Alan Sánchez Cruz
Marzo de 2021
Son variadas las versiones de cuándo tuvo lugar el primer caso de coronavirus en el mundo. De acuerdo al diario chino South China Morning Post, el primero se registró el 17 de noviembre de 2019, y el paciente cero habría sido una persona de 55 años, de la provincia de Hubei. En México, el primer caso se detectó en un hombre de 35 años, proveniente de Italia, el 28 de febrero de 2020. Con poco menos de un mes contó la Iglesia Metodista en el país para dar una respuesta a sus congregaciones.
El martes 17 de marzo del mismo año, por medio de un comunicado, el Gabinete General de la Iglesia Metodista de México A. R. (IMMAR) instaba a las congregaciones metodistas del país a implementar las medidas “orientadas a la prevención y contención contra este virus”. La instrucción fue la siguiente:
A partir del 21 de marzo y hasta el 4 de abril del presente año, quedan suspendidos los cultos regulares y actividades programadas durante este periodo, esto, sin que los templos se cierren para dar opción a momentos de oración, una pastoral responsable e intercesión para congregantes o personas que recurran a ellos.
A inicios de marzo, de acuerdo a la cadena CNN, más de 115,800 personas se habían contagiado con el nuevo coronavirus y más de 4,200 habían fallecido en todo el mundo. Es el contexto de un comunicado que alentaba a las iglesias metodistas a mantener cerrados sus espacios de manera temporal, ya que -se tenía la esperanza- el confinamiento no sería mayor a un mes. Nadie daba certeza de lo que sucedería en adelante. En estas fechas, no obstante, se cumple un año desde la última vez que hermanas y hermanos metodistas nos congregamos para participar de un culto presencial.
Si bien la instrucción fue general desde el ámbito nacional, las iglesias locales se enfrentaron, con limitaciones principalmente tecnológicas, a una nueva manera de ser iglesia para los suyos, de hacer pastoral, a una “nueva normalidad”. Las tres áreas bastión de la Conferencia Anual de México (CAM), tomaron el reto de sostener a la Iglesia desde su zona geográfica. Quizás, el área financiero-administrativa es la que más batalló, al mirar sus recursos disminuidos. En marzo, en los cultos de Semana Santa que dirigió el Gabinete Conferencial, se exhortó a hermanas y hermanos a no faltar con sus diezmos y ofrendas para continuar sosteniendo la obra del Señor.
Por su parte, el área conferencial de Desarrollo Cristiano, presidida por la hermana Marisela Trejo Barrera, implementó dos estrategias principales, para continuar nutriendo la vida espiritual de las familias en el confinamiento: las “Charlas de los lunes”, pláticas de temas variados, y “CAM Niños”, una Escuela Dominical para las y los más pequeños. Dice la hermana Trejo:
A pesar de que la pandemia de Covid-19 nos afectó grandemente con pérdidas: la libertad de poder salir y asistir a nuestros templos, la de nuestros hermanos y hermanas que partieron a la patria celestial, así como la de recursos financieros por la pérdida de empleos y el cierre de negocios, con todo, Dios ha estado con nosotros.
La compañía y dirección del Espíritu Santo dieron la pauta para implementar actividades vía plataformas digitales, para convocar y continuar siendo comunidad a pesar de la distancia. La CAM inició el domingo 12 de abril con el Episodio 1 de CAMNIÑOS, Escuela Dominical Infantil, con 2,231 reproducciones. Esta primera temporada constó de 16 episodios, con 834 visualizaciones en promedio, tomando como guía el material del Plan Rector Nacional, año 3, para edades de 6 a 8 años. La Segunda Temporada abarcó 11 episodios, con visualizaciones en promedio de 270. La Tercera Temporada, tuvo nueve episodios, según datos de 7 episodios, en promedio cuentan con 198 visualizaciones. Escuela Cristiana de Vacaciones, del 3 al 7 de agosto, 6 clases con un promedio de 2394 visualizaciones. Campamento de Invierno, 5 clases, con 271 visualizaciones; hubo interacción, a través del correo electrónico, con los padres de los niños. La población que se une a las transmisiones, son niñas y niños de las iglesias de la CAM; de otras Conferencias Anuales; de otras denominaciones, sin iglesia, incluso de otros países.
