ropa de marca. En alguna ocasión, en una iglesia que pastoreaba, un hombre dejó de asistir porque había invertido mucho dinero en la educación de sus hijos como para que se relacionaran con otros niños de un nivel social menor. Y simplemente así, programamos a nuestros hijos a respetar y valorar a los demás, por sus posesiones. 

En la Biblia se habla desde hace siglos del dios de las riquezas, Mamón. Esa influencia espiritual que le pone un valor incluso a las personas. 

¿Dónde está tu corazón? Dime sinceramente, total, nadie me escuchará tu respuesta, ¿le has dado valor a alguien por sus posesiones? ¿Luchas todos los días por tener más? En escala del 1 al 10, ¿qué tan materialista te consideras? Esta es una lucha que tendrás que lidiar en el Reino de Dios. Porque el reino del mal, tratará de enredarte en las cosas temporales de este mundo, y sin logra hacerlo, habrás perdido esta batalla. 

Lucha todos los días, con todas tus fuerzas, para no amar lo material, para desprenderte de esto que te ancla al mundo. Y cuando sientas que el mal te está ganando, aplica esta vacuna a tu corazón:

“No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre”.