Obispo Moisés Morales Granados
28 de febrero de 2022.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.
Mateo 5:9
Sin lugar a duda, los acontecimientos sobre el inicio de las hostilidades por parte de Rusia hacia Ucrania han impactado poderosamente al mundo. Una vez más, el fantasma de la guerra cubre con sus alas, no solamente a esa parte del continente europeo, sino a todo el mundo. Como en todo conflicto, más allá de la retórica política, la población civil es la primera afectada,
Jesús de Nazaret, el príncipe de paz, caminó entre las personas que en su tiempo, como hoy, eran poco escuchadas frente a los poderes dominantes del mundo. En seguimiento a Jesucristo, es que sabemos que quienes buscan la paz han de ser llamados hijos e hijas de Dios. Sin embargo, también hemos de escuchar la voz del profeta: sin justicia no hay posibilidad de construir la paz, entendida como la vida plena para toda la creación, solo ha de llegar cuando la justicia también se construya en beneficio de todas y todos.
La iglesia cristiana debe poner todo su esfuerzo para que la paz vuelva a reinar en este mundo, haciendo lo que está llamada a ser: cuerpo de Cristo en medio del mundo, los conflictos y los sufrimientos. Sin duda, si Jesucristo caminara por esta tierra, acompañaría no a las potencias que hacen y declaran la guerra, sino a quienes sufren los horrores de la violencia.
Como Conferencia Anual de México nos pronunciamos a favor de la paz, el diálogo y la reconciliación, rechazando toda forma de violencia militar, política, económica o social. Estaremos en busca de las mejores formas de apoyar a las víctimas de esta guerra, no sólo en oración, sino en contacto con la comunidad metodista y cristiana mundial.
Oremos por quienes gobiernan a las naciones, para que sean prudentes y encuentren caminos de reconciliación a favor de quienes sufren.
Oremos por las víctimas de este conflicto para que encuentren consuelo y reconstrucción de vida luego del conflicto que, pedimos a Dios, termine pronto.
En Cristo,
Obispo Moisés Morales Granados