Para los adultos: se celebró la Semana del Hogar del 11 al 15 de mayo, con 968 visualizaciones (los números de las visualizaciones son en promedio); después, la Semana Wesleyana. Se leyeron los sermones 18, 43, 2, y 85, con 1,561 visualizaciones y cinco conferencias con temas sobre Metodismo (visualizaciones de 2,031). Dos conferencias sobre Masculinidades (visualizaciones: 2,452). Siete conversatorios sobre el Ministerio Cristiano con visualizaciones de 1,860. Un paseo por el libro de Isaías, con siete estudios bíblicos y con visualizaciones de 1,320. Concierto de Música Mexicana (Día del Adulto Mayor), con 2,715 visualizaciones. Semana de la Biblia, 6 conferencias, con visualizaciones de 1,527. En las “Charlas de los lunes”, se presentaron 5 temas sobre Historia del Metodismo con la Sociedad de Estudios Históricos del Metodismo en México (SEHIMM), con 1,326 visualizaciones. En la Semana de la Reforma, 5 días, 1,344 visualizaciones. Las “Charlas de los lunes”, con temas variados en 4 sesiones, con 1,167. En Adviento, se registraron 1,151; el mes de enero, el lunes 11 se retomaron las “Charlas”. A la fecha, se cuentan 10 sesiones; dos de historia, dos de Iglesia y discapacidades, y temas varios, con 988 visualizaciones. Hasta el 8 de marzo, se compartió el tema “Situación de la Mujer en México”, aún sin datos.
El área conferencial de Testimonio Cristiano, también con ayuda de las plataformas digitales de la CAM, participa de charlas con temas diversos. Los días miércoles, han sido de “Pláticas en hermandad”, con reflexiones como “Viviendo en comunidad”, “Impulso misionero”, “Evangelismo global”, “Evangelización virtual”, “¿Cómo tener una vida con sentido ante la pandemia?”, o, “Sanando heridas en tiempos de pandemia”, entre otros. El pastor Guillermo Niño Fernández, presidente del área, ha compartido en su página de Facebook un espacio de oración los días lunes, donde incluye una reflexión bíblica enfocada en el tema de pandemia. Se ha hecho, además, eco de las propuestas y actividades del área a nivel Nacional, compartiendo el boletín de oración, a partir del mes de noviembre de 2020. Como una propuesta más, desde el año 2020 se cuenta con un espacio digital de meditaciones y oración compartido entre el área de Testimonio Cristiano de la CAM y la iglesia latina de Coker, de San Antonio Texas, Estados Unidos.
Dos sucesos más fueron relevantes en 2020: 1. A causa de la contingencia, fue necesario posponer la Conferencia Anual de México, a celebrarse a mediados de junio en la iglesia “El Mesías”, de Los Reyes, La Paz. En este año, Dios mediante, se realizará de manera virtual. 2. El día 26 de septiembre de 2020, la CAM y sus iglesias fueron notificadas del lamentable deceso de nuestras hermanas Sara Sofía Matus Fernández y Judith Fernández Cruz, madre e hija, desaparecidas el día 4 del mismo mes. Las hermanas pertenecían a la iglesia “Templo de Cristo”, de Cuautla, Morelos. Diversas comunidades de fe enviaron sus condolencias a la Conferencia, como muestras de solidaridad y empatía. Un día después, el área episcopal comunicó un mensaje con tenor esperanzador en el que proponía una capellanía que llevaría el nombre de las hermanas mencionadas, con el fin de honrarlas y de crear espacios “que acompañen a mujeres que hayan sufrido o sufran violencia de cualquier tipo”, con la intervención de ministras y laicas. Con el apoyo de pastores y laicos, añadía, “crearemos un espacio de capellanía que acompañe a los varones de nuestra conferencia en modelos de masculinidad según Jesucristo. Si la violencia en nuestro país ha de ser erradicada, lo haremos primeramente desde los espacios que tenemos como iglesia”. Tras una capacitación a un grupo de pastoras y pastores y la convocatoria para presentar un emblema, el día 2 de marzo, a las 14:00 horas, se presentaba el logo oficial de la Capellanía “Sara y Judith”, diseño de la hermana Sara Serrano García, de la iglesia «El Divino Salvador» de Atlixco, Puebla.
Casi un año ha transcurrido desde el comunicado a las iglesias para guardarse en confinamiento (y, ¡vaya que cada una ha hecho lo propio para atender a su feligresía!). La CAM, ha continuado la labor que el Señor le ha encomendado; sí, con sus limitantes y desafíos, pero también con la capacidad de crear espacios de reflexión y acompañamiento que nos acerquen, a pesar de las distancias. Que Dios sea con nosotras y nosotros, y que su Espíritu continúe guiando a su Iglesia.