<strong>PASTORAL Y ACOGIMIENTO</strong>

PASTORAL Y ACOGIMIENTO

“Demos al mendigo el pan que nos pide;
al huérfano, un hogar; al preso, la libertad.”
Alphonse Louis Lamartine


Somos la familia Rodarte Valles. Soy el Pbro. Gerardo Rodarte Estupiñán; mi esposa, la Pbra. Romelia Valles Ríos. Tenemos dos hijos: la mayor, Yohali, de diecinueve años; y el menor, Isaac, de  quince años. 

El acogimiento -que tiene poco tiempo en México- busca hogares temporales para niños que tienen situaciones legales complicadas y deben quedarse en el DIF. La propuesta de algunos ministerios es que los niños no pierdan el sentido familiar, por lo que las familias abren las puertas por un tiempo a pequeños vulnerables para que puedan experimentar el vivir en familia. Conocimos el programa de acogimiento por medio de unos hermanos que en primera instancia  nos pidieron que recibiéramos al director del ministerio ligthShine. Los recibimos en el Templo donde actualmente servimos: “El Divino Redentor” en la ciudad de Durango, donde estamos pastoreando desde hace seis años.

Nos compartieron la manera en que ellos sirven y cómo este trabajo ha impactado la vida de los niños, niñas y adolescentes que han pasado por procesos de abuso. Nuestra familia, junto con algunas familias de la Iglesia, decidimos obedecer al llamado de ver por los huérfanos. 

En nuestro caso, el primer acogimiento fue un pequeño niño de seis meses de nacido. Este niño fue abandonado por su madre en el hospital de la ciudad a tan sólo unos días de su nacimiento. Llegó a nuestra casa y tristemente era un niño muy retraído debido a la falta de estimulación; no sonreía por ningún motivo, sólo nos miraba.

 No pasaron muchos días cuando el niño comenzó a ser un niño muy seguro y alegre. Puedo decir que el estímulo de mi esposa, de mi hija Yoalhi y mi hijo Isaac le ayudaron mucho más para que se sintiera seguro. Pudimos ver un gran cambio en  este niño, tanto que el mismo personal del DIF que está al pendiente del proceso se decían unos a otros que parecía como si fuera otro niño, ya que ahora era completamente diferente. A pesar de que estuvo muy poco tiempo con nuestra familia (sólo dos meses), pudimos sentirnos satisfechos del trabajo que Dios nos permitió hacer en este pequeño. Agradecemos a Dios por la primera experiencia.

Ahora tenemos a dos niñas, hermanitas, desde hace un año y cinco meses; la más grande, de dos años; y la más pequeña, de cuatro meses de nacida. Cuando llegaron a nuestro hogar, eran unas niñas descuidadas por sus padres y olvidadas por la familia que debió cuidarlas y amarlas. 

No fue fácil, ya que teníamos que aprender a lidiar con una situación desconocida para nosotros hasta ese momento. La más pequeña lloraba todo el día, todos los días, porque a pesar de su corta edad tenía un gran trauma al abandono y además ansiedad (eso fue lo que nos dijo la psicóloga). Con el paso de los días y las semanas Dios fue obrando de manera muy especial.

Ahora la niña más grande va a ingresar al segundo año de preescolar y la han felicitado porque es una niña muy participativa, segura e inteligente. Al fin de curso le dieron su medalla de reconocimiento por aprovechamiento escolar. La más pequeña es una niña muy alegre y segura, le gusta mucho bailar y siempre está sonriendo. 

La experiencia de poder ser parte de la historia de un niño que ha sufrido e irrumpir en su vida para bien, darle esperanza, y demostrar el amor de Dios a través de mi familia es una de las mejores experiencias que hemos podido experimentar. Hago un llamado extensivo y exhortativo a cada lector para que se unan a éste u otro programa con el fin de ayudar a  algún niño, niña o adolescente. Esa es la verdadera trascendencia.

¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda! Isaías 1:17

Gerardo Rodarte Estupiñán
Presbítero en la Iglesia “El Divino Redentor”
Durango, Durango.

2 comentarios sobre “PASTORAL Y ACOGIMIENTO

  1. Excelente Testimonio…como nos hace falta mas hogares y familias así Felicidades hermanos. Nosotros actualmente apoyamos La Casa Hogar de Esperanza en Progreso Tamaulipas, una casa de la IMMAR que recibe niños en riesgo departe del DIF. Estamos apoyando y colaborando.

    Me gusta

Los comentarios están cerrados.