Un 2 de mayo, pero de 1927, nacía en Montevideo, Uruguay, el pastor y teólogo metodista Emilio Castro, ex Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, y una figura relevante en temas de derechos humanos en el mundo entero, especialmente latinoamérica.
Esteban Quiroz González
Hijo de un líder sindical chileno y de una española, Emilio Castro, estudió teología en Argentina en la Facultad Evangélica de Teología. Posteriormente estudió un doctorado en Suiza donde conoció y fue influido por Karl Barth, para muchos el gran teólogo del Siglo XX.
En 1973 fue nombrado Director de la Comisión para la Evangelización Mundial y Misión en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Ginebra. Como objetivo especial de su administración fue la incorporación de las iglesias pentecostales sudamericanas al Consejo Mundial de Iglesias.
De 1985 a 1992, asumió el cargo de Secretario General del CMI y le imprimió al trabajo ecuménico acentos de la teología de la liberación. Con sus elocuentes sermones y sus demandas de fuerte contenido ético-social para lograr la renovación de la economía internacional y la política, llamó la atención en las iglesias y recibió también duras críticas de los círculos conservadores y liberales económicos. Bajo su dirección una delegación del CMI visitó por primera vez Sudáfrica, después de que el representante de la ANC, Nelson Mandela, fue liberado de su encarcelamiento. El CMI había criticado el sistema de apartheid durante décadas.
Emilio Castro, al igual que su antecesor, el también pastor metodista Dr. Philip Potter, fue vital por el apoyo internacional y económico que CMI entregó a los organismos de derechos humanos en Latinoamérica y acá en Chile, como fue al Comité Pro Paz, la Vicaría de la Solidaridad, la Ayuda Cristiana Evangélica, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas FASIC, y Servicio Evangélico para el Desarrollo SEPADE.
Producto de este vital financiamiento a los organismos de derechos humanos de parte de CMI, en 1988 Pinochet acusó al Consejo Mundial de Iglesias de «ser un organismo de fachada del Partido Comunista, que reparte plata a destajo”. Ante ello, el pastor Castro le respondió que el objetivo del CMI es .ser “una comunidad de iglesias que confiesan al Señor Jesucristo como Dios y Salvador, según el testimonio de las Escrituras, y procuran responder juntas a su vocación común para gloria del Dios único, Padre, Hijo y Espíritu Santo… En cumplimiento de su común vocación, las iglesias expresan de diversas maneras su servicio al mundo que sufre y a la búsqueda de la justicia y la paz. El Consejo Mundial de Iglesias y las iglesias de Chile han demostrado el verdadero carácter y cometido de este Consejo cuyos programas incluyen la evangelización, la renovación de la vida congregacional y litúrgica, así como programas que responden con fe a situaciones que afectan la vida y la dignidad humanas. Proseguiremos con firmeza la labor que realizamos con las iglesias de Chile en favor del bienestar de todo el pueblo chileno.».
Por ello, el Gobierno de Chile le otorgó el 14 de octubre de 2009, durante un acto realizado en la Embajada de Chile en Suiza, la condecoración de la Orden «Bernardo O’Higgins», la máxima distinción que Chile otorga a los extranjeros por servicios eminentes. El Embajador de Chile ante organismos internacionales en Ginebra, Carlos Portales, expresó en su discurso que el Pastor Emilio fue «un incansable luchador por la verdad y la democracia» y que «izó la bandera de la oposición a las injusticias, y Chile desea a través de esta condecoración expresar a Emilio Castro que «se queda en nuestra memoria y reconocer lo que hizo por tantas personas que sufrieron durante la dictadura». Diciendo que este trabajo hubiera sido imposible «sin el trabajo de las Iglesias, sin el espíritu solidario de tantos creyentes y no creyentes que han sabido unirse en sus valores sobre los derechos humanos, y sin el apoyo desde 1973 del Reverendo Emilio Castro».
Falleció el 6 de abril de 2013.
Artículo publicado originalmente en Facebook, El Otro Canuto, 2 de mayo de 2022.