ÉPOCA III
PERIODO: 2022-2026
AÑO: XCI
FECHA: 15 DE JULIO DE 2022
NÚMERO: 1
DIRECTORA: María Elena Silva Olivares

COMIENZOS

Cada día es un nuevo comienzo, porque las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, así lo dice su Palabra. Cada fecha en que se inicia algo nos llena de expectativas sobre lo que podemos hacer en la búsqueda de algún logro. Cada uno de nosotros empezamos alguna actividad buscando alcanzar una meta, sea como individuos, familias, iglesias o denominación. Como creyentes, buscamos hacerlo siempre en el nombre de Jesús y bajo la guía del Espíritu Santo.

Este número de El Evangelista Mexicano marca un nuevo periodo, 2022-2026, y me toca el privilegio de ir viendo la formación de cada número, como directora de la publicación. Mi pensamiento inicial es agradecer a Dios por la oportunidad de servirle en esta tarea durante los próximos cuatro años, si él me presta vida y salud; agradecer también a mi esposo, el Presbítero Fernando Fuentes Amador, y a mis hijos Elizabeth, Fernando Levy, Alvaro Israel y Andrea por el estímulo que me han otorgado siempre, y desde luego ahora que supieron de mi nueva responsabilidad. Agradezco mucho a las autoridades de la Iglesia Metodista por darme su confianza para realizar este trabajo; debo decir que he visto grandes oportunidades de servir dentro de nuestra denominación tanto para hombres como mujeres, y he admirado cómo Dios utiliza a unos y otras; nunca me he sentido relegada por ser mujer y he sentido el respeto de mis hermanos varones por el trabajo de nosotras.

Viene también a mi mente la labor extraordinaria que han venido realizando los anteriores directores y sus equipos, que desde los inicios de esta publicación han difundido el quehacer y saber de los metodistas, así como lo que nuestra Iglesia piensa en temas fundamentales de la vida cristiana. Doy muchas gracias a mi antecesor, el Hermano Martín Larios Osorio, por todos los consejos y espléndido asesoramiento que me ha venido dando para el inicio de este nuevo periodo; y al Presbítero Bernabé Rendón Morales, por todas sus sabias enseñanzas, muestra del cariño que siente como cristiano por este medio de comunicación de las buenas nuevas de Cristo. La labor de ellos y otros directores me ha dejado en verdad “la vara muy alta”.

Este periódico lo hacen, lo hacemos, los metodistas. En este número podemos ver una muestra de la vida de nuestra iglesia, reflejada en las asambleas de conferencias anuales y  la designación de nuestros Obispos y Representantes Laicos para el cuadrienio, a quienes manifestamos nuestro respeto y deseo de servir a través de esta publicación. La vemos en la actividad de nuestras instituciones de servicio social y en la respuesta de la iglesia a acontecimientos que afectan a la comunidad a nivel local, nacional e internacional. También la apreciamos en  la vitalidad del pensamiento de hombres y mujeres de diferentes edades, que nos dan sus creaciones literarias, sus testimonios y reflexiones acerca del quehacer en nuestra Iglesia Metodista. Este periodico seguirá siendo un medio para dar a conocer sus ideas, como inspiración para todos quienes se acerquen a su lectura y deseen dar réplica a lo expresado por ellos. Invitamos a ustedes, lectores, a que sigan enviando sus opiniones de los artículos que se presenten en cada edición de El Evangelista Mexicano, siempre de manera respetuosa y con ánimo de mover al intercambio de ideas. Queremos que a través de sus publicaciones podamos apreciar cómo el Espíritu Santo se está moviendo en todas y cada una de las Conferencias Anuales: la del Noroeste, la Norcentral, la Oriental, la Septentrional, la de México y la del Sureste.

Una vez más, y en el nombre del Señor Jesús, empezamos.

Sinceramente,

María Elena Silva Olivares
Directora de El Evangelista Mexicano

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