David Almanza Villalobos
“¡Setenta son los años que se nos conceden! Algunos incluso llegan a ochenta. Pero hasta los mejores años se llenan de dolor y de problemas; pronto desaparecen, y volamos” (Salmo 90:10)
Ramoncita. Fui pastor de ella hace algunos años. El 4 de octubre del 2017 cumplió 101 años y poco después partió a la presencia del Señor.
Hasta los 100 años de su vida, ella hacía bromas, criticaba al gobierno, reflexionaba sobre mis mensajes, y tenía anhelos de servir “en algo”. Pero también, desde que tenia 92 años cuando la conocí me decía: “Ora por mi, dile al Señor que ya estoy lista, ya estoy cansada, ya quiero estar con Él”.
En el 2011, ella (y la iglesia que yo pastoreaba “Visión Apostólica”) recibió en vida, en manos del Gobernador del Estado de Nuevo León, un reconocimiento por 36 años ininterrumpidos de servicio con las internas del Penal del Topo Chico, a quien Ramoncita consideraba hijas, y de verdad lo eran; eran sus hijas espirituales.
Ella como dice Pablo, vivió y murió para el Señor.
La Biblia menciona 70 y 80 años. Por supuesto, en el contexto bíblico de ese salmo, la expectativa de vida eran 50-60 años.
Imagen del video de Ramoncita a los 97 años festejando a México, compartida por el pastor David Almanza.
¿Cuántos años tienes? ¿Cuántos quieres vivir? ¿Cuántos crees que vivirás? Yo tengo 44 años, quisiera vivir suficiente para ver a toda mi familia en relación con Dios, pero no se cuánto viviré. Cienteo un años no serán suficientes para satisfacer tus deseos, ¿sabes por qué? Porque “Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. ¡Adúlteros! ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios”. Santiago
Pero hay algo que he aprendido de la Biblia, de los viejos y de mi vida, y te lo enumero:
- Ama a Dios y su palabra; por sobre todas las cosas; ama lo que Dios ama y demuéstralo; eso es el todo del hombre.
- Ama a tu esposa, a tus hijos, a tus padres y tus hermanos, a tu familia sanguínea y espiritual. Y demuéstralo.
- Prédica el evangelio, entre más gente podamos reconciliar con Dios, más rápido encontraremos nuestro propósito.
- Perdona. Si no perdonas, tampoco serás perdonado. Vivir con resentimientos no vale la pena.
- Pide perdón. Dios mira de lejos a los soberbios pero se acerca a los humildes.
- Pon tu mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque el mundo pasa y sus placeres también.
- No tengas apego a lo material. Comparte. Entiende que Dios te bendice no para que tengas más, sino para que compartas.
- Habla siempre con verdad. Pero verdad en amor; nunca verdad brutal.
- No te amoldes a las ideologías contemporáneas. Éstas, normalmente están plagadas del humanismo que endiosa al hombre y humaniza a Dios.
- Congrégate. Se parte de una congregación donde desarrolles tus dones y cumplas con el propósito de Dios de ser el cuerpo de Cristo.
No vivas más para ti. Sé más como Jesús y menos como tú. Haciendo esto, encontrarás paz y esperanza, todo será más fácil y serás un cristiano activo en el reino de Dios.
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” (Romanos 14:8-10).