¿Gigantes o Langostas?

¿Gigantes o Langostas?

David Almanza Villalobos

“Ellos son gigantes y nosotros somos como langostas”.

Números 13:33

Cuando te levantas por las mañanas y te ves en el espejo, ¿Cuáles son tus palabras? ¿Qué es lo que piensas acerca de ti mismo?

El pueblo hebreo estaba padeciendo esclavitud en Egipto; 430 años vivieron ahí, y la mayor parte de este tiempo fueron esclavos. Este pueblo esclavo, clama al Dios de sus padres, al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, a quien habían conocido de oídas. 

Dios tiene un compromiso con Abraham, una promesa que se cumpliría sobre su descendencia, sobre los hijos de Isaac y de Jacob. Así que les manda un libertador, Moisés. Moisés conduce al pueblo de Israel a la “tierra prometida”, y en este viaje hacia esta tierra, suceden diferentes situaciones, algunas buenas y otras malas:

  • Iniciamos con el milagro del Mar Rojo. El mar se abre y los hebreos pasan en seco y el ejército del Faraón perece ahogado en el mar (Éxodo 14).
  • Una vez en el desierto, el pueblo murmura porque quieren comer carne y pan, y dicen que hubieran preferido quedarse en Egipto y morir ahí. Pero Dios les envía alimento (Éxodo 16).
  • Después altercan porque quieren agua, y Dios les manda agua (Éxodo 17:1-7).
  • Hay un altercado con otro pueblo llamado Amalec y Dios les da una victoria milagrosa de Josué sobre los amalecitas (Éxodo 17:8-16).
  • Dios aparece al pueblo para hacer pacto, pero el pueblo tiene miedo y mandan a Moisés (Éxodo 19).
  • Se da el Decálogo (los diez mandamientos, Éxodo 20).
  • Israel quebranta el pacto por la idolatría haciéndose una imagen (Éxodo 32).

A pesar de ver tantos milagros y señales que Dios hacía en sus vidas de una manera palpable, el pueblo era incrédulo. Cuando Moisés manda a los espías a la tierra de Canaán, ellos ven:

  • Los frutos de esa tierra y eran enormes (Números 13:23). 
  • Vieron que era tierra deseable (Números 13:27).

Pero cuando vieron los habitantes de aquel lugar se desanimaron (Números 13: 28-29). Y su actitud fue: “Ellos son gigantes y nosotros somos como langostas” (Números 13:33).

Dios ha prometido respaldar a los que le aman, Él dice: “Yo estaré con ustedes todos los días y hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31).

El Padre nos ayudará y todo lo que le pidamos en el Nombre de Jesús, y no en ningún otro nombre, se nos concederá (Juan 15:16). Debemos entonces concentrarnos en tener una actitud positiva como Josué (Num. 14:4-9).

Si hay gente muy negativa a nuestro alrededor, nosotros debemos influenciarlos a ellos y no ellos a nosotros, así como Josué no se dejó llevar por los comentarios de los demás.

Dios nos ha dado muchas promesas, pero una de ellas es que nos pondrá como cabeza y no como cola. Ahora, ¿en dónde quieres estar tú? ¿En la cabeza o en la cola? (Deuteronomio 28:13). Porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Filipenses 4:13, Romanos 8:37).